Ejemplos con desidioso

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Daba frío, el frío polar que sentirán los que pierden un pleito, y se arruinan, y se quedan a un pan pedir por culpa de un patrono ignorante, o torpe, o desidioso.
Temería establecer una paradoja, si no viese confirmada esta observación por el siguiente hecho que cita un publicista respetable: «El gobierno indolente y desidioso de Rivera, dice M.
Detrás del carro fúnebre, que iba entre flores, coronas y banderas, la carroza del rey, en pos de la carroza real, los carruajes de los ministros, en seguida, rodando, aceleradamente, innumerables coches de lujo con toda la grandeza de España, y, por último, un pueblo desidioso que encontraba en el muerto motivo para holgar.
¿En bienes? Enhorabuena, dejemos a un lado la justicia y hagamos el repartimiento, al cabo de una hora, de dos jugadores, el uno habrá aligerado el bolsillo del otro y estarán ya desiguales, pasados algunos días, el industrioso habrá aumentado su capital, el desidioso habrá consumido una porción de lo que recibió, y caeremos en la desigualdad.
A los más crecidos les mandaba traer leña, y verduras a los más pequeños, y para traerlo lo hurtaban, unos yendo a los huertos y otros introduciéndose en los banquetes de los hombres con la mayor astucia y sigilo, y el que se dejaba coger, llevaba muchos azotes con el látigo, haciéndosele cargo de desidioso y torpe en el robar.
Mas con todo de ser desidioso y de bajo espíritu, arrastrado del ímpetu de los mismos negocios, se decidió a la guerra, y contendió largo tiempo, habiendo derrotado a generales de los Romanos que habían sido cónsules, y grandes y poderosos ejércitos, y aun de algunos alcanzó victoria.
Crióse Lisandro en la pobreza, y desde luego se mostró dó- cil, como el que más, a las instituciones de Esparta, valiente y domador de todos los placeres, a excepción solamente de aquel que resulta al hombre de vencer y de ser honrado por sus grandes hechos: porque no es en Esparta reprensible el que los jóvenes se dejen dominar de este placer, sino que quieren que desde el principio se sientan inflamados del deseo de gloria, entristeciéndose con las reprensiones y engriéndose con las alabanzas, y al que lo ven impasible e inalterable en cuanto a estos sentimientos, teniéndole por indiferente a la virtud y por desidioso lo desprecian.
Generalmente se tacha a Parmenión de haber andado desidioso e inactivo en esta batalla, bien fuera porque la edad le hubiese disminuido los bríos, o bien porque, como dice Calístenes, le causase disgusto y envidia el alto grado de violencia y entonamiento a que había llegado el poder de Alejandro, el cual, aunque se incomodó con aquella llamada, no manifestó lo cierto a los soldados, sino que, como si se contuviera de la matanza por ser ya de noche, hizo la señal de retirada, y marchando adonde se decía que había riesgo, recibió aviso en el camino de que enteramente habían sido vencidos y huían los enemigos.
Dícese de él que fue desidioso, y en punto a mujeres, no del todo irreprensible, así en Capadocia, siendo su huésped Marfadates, que era de la familia real y tenía una mujer muy bien parecida, como se detuviese más tiempo del que convenía, se le zahirió diciéndose contra él: Mañana se va Catón, al cabo de treinta días, Porcio son y Marfadates dos amigos, alma una Porque el nombre de la mujer de Marfadates en griego equivalía al del alma, y además, Noble e ilustre es Catón: es su alma un alma regia.
Tuvo Nicocles cuatro meses de tiranía, en los que, habiendo causado a la ciudad infinitos males, estuvo en muy poco que no la perdiese por las asechanzas de los Etolios, y siendo ya mocito Arato, se hizo desde entonces espectable por su ilustre origen y por su ánimo, que no aparecía apocado o desidioso, sino antes resuelto sobre su edad y templado al mismo tiempo con un proceder circunspecto y seguro.
-Fue muy desidioso -añadió un tercero-, Felipe IV, y muy desgraciado su ministro el conde-duque de Olivares.
Si es uno sincero, humano y fácil de reconciliarse con el que le ha agraviado, le llaman cobarde y pusilánime, si procura elevarse, ambicioso, si se contenta con la medianía, desidioso, si sigue la corriente del mundo, adquiere nota de adulador, si se opone a los delirios de los hombres, sienta plaza de extravagante.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba