Ejemplos con serenándose

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

después ella descubre que puede controlar su poder manteniendo la calma y serenándose, pero no puede controlar antes de emitir ondas EM en primer lugar.
Ella, serenándose, tornó a sonreir con graciosa malicia.
Y el Emperador, serenándose, volvía al fin sobre sus pasos, y con un gesto de agradecimiento majestuoso se quitaba la cadena de oro pendiente de su cuello, para colocarla sobre los hombros de Febrer.
Un destino fatal encadenó su vida a la de ese desdichado, víctima de su temperamento, víctima también de su egoísmo y de su orgullo Está bienañadió al cabo serenándose.
Respetaron los discretos varones estos refinados escrúpulos, y serenándose más a cada instante la buena mujer, les dijo que sentía magulladuras dolorosas y quebranto en diferentes partes de su cuerpo venerable, pero que no creía tener fractura en ninguna pieza de su esqueleto, agregando que sufriría con paciencia, y hasta con gozo, todas las averías de la máquina corpórea, con tal de ver para siempre conquistada su libertad.
Luego, serenándose su ánimo, se acordó de Paz y del recrudecimiento que imaginó notar en su amor.
Al día siguiente Fernando cobró algunas fuerzas, y serenándose su mente, empezó a comprender la infame sorpresa de que había sido víctima.
Serenándose al instante, repuso:.
Pero serenándose al punto su rostro, me dijo:.
Después, serenándose un poco, me mandó retirar, y cuando me hallé fuera, dejándola con su doncella, la sentí llorar con lágrimas francas y abundantes, que debían templar la irritación de su espíritu y poner calma en su excitado cerebro.
-Me he quedado sin sangre en el cuerpo -declaró Pluma, serenándose un tanto cuando vio que la Fraila guardaba el arma homicida.
Poco a poco fue serenándose el piélago alborotado: se desvanecieron una después de la otra las nubes apiñadas en aquel horizonte naturalmente sombrío, y volviendo a estrechar la niña en sus desnudos brazos, añadió con toda la dulzura que pudo dar a su voz, por naturaleza bronca, con toda la calma de que pudo revestir su semblante:.
-Gregorio -exclamó Felipe María, serenándose de repente-, tú me traes noticias de Rosario.
!¡Ah pillete aristócrata! -dijo Bou serenándose al comprender lo que era-.
Ante la insultadora ironía de estas palabras que recordaban a la dama su origen, se estremeció ella de rabia y el color de la púrpura subió a su rostro, mas serenándose luego y fingiendo no hacer atención en el agravio, miró con fijeza a D.
El Doctor se limpió las lágrimas, y serenándose un tanto habló así con su amiga:.
La señora volvió en sí y como el doctor Estaca le prometiera al fin consagrarse desde que amaneciera a trabajar en favor de la niña doña María, fue serenándose poco a poco y recobrando su salud, sin sacudir por eso el caimiento en que pretendía estar.
-dijo el padre serenándose-, ¡estaba soñando con aquel maldito bandido.
primeras impresiones de un corazón virgen! Poco a poco Álvaro fue serenándose y experimentando el.
Luzbel serenándose:.
Respetaron los discretos varones estos refinados escrúpulos, y serenándose más a cada instante la buena mujer, les dijo que sentía magulladuras dolorosas y quebranto en diferentes partes de su cuerpo venerable, pero que no creía tener fractura en ninguna pieza de su esqueleto, agregando que sufriría con paciencia, y hasta con gozo, todas las averías de la máquina corpórea, con tal de ver para siempre conquistada su libertad.
Su rostro reflejó vago inefable bienestar, sus facciones fueron serenándose, y algo ultraterreno brilló en su semblante, que iba adquiriendo aspecto de estatua yacente, fue a besar el escapulario, y sus brazos se negaron a acatar los imperativos de su voluntad, sus ojos, sus grandes ojos, parecían mirar algo sólo visible para ella, y de pronto, una sonrisa iluminó como un rayo de sol sus labios, que musitaron suaves y acariciadores.
-Lo esencial es que hayas salido ileso de la catástrofe -prosiguió don Pedro mientras los demás no apartaban los ojos de don Juan, que, poco a poco, iba serenándose-.
Pero serenándose de repente:.
-Siendo atinada, cuerda, previsora y cristiana la medida -prosiguió don Sotero fortaleciéndose y serenándose a medida que la joven se exaltaba-, claro y evidente es que el rebelarse contra ella, ni es cristiano, ni previsor, ni cuerdo, ni atinado.

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