Ejemplos con mugir

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Por el contrario los paises partidarios de la caza de ballenas intentan quitar importancia a estos cantos, arguyendo, por ejemplo, que son similares al mugir de las vacas.
A fin de refrescar un poco el interior, corrió Artegui las cortinillas todas ante los bajos vidrios, y una luz vaga y misteriosa, azulada, un sereno ambiente, formaban allí, algo de gruta submarina, añadiendo a la ilusión el ruido del tren, no muy distinto del mugir del Océano.
Sólo el crujido de la coraza de ciertos cangrejos y el mugir doloroso, cerca de la superficie, de algunos peces llamados roncadores alteraban este silencio.
Mil truenos corriendo a lo largo del valle no imitarían la repercusión prolongada de aquel mugir estentóreo.
interrogaba al viento, que respondía con silbos aterradores, a la mar, que no paraba en su mugir hondo.
¡Qué bien se harmonizaba aquel vibrante vocerío con el despertar de valles y montañas, con los preludios del pueblo alado, con el susurro de las arboledas, con el canto idílico del Pedregoso, con el centellear de los luceros, y con el mugir de las vacadas en el cercano ejido!.
La noche obscurecía los matorrales cercanos, llegaban hasta nosotros el mugir de las reses y el de los vaqueros, un ejército alado cruzaba los espacios raudo y vibrante, y en el cielo sin nubes brillaba la triste luna con apacible claridad.
Y a la salida del túnel, el enamorado esposo, después de estrujarla con un abrazo algo teatral y de haber mezclado el restallido de sus besos al mugir de la máquina humeante, gritaba:.
Juan María Villavicencio, los que se disponían a obsequiar a Teneyro y Ostolaza no pasaron a vías de hecho, mas con la agudeza de sus silbidos y el mugir de sus insultos fueron dando música a ambos personajes por largo trecho de la calle.
Presentación no tenía ojos más que para observar la presidencia, los diputados, y muy principalmente al que hablaba, las tribunas, los ujieres, el dosel, el retrato del rey, ni tenía alma más que para atender a aquellos indefinibles bullicios, propios de todo cuerpo deliberante, y que son como el aliento de la pasión que allí por tan diferentes órganos habla, del noble entusiasmo, del vil egoísmo, el sordo mugir de las mil ideas, siempre desacordes, que hierven dentro de ese cerebro calenturiento que se llama salón de sesiones.
Leguas y leguas quedaban atrás, y variaban los paisajes, y tan pronto oían el mugir de las olas azotando escolleras, como el cristalino reír de los arroyos, desatados todavía, a pesar de los hielos, en los repuestos valles.
interrogaba al viento, que respondía con silbos aterradores, a la mar, que no paraba en su mugir hondo.
Mil truenos corriendo a lo largo del valle no imitarían la repercusión prolongada de aquel mugir estentóreo.
Todo tiene su poesía especial cuando se principia a ser viejo, y yo se la encuentro muy grande a estos pueblos de tan lúgubre fisonomía, que viven azotados por las inclemencias del cielo, oyendo a todas horas el mugir de los aquilones, ora abrumados de nieve, ora envueltos en la niebla, y donde, sin embargo, o por lo mismo, reina tan íntimo contento en los hogares, es tan amable la vida de familia, están tan excitados todos los afectos, todas las creencias y todos los temores.
Y esto fue largo, muy largo, pues que llegó a medirse por horas, con algunos descansos breves, durante los cuales se movían o se renovaban muchos de los congregados, andando de puntillas y devorando suspiros y sollozos, y volvía a oírse adentro el estertor acompasado del moribundo, y afuera el mugir de los vendavales.
:::y al mugir de los toros en la loma vecina,.

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