Ejemplos con untos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Torcida vive en una vida irregular y estrambótica, bajo la férula de Domiciana, de quien no puedo decir si es mujer desaforada, o bruja que ha descubierto untos maravillosos para darse olor de santidad.
Nadie pensó sino en hacer viajes o enviar recados a casa de la modista, autora del traje que había de sacar a escena, en peinar y repeinar a la nueva artista, y en prepararle una banasta para las ropas y una caja para los untos, cosméticos, polvos, mano de gato y otros afeites.
Esta credulidad, de que nunca participaron las personas verdaderamente cultas, va cediendo también hoy en el ánimo de las indoctas, pero no así la fe en innumerables agüeros, talismanes, amuletos, cábalas y untos, de aplicación medicinal y moral, para cuya enumeración y recetario sería preciso escribir un tomo en folio.
Sabía curar males de varias clases, y conocía mil salutíferas hierbas y untos, además de toda la farmacopea casera, mezclando en hórrido caos la medicina y la religión, lo terapéutico y lo supersticioso.
CONVIENE A SABER: REDOMAZOS, UNTOS DE MIERA, CLAVAZÓN DE SAMBENITOS Y CUERNOS, MATRACAS, ESPANTOS, ALBOROTOS Y CUCHILLADAS FINGIDAS, PUBLICACIÓN DE NIBELOS, ETC.
Después, el tocador de ella: sus mil objetos, untos y perfumes, y el vestíbulo, y el estrado.
¡Como si yo fuera de otra materia más fuerte y asegurada de achaques! ¡Como si solamente las mujeres casadas tuvieran humores y necesitaran untos y cataplasmas!.
-¡Asús! Es un hombre muy malo, que mata a la gente y le saca los untos.
Sabía de bebedizos y untos.
Tenía untos para secar las mataduras, peluquines para encubrirlas, limas especiales, y pastas, más especiales que las limas, para contrahacer edades en las cédulas de los dientes.
Pues con yegua tal, convenientemente restaurada, gracias a untos, peluquines, tijeras, gengibres, limas y sopladuras, fue Telaraña a la feria de un pueblo.
No se sabe por qué, tal vez por guisar lo que ya no pueden comer, las viejas adoban untos de amor, del amor que es para ellas paraíso perdido.
Fue compañera del buscón Pablillos en sus andanzas cortesanas, fabricadora de untos para reedificar doncellas.
En balde fue que los dos con ño Regino la acostásemos a ver de que sudara en la cama, en balde unos untos de asaite caliente que le dimos, y hasta la mesma reis del quiebrarao, que no hay como eso patrón pa las alsaduras de sangre.
-Precisamente, y que aguardásemos para ello a que estuviera en el castillo de su padre, porque has de saber, honrado Bullanga, que a beneficio de la buenaventura y de cuatro untos y pomadas entro en él siempre y cuando se me antoja.

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