Ejemplos con obscena

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Un libro que describía la degradación física y moral, que la indulgencia en aquellos vicios debe necesariamente incluir podía ser permitido, pero ninguna persona en su sano juicio podía decir que una súplica para el reconocimiento y tolerancia de los invertidos no era obscena.
Los devotos y beatos que consideraban a Molière un libertino y temían la influencia que ejercía sobre el rey, declaran obscena e irreligiosa La escuela de las mujeres.
Por ello, de no tener dicha edad mínima se consideraría automática pederastia y sería tratado como delito, que en la mayoría códigos penales no queda contemplado de forma expresa ya que se encuentra subsumido de forma tácita en los delitos de abuso sexual cualificado, agresión sexual cualificada y otros delitos sexuales de carácter heterogéneo como la exhibición obscena ante menores, la facilitación de pornografía a menores o la tenencia y fabricación de pornografía de menores.
La raíz des-velada de la película envolvente era obscena, nudosa, inerte y sin nombre.
El comunicado decía así: El gobernador militar de Venecia, señor Gorzowski, deplora que el poeta Piave y el célebre músico Verdi no hayan sabido escoger otro campo para hacer brotar sus talentos, que el de la repugnante inmoralidad y obscena trivialidad del argumento del libreto titulado La Maledizione.
Glover fue hallado culpable de publicar una obra obscena , algunas páginas fueron censuradas y los libreros se negaron a venderlo.
La película fue prohibida en España por la censura, debido a que el periódico del Vaticano, L'Osservatore Romano, la calificó de obscena.
Ella le pregunta porque y dice que sale en una pose muy obscena en el cartel, que eso no podía publicarse y que se iba a quejar.
En el caso del la exhibición obscena, es castigado con pena de prisión de seis meses a un año o multa de doce a veinticuatro meses por el art.
Entre sus obras, probablemente la más obscena sea la Vida de las mujeres galantes.
En un ambiente burgués en el que predominan las relaciones frías y las convenciones sociales, Gertrud es la nota discordante, casi obscena, cuyas ansias de amor y verdad suponen una rebelión en un mundo en el que no hay lugar para los sentimientos.
Y excitado por sus negros pensamientos, soltó una interjección castiza y obscena, recuerdo de sus tiempos de soldado.
Mientras tanto, la llegada de Currita había producido un murmullo general y unísono en que se hermanaba la obscena chocarrería que con un guiño truhanesco cambiaron entre sí los lacayos del vestíbulo, con las pulcras y aceradas observaciones que se comunicaban al oído las damas más relamidas que llenaban los salones.
Volvióse Jacobo colérico, soltando impaciente una sucia palabrota, con esa obscena grosería que se oculta con frecuencia bajo las pulidas formas sociales de ciertos hombres y brota espontáneamente en cuanto la excita la ira o la impulsa una confianza sin decoro.
Cuando se cansaba de hablar, entonaba alguna canción picaresca con ribetes de obscena, que hacía reír no poco al joven cortesano.
Mucho he andado por esas calles, y ¡cuanta estampa fea y obscena hay en algunas tiendas! Pero, aunque llevaba hábitos, nadie se ha metido conmigo.
Me daban miedo su frialdad de espíritu, su imperturbable continente, lo crudo de sus ideas políticas, su fe sospechosa, las liviandades de su obscena musa, y su lengua acerada y mordicante, pero me arrastraban cautivo los donaires de su conversación, su altísimo ingenio, su frase castiza y pintoresca, su elocución fácil y sobria, la originalidad de sus juicios, el vigor artístico con que los imponía y acreditaba, y, sobre todo, la agudeza, fluidez y gallardía de sus versos incomparables.
que la obscena maldad ninguno aprenda.
Este párrafo lo escribo para lectores del siglo XX, pues tengo por seguro que la obscena interjección morirá junto con el último nieto de los soldados de la Independencia, como desaparecerá también la proclama que el general Lara dirigió a su división al romperse los fuegos en el campo de Ayacucho: ¡Zambos del carajo! Al frente están esos puñeteros españoles.
En el primer descanso, los criminales que iban atados echaban requiebros a las dos mozas con frase descarada y obscena.
¿Quién puede mirar sin profunda lástima aquel ser tan infeliz y tan degradado, que lleva su extravío hasta hacer gala de lo que debía causarle vergüenza? ¿Quién no se aflige al ver a aquella mujer, que fue inocente y fue pura, que pudo ser respetada, querida, y hoy para ganar pan arroja su cuerpo al muladar del vicio que le envenena, vende por algunos reales a un hombre repugnante el derecho de transmitirle una enfermedad asquerosa, y pasa continuamente de los brazos de la lujuria a la cama del hospital, donde a nadie inspira compasión, donde a todos causa desprecio y asco, donde se la cura para que vuelva a servir, como a un animal que enferma y curado puede ser útil? Digo mal, esta comparación no da todavía la idea de lo que inspira en el hospital la mujer deshonesta, cuando sus mismas compañeras se burlan de sus dolores, y cuando el practicante, al cortar o quemar sus carnes, le dirige por vía de consuelo alguna obscena chanza.
::vedle del templo hacer taberna obscena,.
Confunden la castísima armonía de la belleza plástica con la intención obscena que los asalta al contemplarla.
Llegada la improvisación a oídos del Comendador o Provincial de los mercedarios, éste amonestó al poeta, en presencia de varios frailes, para que se abstuviera de tributar culto a la musa obscena.
La loca cantaba llevándose las manos al vientre con expresión obscena.
obscena, mi rival, por encima de la luz temblorosa, me sonreía irónico, yo,.
Allá en el fondo de su existencia, con la mejilla apoyada en los pezones violetas de un cuadrado pecho masculino, estaba su esposa, lánguida, la mirada floja, los labios entreabiertos para la obscena boca del otro.
Al señor Gualdi, que tanto lo había humillado a pesar de ser un socialista, al subgerente, que con insolencia había detenido los ojos en su corbata deshilachada: al director, cuya tiesa cabeza de jabalí rapado se volvía a él, filtrando una mirada cínica y obscena a través de la raya gris de los párpados entrecerrados.
Y los fornidos carniceros, los robustos hijos de napolitanos, toda la barbuda suciedad que se gana la vida traficando miserablemente, toda la chusma flaca y gorda, aviesa y astuta, los vendedores de pescado y de fruta, los carniceros y mantequeras, toda la canalla codiciosa de dinero se complacía en la granujería del Rengo, en la desvergüenza del Rengo, y el Rengo olímpico, desfachatado y milonguero, semejante al símbolo de la feria franca, en el pasaje sembrado de tronchos, berzas y cáscaras de naranja, avanzaba contoneándose, y prendida a los labios esta canción obscena.
Garfio dejó que su capa se deslizara suavemente hasta el suelo y luego, mordiéndose los labios hasta que una sangre obscena brotó de ellos, se metió en el árbol.

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