Ejemplos con terneras

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Las terneras son marrón pálido.
Las víctimas solían ser bueyes, terneras, carneros, corderos, chivos, cabritos y moruecos.
La gastronomía del lugar viene condicionada por la climatología de la zona, siendo muy rica en calorías en la época invernal: sopas de ajo, carnes guisadas, adobos, piezas de caza como el venado o jabalí, y también, como en otras zonas de pasto, sabrosas carnes de las terneras de la zona.
Sobre la base de este guión convencional se suceden gags como la entrada de los vaqueros en el saloon pasando bajo las puertas y los trotes a lomos de ponies cuidando de terneras.
Palabra utilizada por ganaderos bovinos, para hablar de la cruza de las terneras.
El interés, cualquiera que él sea, de las domésticas disensiones entre el irascible don Juán de Prezanes y su vecino, pesa e importa poco ante el alarde de fuerza muscular de los nuevos Entellos y Dares, ante el empuje del ábrego desatado, o ante la nube de polvo que levantan novillos y terneras.
Antolín de Pablo salía cada quincena para Villaviciosa, Sevilla la Nueva, Villa del Prado y Cadalso de los Vidrios, y volvía con carneros y terneras para el matadero de Madrid.
Juan va al establo, saca los ojos a todas las terneras y ovejas y los pone en la cara de Margarita.
A los jefes levantiscos que se la pasaban dando carreras del club conspirador al monte vecino, para armar revoluciones y comerse las terneras y las gallinas que encontraban al paso, porque no les dejaban la presidencia o cosa así, aquel inexorable reformador los sometió bajo su mano de hierro, y llevó de esta manera la tranquilidad a los pueblos que, distanciados de la capital, vivían con el alma en un hilo, en espera del general recién «alzado».
De arroz con leche iban a la misma hora siete calderas engullidas, y de las seis terneras no quedaba más que una pata.
En un ángulo del corral otras cocineras, menos diestras, guisaban en grandes trozos seis terneras, improvisándose en el centro una fuente de vino tinto y se armaba una cucaña en el otro lado.
Los niños ejercitan sus fuerzas y se adiestran por placer en el manejo del lazo y de las bolas, con que molestan y persiguen sin descanso a las terneras y cabras: cuando son jinetes, y esto sucede luego de aprender a caminar, sirven a caballo en algunos quehaceres: más tarde, y cuando ya son fuertes, recorren los campos cayendo y levantando, rodando a designio en las vizcacheras, salvando precipicios, y adiestrándose en el manejo del caballo: cuando la pubertad asoma, se consagran a domar potros salvajes, y la muerte es el castigo menor que les aguarda, si un momento les faltan las fuerzas o el coraje.
Antolín de Pablo salía cada quincena para Villaviciosa, Sevilla la Nueva, Villa del Prado y Cadalso de los Vidrios, y volvía con carneros y terneras para el matadero de Madrid.
¿Quién podría contemplar mis formas opulentas sin estremecerse de placer? Alah mismo, en el Libro, hace el elogio de la grasa cuando manda inmolar en los sacrificios carneros gordos, o corderos gordos, o terneras gordas.
Veíanse en sus lomas entre otros árboles, el castaño de América, el medicinal jigüero, el mamey de sabroso fruto, y la palma de yaguas con su espada verde y aguda, que descuella sobre sus elegantes ramas, sirviendo su punta de asiento a las canoras avecillas, y el plátano cuyas anchas, sonantes y lánguidas ramas se mecen suavemente doradas por la luz del día, todo esto en medio de pastos frescos y abundosos en que se veían pacer algunas vacas mientras retozaban sus terneras.
Mas luego que no advirtieron ninguna riqueza ni aparato, sino un hombre anciano, tendido sobre la hierba en la orilla del mar, pequeño de cuerpo y sin ninguna distinción en su persona, envuelto en una mala y despreciable capa, dióles gana de reír y de burlarse, repitiendo lo que dice la fábula: “El monte estaba de parto, y parió un ratón”, pero todavía se maravillaron mucho de lo extraño de su porte cuando, habiéndole traído y presentado diferentes regalos, recibió la harina, las terneras y gansos, apartando de sí los pasteles, los postres y los ungüentos.
A cualquiera es permitido allí el sacrificio de bueyes y terneros puros y legales, mas a ninguno es lícito el de vacas o terneras, por ser dedicadas a Isis, cuyo ídolo representa una mujer con astas de buey, del modo con que los griegos pintan a Io, por lo cual es la vaca, con notable preferencia sobre los demás brutos, mirada por los egipcios con veneración particular.
E non sabiendo en cuál parte del monte era, ingeniose de poner terneras e bezerros enderredor del monte e algunos de los fijos de las furtadas vacas.
Vacas, bueyes, terneras, carneros, ovejas, cabras.

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