Ejemplos con untuoso
Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.
pastoso y untuoso, tiene un sabor peculiarísimo y acentuado.
Las superficies poseen un brillo sedoso, a veces muy característico, y tacto untuoso, semejante al del talco.
No tienen el tacto graso y untuoso de los aceites fijos y no dan jabón.
El almizcle es de un color púrpura oscuro, seco, suave y untuoso al tacto, y amargo al gusto.
Su misticismo, según Charles-Victor Langlois es erudito, untuoso, ornamentado, florido, un misticismo que nunca incurre en peligrosas temeridades, es el misticismo ortodoxo de un rétorico sutil y prudente.
Esto explica porqué el grafito es blando y untuoso al tacto.
Castellano: alimoaches, almoches, ansarina, anserina, armuelle silvestre, armuelles silvestres, armuelles sylvestres, buen Enrique, ceñiglo untuoso, ceñilgo, enriqueta, espinaca silvestre, hoja de alubia, hoja de pie de mulo, pie de anade, pie de gallina, pie de ganso, pie de ánade, quenopodio, sarrión, serrón, serrones, zarrones, zurrón, zurrones.
Cerebó: Pegajoso, meloso, untuoso.
Es un queso blando, untuoso y sin materia grasa puesto que esta se retiró durante el proceso de coagulación.
Su sabor es más bien suave, untuoso y hasta cremoso.
Cuando se corta un herve, el queso bajo la corteza es más untuoso, el sabor más curado y el grado de madurez disminuye hacia el centro.
Plinio dice que hay diez tipos de sabores, Fernelio dice que son nueve, pero él considera que son ocho, agudo, amargo, salado, untuoso, dulce, insípido, estíptico, o acerbo y aceroso.
Y también reconocía ella de buen grado, y pensando a veces en pasadas ilusiones, que a pesar de ser tan hábil en aquellos manejos, su marido no era afeminado de figura ni de gestos, era suave, algo felino, podría decirse untuoso, pero todo en forma varonil.
El gesto untuoso, relamido, de una afectación monjil, la hacía antipática.
Pronto, si sigue descuidándose, podrá ver que se le va formando en la superficie una espuma colorada que la enturbia con visos de sangre, y en el fondo del crisol un sedimento negro, untuoso, que todo lo atrae a sí y que más tarde le dará mucho que hacer.
Los dioses, mientras tanto, siguen su tarea y enseñan sin cesar a los habitantes de la Pampa, hoy dóciles y sumisos, que los rebaños siempre se deben mejorar, que para hacerse la vida más llevadera, el Hombre debe pedir a la Tierra, su madre santa, las mieses doradas, el vino bermejo, el untuoso aceite, la dulce miel, y la seda lustrosa, y la fina ropa de lino, y las frutas sabrosas, y la madera abundante, y que de los bienes de la Tierra conseguidos por el trabajo, nace el bienestar, y del bienestar, el amor a las artes que embellecen la vida.
Acostumbrados al clima primaveral de sus campiñas nativas, a la poética mansedumbre de sus habitantes dedicados a hacer correr en ánforas fabricadas por ellos mismos y bellamente adornadas de artísticas pinturas, la espumosa leche de sus ovejas, a recoger la miel de las abejas del Himeto, a prensar las uvas hinchadas en las cubas rebosantes, a sacar del árbol favorito de Minerva el untuoso aceite, a encerrar en los graneros las doradas mieses, acompañando todos los trabajos con himnos y bailes sagrados, y celebrando con alegre fervor su agradecimiento por la generosidad inagotable de sus dioses, sorprendidos, chocaron éstos, en la soledad pampeana, con hombres insumisos, errantes, belicosos y brutales, sin arte ni poesía, groseros y sin disciplina.
