Ejemplos con pillería

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¡Caballero, cinco marcos, y paso por debajo del buque! ¡Caballero caballero! Era un griterío que emergía incesantemente a ras del agua, una continua apelación al caballero para que pusiese a prueba la agilidad natatoria de la pillería del puerto.
En los puertos levantinos aprendió el valenciano la industria que luego enseñó a Gil, enseñándole también a mascullar la lengua turquesca o tunecina que habla toda la pillería marinera del Mediterráneo.
Pues esa pillería venida de España, ese rebaño y pecador, es el que trabaja y da prosperidad a Bilbao.
Ya veréis -dijo a la familia-, cómo con todo su aparato de decretos y su mayoría de Cortes le ponen en la calle para que vuelva Narváez, el único que sabe aquí meter en cintura a toda esta pillería.
nuestra excelsa Soberana, hija de cien Reyes, será la primera que alargue sus bracitos amorosos hacia Londres, diciendo: Espartero, ven a salvarme, que sólo en ti y en la Virgen del Pilar veo lealtad y amor verdadero, ven a librarme de esta pillería que me rodea y quiere engañarme, unos para llevarme a la demagogia, otros para vestirme de la piel del despotismo.
Interpelaba a toda aquella pillería roñosa, de pies descalzos y faldones al aire, con desmesurada urbanidad.
La feroz pillería lo había arrojado en una acequia de aguas estancadas, y de allí le sacaron sus hermanos cubierto de légamo nauseabundo.
Quizás me diera noticias de personas que me interesan, y de las cuales nada he sabido desde que esta pillería del Gobierno me prendió.
El pozo, después de una semana de descensos y penosos acarreos, quedó limpio de todas las piedras y la basura con que la pillería huertana lo había atiborrado durante diez años, y otra vez su agua limpia y fresca volvió a subir en musgoso pozal, con alegres chirridos de la garrucha, que parecía reirse de las gentes del contorno con una estridente carcajada de vieja maliciosa.
¡Cómo estaba el mundo! No había religión, orden ni autoridad, y ¡claro! era imposible que una persona decente saliese a la calle sin que la pillería le diera que sentir.
Era Amparito, que acometía con su vocecita de seda una romanza de Tosti, coreada por el estallido de los cohetes y los berridos burlones de la pillería, a quien le hacían gracia los lamentos musicales, verdaderos chillidos de ratita asustada.
Y seguían detrás las , escuadrones de pillería disfrazada con mugrientos trajes de turcos y catalanes, indios y valencianos, sonando roncos panderos e iniciando pasos de baile, las banderas de los gremios, trapos gloriosos con cuatro siglos de vida, pendones guerreros de la revolucionaria menestralía del siglo xvi, la sacra leyenda, tan confusa como conmovedora, de la huida a Egipto, los Pecados capitales, con estrambóticos trajes de puntas y colorines, como bufones de la Edad Media, y al frente de ellos la Virtud, bautizada con el estrambótico nombre de la , los Reyes Magos, haciendo prodigios de equitación, heraldos a caballo, jardineros municipales a pie, con grandes ramos, carrozas triunfales, todo revuelto, trajes y gestos, como un grotesco desfile de Carnaval, y alegrado por el vivo gangueo de las dulzainas, el redoble de los tamboriles y el marcial pasacalle de las bandas.
Juanito huyó de aquella pillería, cuya mirada insolente y burlona nada bueno presagiaba, y siguió por el camino de ronda, sumiéndose al poco rato en sus tristes reflexiones.
Él debió indudablemente encargarse de mi hermano por pagar a papá el favor aquel de la causa que ya te hemos contado, luego sus ideas, sus amistades con gente de iglesia, la influencia que sobre él ejercían sus amigotes, su horror a que el muchacho aprendiera lo que se aprende en los libros contra esa pillería, el no querer enviarle, siendo su ahijado, a un centro de enseñanza donde los realistas de la provincia no querían enviar a sus hijos, todo esto contribuyó al pecado.
Pillería aquí, pillería allá, y todo una gran pillería.
Subieron, no sin que a Jacinta le quedaran ganas de examinar bien toda la pillería que en el patio quedaba.
Esto es una pillería, esto es una vergüenza.
En Madrid no hay más que pillería.
pero ¡cómo ha de ser así si no hay más que pillería! En Madrid, que es la corte de donde vienen leyes y mandarines, todo es latrocinio y farsa.
-Se conspira contra el Sistema -dijo Cordero con hinchazón-, hay mucha pillería en Madrid y en la Corte, ya lo sabemos.
¿Es que se nos ha anticipado para sorprender a la pillería?.
Es indudable que han entrado aquí las ideas filosóficas, ateas y masónicas, según las cuales ya se acabó el honor y la grandeza, lo noble y lo justo, para que no haya más que pillería, liberalismo, libertad de la imprenta, igualdad y demás corruptelas.
Así aprendía él a fuerte, así se curtía desde pequeño, en la pillería y la maldad.
-,Cómo presento esta pillería -gritaba Eva-.
¡si anda ahora una pillería!.
Y he aquí que cuando ya tuvo todos sus chismes en la calle, menos una parte de la batería de cocina que no pudo salvar, y se ocupaba en custodiarlos y defenderlos de la pillería, se le puso delante el padre Nazarín, tan fresco, Señor, pero tan fresco, como si nada hubiera pasado, y con acento angelical le dijo:.
A ver, pillería, ¿hay alguien que me niegue lo que digo? Que salga el que lo niegue, y si salen todos a la vez, aquí estoy».
Con cuatro ternos, y la amenaza de predicar con las culatas de los fusiles, calló toda la pillería, y un silencio disciplinario reinó en la prisión.

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