Ejemplos con verdoso

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los jóvenes especímenes despliegan predominantemente el plumaje verdoso los distinguidos amarillos, anaranjados y rojizos en cola, abdomen y cabeza los obtienen con la madurez.
Santiago, conocido como Santi, es un niño español tímido, miedoso e inseguro que crea mediante su imaginación a Josefina, una ballena mágica de color azul verdoso.
Las flores son blancas o de color amarillo verdoso.
Las flores son de color rojizo, púrpura, crema, amarillento o verdoso.
Las flores de color rojo, crema o amarillo verdoso pálido.
El color es amarillo verdoso, a veces con tinte algo rojizo.
El plumaje es castaño oliváceo en el dorso, brillante en las alas, muy claro en el vientre, negruzco verdoso en la cola, que frecuentemente tiene la punta blanca.
El plumaje de las alas y el dorso es castaño, el del pecho oliváceo, el vientre es blanco y la cola negro verdoso con las puntas blancas en las plumas exteriores.
Delante de Ellen Andrée hay un vaso, lleno del líquido verdoso que da título a la obra.
La matriz granulada es cristalina y estrecha, y al ser observada a simple vista suele tener un aspecto apagado, que recuerda al de la cerámica cocida común, es grisáceo, verdoso, rojizo o blanco.
Adopta Courbet un estilo influido por las estampas japonesas: el espacio claro, la monocromía en gris y ocre, el fondo vacío, las figuras que aparecen como recortadas con vestidos de colores fuertes rojos y azul verdoso, las formas redondas y ovales y la postura de la cribadora, que repite la de las actrices del teatro kabuki.
La gama de los colores está reducida a tonos sobrios: ocre, malva y verde o azul verdoso.
Al torcer una callejuela, la sombra pareció adelantarse, y un individuo largo, con un paletó verdoso lo detuvo.
Las flores son los espádices de color blanco o blanco verdoso que puede dar camino a las bayas rojas.
Las flores se producen en espádice con inflorescencias de color amarillo verdoso.
Encontró cadáveres por todas partes: pero éstos no vestían el uniforme verdoso.
El monstruo verdoso conservaba aún el armado testuz al otro lado del Marne, pero su cola empezaba a contraer los anillos con ondulaciones inquietas.
Desnoyers vió soldados apeándose de un salto, todos vestidos de gris verdoso, con una funda del mismo tono cubriendo el casco puntiagudo.
Los dos jinetes, vestidos de gris verdoso, llevaban lanzas, y su casco estaba rematado por un plato horizontal ¡Ellos! No podía dudar: tenía ante su vista los primeros hulanos.
Descendieron a la ribera, y en el pequeño puerto de la isla del Huevo pasaron el tablón que servía de puente entre el muelle y una goleta pequeña de casco verdoso.
Pasaban por las láminas de cristal verdoso las salpas, las bogas y las obladas, vestidas de plata viva con bandas de oro en los costados.
Su azul brillante del mediodía habíase trocado en un gris triste, verdoso, con reflejos metálicos.
Lo primero que vió fué el rostro de manzana seca, verdoso y arrugado de Kataliñ, su ama de llaves, y los dos cuernos del pañuelo que llevaba la vieja arrollado a las sienes.
Su bonete mugriento era siempre de algún canónigo que lo desechaba por viejo, su sotana de un negro verdoso y sus zapatos habían sido antes de algún beneficiado.
En su interior notábase inmediatamente el revoloteo de las planchadas cortinas cubriendo las puertas de los , los vasares con pilas de platos y con fuentes cóncavas apoyadas en la pared, exhibiendo pajarracos fantásticos y flores como tomates pintadas en su fondo, y sobre la cantarera, semejante a un altar de azulejos, mostrábanse, como divinidades contra la sed, los panzudos y charolados cántaros, y los jarros de loza y de cristal verdoso pendientes en fila de los clavos.
A lo lejos, tras las cortinas de los árboles que circuían el verdoso estanque, sonaba el canto de un corro de niñas confundiéndose con el juguetón parloteo de los traviesos gorriones:.
La ciudad estaba como envuelta en una gasa de oro, y hacia el Oriente se perfilaban las cimas de los montes, el pico de los Otates, y los crestones de Mata Espesa, sobre un fondo verdoso de suaves opalinas.
A la izquierda, en un marco dorado, bajo un cristal verdoso y orlado de oro sobre fondo negro, un retrato de don Antonio López de Santa-Anna, de gran uniforme, al cuello la cruz de Guadalupe.
Rocas formidables, olas, playa con caracolitos, praderas verdes, setos, callejas llenas de arbustos, helechos y líquenes, veredas cuyo término no se sabía, caseríos rústicos que al caer de la tarde despedían de sus abollados techos humaredas azules, celajes grises, rayos de sol dorando la arena, velas de pescadores cruzando la inmensidad del mar, ya azul, ya verdoso, terso un día, otro aborregado, un vapor en el horizonte tiznando el cielo con su humo, un aguacero en la montaña y otros accidentes de aquel admirable fondo poético, favorecían a los amantes, dándoles a cada momento un ejemplo nuevo para aquella gran ley de la Naturaleza que estaban cumpliendo.
No pronunció el Tuerto palabra, únicamente su ojo verdoso se encendió con fosfórica luz, y miró a Barbacana, como pidiéndole permiso de tomar parte en la empresa.

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