Ejemplos con yace

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Opal Koboi, la duende que lideró la rebelión de los Goblins, yace en una cama maquinando la más perfecta de las venganzas contra el.
El núcleo accumbens, también conocido como Nucleus Accumbens Septi o Núcleo que yace sobre el septum, es un grupo de neuronas del encéfalo, localizadas en el lugar donde el núcleo caudado y la porción anterior del putamen confluyen lateralmente dispuestos con respecto al septum pellucidum.
El pueblo yace sobre la empinada pendiente del norte de la isla, una zona llamada Underhill, en donde un tómbolo conocido como Chesil Beach, conecta a Pórtland con tierra firme.
El castillo yace en el extremo norte de la isla homónima, en un pueblo actualmente llamado Castletown, cerca de Fortuneswell.
La importancia de las novelas de Rocambole yace en que representa la transición entre la novela gótica y el heroe moderno de ficción.
Posteriormente se procedió a la inundación del pueblo, que hoy yace en el fondo del embalse, junto a la barriada de Gobantes dónde se encontraba la estación de ferrocarril.
Tema bien logrado a base de recrear una átmosfera de naturaleza, la riqueza fundamental de la pieza yace en la interpretación de la Flauta Traversa además de que está dotada de un ritmo agradable.
Ojo de Pez seguido por Ojo de Tigre llegan al lugar, el primero les El Trio Amazonas yace sin vidadice que Serena no es la persona a quien buscan, pero el payaso aparece y empieza a atacar, rompe el espejo de Serena y luego ataca a Ojo de Pez con su poder, pero Ojo de Águila se interpone.
La razón del Maestro Humberto Hernández-Medrano para escribir esta obra yace en el encuentro que éste tuvo con Aaron Copland durante la época que estudió con Chávez.
El día siguiente, Marge está comprando en una tienda del centro comercial junto a Homer, quien está cansado y, al no poder encontrar un lugar donde sentarse, yace en un colchón que estaba en la tienda y se duerme.
Y entre los más antiguos héroes ninguno fue tan amoroso como Meleagro, Aquiles, Aristómenes, Cimón o Epaminondas, el último de los cuales tuvo como concubinos a Asópico y a Cafisodoro, que fue asesinado junto a él en la Batalla de Mantinea y yace enterrado muy cercano a él.
El mismo santo, apenas hubo sido degollado, cogió su cabeza con sus propias manos y la arrojó al Ródano, y llevó su cuerpo por el río hasta la iglesia de San Honorato, donde yace.
Allí, habla con Moshe el Bedel, conserje de la sinagoga, sobre el Cábala y los misterios del universo, enseñándole que el hombre se acerca a Dios a través de las preguntas que les hace a Él y que toda pregunta posee un poder que no yace en la respuesta.
Posteriormente el Séptimo Espada Zommari Le Roux visita el palacio de Aaroniero para sostener que incluso el único superviviente de la primera generación de Espada ha tenido un final trágico, consecuencia de su descuido al dejar viva a Rukia, que yace en un lugar cercano.
Observando detenidamente la escena se puede apreciar que ya hay dos árabes que han sido derribados en la lucha, y otro yace muerto.
Un túmulo sencillo y decente como fue su vida ocupaba el fondo del templo, las columnas y el pavimento estaban enlutados y cubierto éste de blandones y hacheros, encima del túmulo se hallaba colocado un sepulcro y en su pedestal se leía esta inscripción: Al Dios de los Ejércitos, aquí yace don José de Antepara, condecorado con la Medalla de los Libertadores de su Patria.
El santo está pintado en un sorprendente escorzo, en lo alto, en paralelo al escorzo de la figura del esclavo que yace en el suelo.
Dice la Crónica Rotense que en Viseu, cuando se reconquistó y repobló la ciudad, apareció una lápida con la inscripción: Aquí yace Rodrigo, el último rey de los Godos.
El orador termina afirmando que, mientras la humanidad no se penetre de estas verdades, no podrá salir del estado de barbarie en que yace.
El orador continúa y termina al fin, deseando, como el elocuente ayudante de marina, que Sarrió despierte a la vida del progreso, que salga del letargo en que yace, y que de algún modo se manifieste en su recinto la lucha de las ideas, fecunda siempre, y luzca en su horizonte el sol radiante de la civilización.
Señoressiguió el ayudante animado por los rumores,yo creo que lo que le hace falta a este pueblo es despertaj del letajgo en que yace, ¿eh?, vivij de la vida de la razón y del progreso, ¿eh?, ponerse a la altura de los adelantos del siglo, ¿eh?, tenej conciencia de sí y de sus fuejzas.
La vuestra fermosura, señora mía, puede facer de su persona lo que más le viniere en talante, porque ya la soberbia de vuestros robadores yace por el suelo, derribada por este mi fuerte brazo, y, porque no penéis por saber el nombre de vuestro libertador, sabed que yo me llamo don Quijote de la Mancha, caballero andante y aventurero, y cautivo de la sin par y hermosa doña Dulcinea del Toboso, y, en pago del beneficio que de mí habéis recebido, no quiero otra cosa sino que volváis al Toboso, y que de mi parte os presentéis ante esta señora y le digáis lo que por vuestra libertad he fecho.
Para mí sola nació don Quijote, y yo para él, él supo obrar y yo escribir, solos los dos somos para en uno, a despecho y pesar del escritor fingido y tordesillesco que se atrevió, o se ha de atrever, a escribir con pluma de avestruz grosera y mal deliñada las hazañas de mi valeroso caballero, porque no es carga de sus hombros ni asunto de su resfriado ingenio, a quien advertirás, si acaso llegas a conocerle, que deje reposar en la sepultura los cansados y ya podridos huesos de don Quijote, y no le quiera llevar, contra todos los fueros de la muerte, a Castilla la Vieja, haciéndole salir de la fuesa donde real y verdaderamente yace tendido de largo a largo, imposibilitado de hacer tercera jornada y salida nueva, que, para hacer burla de tantas como hicieron tantos andantes caballeros, bastan las dos que él hizo, tan a gusto y beneplácito de las gentes a cuya noticia llegaron, así en éstos como en los estraños reinos.
Yace aquí el Hidalgo fuerte que a tanto estremo llegó de valiente, que se advierte que la muerte no triunfó de su vida con su muerte.
Sancho Panza el majadero yace también junto a él, escudero el más fïel que vio el trato de escudero.
Aquí yace el caballero, bien molido y mal andante, a quien llevó Rocinante por uno y otro sendero.
El calvatrueno que adornó a la Mancha de más despojos que Jasón decreta, el jüicio que tuvo la veleta aguda donde fuera mejor ancha, el brazo que su fuerza tanto ensancha, que llegó del Catay hasta Gaeta, la musa más horrenda y más discreta que grabó versos en la broncínea plancha, el que a cola dejó los Amadises, y en muy poquito a Galaores tuvo, estribando en su amor y bizarría, el que hizo callar los Belianises, aquel que en Rocinante errando anduvo, yace debajo desta losa fría.
Y aun haré cuenta que voy caballero sobre el caballo Pegaso, o sobre la cebra o alfana en que cabalgaba aquel famoso moro Muzaraque, que aún hasta ahora yace encantado en la gran cuesta Zulema, que dista poco de la gran Compluto.
Señor, quien quiera que seáis, hacednos merced y beneficio de darnos un poco de romero, aceite, sal y vino, que es menester para curar uno de los mejores caballeros andantes que hay en la tierra, el cual yace en aquella cama, malferido por las manos del encantado moro que está en esta venta.
Yace aquí de un amador el mísero cuerpo helado, que fue pastor de ganado, perdido por desamor.

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