Ejemplos con tradicionales

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Para ello recurrió al uso de vocalistas y beats electrónicos en reemplazo de los instrumentos de música tradicionales.
Uno de los damnificados de ir hacia ligas competitivas fue la pérdida de los partidos tradicionales ya que el nuevo calendario no dejaba mucho tiempo para ser jugados.
De esta iglesia iniciada en el siglo XVI reformada y ampliada en el siglo XVII, cabe resaltar la decoración de la portada, siendo un ejemplo de las pautas tradicionales de la edificación religiosa en Canarias.
Asimismo, se encuentra la carrera Junín, uno de los pasajes comerciales más tradicionales de la ciudad, el cual remata en el costado sur del parque y es llamada así en memoria de la batalla del mismo nombre.
Aunque inicialmente favorecía el uso generalizado de la palabra Wicca para referirse a las distintas manifestaciones modernas de brujería, incluso las tradicionales, al sentirse incómodo con el híbrido ecléctico de la Neo-Wicca, se apartó de ella y cambió por completo su postura, delineando conexiones entre lo que prefirió llamar Stregoneria y paganismo.
Otros tipos de instrumentos que utilizan caña son los que la llevan encapsulada en una cámara por la que entra el aire, es el caso de la gaita o los oboes tradicionales del Tibet.
Los instrumentos más representativos -a los que se denomina de viento madera- de este tipo de boquilla son: el saxo y el clarinete, el oboe y fagot en lugar de una boquilla donde apoyar la caña, utilizan una caña doble, al igual que muchos instrumentos tradicionales como la dulzaina, el doudouk, la bombarda, etc.
Este conjunto de elementos tradicionales se encontraban antiguamente en la Fragua, edificio hoy restaurado como alojamiento rural.
Con frecuencia éstas toman una base comarcal, pero muchas veces no respetan en su extensión a las comarcas tradicionales.
Fortalecido por el contacto de estos dos testimonios de viril ciudadanía, que no le abandonarían mientras viviese, se juntaba con los otros igualmente pertrechados, y empezaba para él la vida juvenil y amorosa: las serenatas con acompañamiento di relinchos, los bailes, las excursiones a las parroquias que celebraban la fiesta de su santo patrón, donde se divertía tirando al galle con certeras pedradas, y sobre todo los , los tradicionales cortejos, la busca de novia, costumbre la más respetable de todas, que daba origen a riñas y muertes.
La renta, escasa y corta, conforme a los usos tradicionales, servíale para pagar únicamente una exigua parte del interés de los préstamos, engrosando el resto la cuantía de la deuda.
La sociedad mallorquina, encerrada en sus preocupaciones tradicionales, como un molusco en sus valvas, y enemiga por instinto de las novedades de París, indignóse ante este escándalo.
Los odios tradicionales de separación no caían vencidos.
Como Góngora y como Bécquer ha logrado mostrar hasta qué punto las formas más genuinas y tradicionales de la poesía española son susceptibles de renovación eterna y cómo puede encontrar expresión en ellas la sensibilidad de todos los tiempos y la originalidad individual de cada poeta.
Al alarde de riqueza métrica que caracteriza a la revolución de la poesía española en los últimos treinta años, Juan Ramón Jiménez, aunque capaz de los mayores refinamientos técnicos, responde con el uso renovado y moderno de los metros tradicionales más sencillos y populares, y nadie como él ha sabido revivir los versos asonantados de los antiguos romances.
El carácter odioso de las aristocracias tradicionales se originaba de que ellas eran injustas, por su fundamento, y opresoras, por cuanto su autoridad era una imposición.
Una magnífica esfera geográfica, colocada al extremo del salón, parecía preguntarse cuál era su objeto y destino en semejante lugar, y en cambio, los retratos de las dos hermanas de Luis XVI, Victoria y Adelaida, tradicionales de Vichy, sonreían, empolvada la cabellera, rosadas y benévolas, presidiendo el certamen de frivolidad continua celebrado a honra suya.
Eran las posadas con sus inocentes placeres y con su devoción mundana y bulliciosa, era la cena de Navidad con sus manjares tradicionales y con sus sabrosas golosinas, era México, en fin, con su gente cantadora y entusiasmada, que hormiguea esa noche en las calles , con su Plaza de Armas llena de puestos de dulces, con sus portales resplandecientes, con sus dulcerías francesas, que muestran en los aparadores iluminados con gas un mundo de juguetes y de confituras preciosas, eran los suntuosos palacios derramando por sus ventanas torrentes de luz y de armonía.
Para amortiguar su pena intentaron embellecer el próximo viaje con reminiscencias románticas y optimismos tradicionales.
Todas las lecturas antiguas sobre España, todos los prejuicios y errores tradicionales reaparecían de golpe con sólo un paseo de dos horas por una isla de África.
Otras veces, cuando el grupo es demasiado numeroso, se acogen a los pasacalles tradicionales de la villa, que son infinitos y deliciosos.
Además, ¿por qué conceder las ventajas de la libertad a los que habían empleado antaño su inmenso poderío combatiéndola, arrumbando escombros sobre su tallo naciente y ahora, al verla vigoroso árbol, querían ser los primeros en gozar de su sombra? No: él no reconocía derecho para existir a unas creencias que eran la negación de la vida, no podía conceder la libertad a los tradicionales enemigos de esa misma libertad.
Luego, ya llegaría el hombre, limpio de todo deseo de venganza, sin miedo a enemigos tradicionales, fraternal y dulce, que levantaría el edificio moderno sobre el solar limpio de escombros.
Era la fe del pueblo, que, una vez toma carrera hacia delante, lo acepta todo, lo defiende todo, sin otra condición que la de la novedad, y desprecia los principios tradicionales que acaba de abandonar.
El obispo auxiliar decía la misa, y él y sus diáconos ayudantes sudaban bajo las casullas y capas tradicionales, bordadas, recamadas, con gruesos y deslumbrantes realces, abrumadoras como armaduras antiguas.
La muchedumbre, endomingada, agitábase en torno de las , admirando una vez más las carrozas tradicionales que todos los años salían a luz: pesados armatostes lavados y brillantes, pero con cierto aire de vetustez, luciendo en sus traseras, cual partida de bautismo, la fecha de construcción: el siglo XVII.
Era la cocina indígena, con todo su esplendor de las fiestas tradicionales.
Aquí, en estos talleres, estaban la riqueza y la honra de Valencia, aquí trabajaban los , aquella gente que por su tonillo docto era el prototipo de la pedantería, pero que resultaba respetable por ser la fiel guardadora de las costumbres tradicionales, la sostenedora de ese carácter valenciano, sobrio, alegre y dicharachero, que casi ha desaparecido.
La prensa periódica, al mismo tiempo que con la grosería del obrero señalaba por medio de giros extraños la falta de costumbre en el lenguaje para decir ciertas cosas, indicaba, sin embargo, al hablista culto una necesidad que era preciso satisfacer, dentro del caracter genérico y tradicional del idioma, y sometida la lengua a esta revolución diaria, si se corrompía por un lado con el uso de extraños giros, ganaba por otro con el culto que se rendía a la verdad y a lo gráfico de la expresión, sacrificando, si se quiere, tradicionales fórmulas y conceptuosas y pueriles sentencias, perífrasis y regímenes que están reñidos con la ideología universal.
Grande fue su terror cuando empezó a desfilar interminable serie de platos, los veintiséis tradicionales en la comida del patrón de Naya, no la más abundante que se servía en el arciprestazgo, pues Loiro se le aventajaba mucho.

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