Ejemplos con serenísima

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El poseedor del título usaba el estilo de Alteza Serenísima.
Alteza Serenísima Jones y Paul Lakeland,.
Nacida en Ebersdorf, hija Su Alteza Serenísima del Conde soberano del Sacro Imperio Enrique XXIV y su esposa, la Condesa Carolina de Erbach-Schönberg.
Maximiliano estaba por debajo del rango de la realeza, ya que sólo tenía derecho al rango de Alteza Serenísima como miembro de una rama secundaria de la Cása de Baviera.
Viendo que ni en la Corte ni cerca de los duques de Medina adelantaba cosa alguna, fue a la villa de Palos con su hijo o a tomar su hijo Diego, niño, lo cual yo creo fuese al convento de La Rábida, y salió a un padre que había por nombre Fray Juan Pérez que debía ser el guardián el cual diz que o era confesor de la serenísima Reyna o lo habia sido.
La Serenísima República de San Marino es el último superviviente de un gran número de comunas italianas autogobernadas de la Edad Media.
Anteriormente, Danone Argentina era llamada La Serenísima.
La Serenísima es una empresa láctea argentina, fundada por los hermanos Antonino y José Mastellone en la localidad de General Rodríguez, Provincia de Buenos Aires.
En cumplimiento de lo cual dichas universidades enviaron sus pareceres y vistos en el nuestro Consejo y porque por ellos consta que hay mucha necesidad y conviene para la salud humana que se haga la dicha anatomía, he consultado con la Serenísima Reina de Bohemia fue acordado que debíamos mandar dar esta nuestra carta por la cual damos licencia y facultad para que en los meses de Noviembre, Diciembre, Enero y Febrero de cada año se pueda hacer anatomía de un cuerpo de los que se condenasen por delitos graves a pena de muerte y se ejecutase en ellos la dicha pena, o de los que muriesen en alguno de los hospitales, cual pareciese que más conviene a los médicos de la Universidad de esa dicha villa.
Esto abrió el camino para más contactos y cooperación entre los nobles, así como para la República Serenísima de Polonia.
Todos los demás descendientes reciben el título de Príncipe o Princesa de Rusia y el tratamiento de Alteza Serenísima.
Los Voluntarios defensores de la Plaza, entendiendo que serían indultados si hacían acto de arrepentimiento en el sagrado recinto de la Catedral, allá fueron cual ovejas sumisas y, con más paciencia que el amigo Job, esperaron el fallo benigno de la serenísima tirana.
Era el ministro de ayer, el jefe de los ejércitos de mar y tierra, el árbitro del gobierno, el opulento Príncipe y prócer, señor de inmensos estados, el amigo íntimo de los Reyes, el dispensador de gracias, el dueño de España y de los españoles, pues de aquella y de estos disponía como de hacienda propia, el coloso de la fortuna, el que de nada se convirtió en todo, y de pobre en millonario, el guardia que a los veinticinco años subió desde las cuadras de su regimiento al trono de los Reyes, el conde de Eboramonte y duque de Sueca y duque de la Alcudia, y Príncipe de la Paz, y Alteza Serenísima que en un día, en un instante, en un soplo había caído desde la cumbre de su grandeza y poder al charco de la miseria y de la nulidad más espantosas.
¿No bastaba que lo dijera yo, que soy amigo de Su Alteza Serenísima, y tengo estudios para comprender lo que conviene al interés de la nación? Véngase Vd.
ya que yo tengo el honor de ser recibido por Vuestra Alteza serenísima.
-¿Pues para qué la he escrito? A Su Alteza Serenísima le encantan los versos latinos.
-Véalo usted -contestó éste-, a su Alteza Serenísima el señor Príncipe de la Paz.
—Las desgracias que tales descuentos traen, serenísima señora, ántes se han de tener por dichas que por desventuras: ya vuestra Majestad me ha dado nombre de hija: sobre tal prenda ¿qué males podré temer, o qué bienes no podré esperar?.
¡Oh la más hermosa y la más ingrata mujer del orbe! ¿Cómo que será posible, serenísima Casildea de Vandalia, que has de consentir que se consuma y acabe en continuas peregrinaciones y en ásperos y duros trabajos este tu cautivo caballero? ¿No basta ya que he hecho que te confiesen por la más hermosa del mundo todos los caballeros de Navarra, todos los leoneses, todos los tartesios, todos los castellanos, y, finalmente, todos los caballeros de la Mancha?.
Por entre las ásperas peñas de Monserrat, suma y grandeza del poder de Dios y milagrosa admiración de las excelencias de su divina Madre, donde se ven en divinos misterios, efectos de sus misericordias, pues sustenta en el aire la punta de un empinado monte, a quien han desamparado los demás, sin más ayuda que la que le da el cielo, que no es la de menos consideración el milagroso ysagrado templo, tan adornado de riquezas como de maravillas, tanto, son los milagros que hay en él, y el mayor de todos aquel verdadero retrato de la Serenísima Reina de los Ángeles y Señora nuestra después de haberla adorado, ofreciéndola el alma llena de devotos afectos, y mirado con atención aquellas grandiosas paredes, cubiertas de mortaja y muletas con otras infinitas insinias de su poder, subía Fabio, ilustre hijo de la noble villa de Madrid, lustre y adorno de su grandeza, pues con su excelente entendimiento y conocida nobleza, amable condicion y gallarda presencia, la adorna y enriquece tanto como cualquiera de sus valerosos fundadores, y de quien ella, corno madre, se precia mucho.
Pueblo somos, pero pueblo honrado, y nada de más haría la Serenísima Señora Reina en permitir que nos llegáramos a su trono para besarle la Real mano».
a ser señoría, en Flandes excelencia, en Alemania serenísima, en Suecia alteza, pero en.
aplaudida belleza de una serenísima señora Infanta, Sor Margarita de la Cruz, seguida.
serenísima señora doña Ana de Austria, florida reina de Francia, así como lo fueron.
-No es -dijo el Cojuelo- traje turquesco, que es la usanza húngara, como ha sido rey de Hungría: que es Ferdinando de Austria, cesáreo emperador de Alemania y rey de Romanos, y la emperatriz su esposa María, serenísima infanta de Castilla, que hasta los demonios -volviéndose a don Cleofás- celebramos sus grandezas.
Al partir la hueste, el sol mismo, dejando en el cielo su asiento, desapareció de la vista de los mortales, sin que se viera nube alguna en la región del aire, por entonces serenísima, de suerte que el día se convirtió en noche.
Pero el fresco de la noche serenísima de Junio, la humedad y el perfume de las frondas, el misterio verde de luz plata que temblaba por las grutas de calma y de silencio, la infiltraron pronto de su diáfano reposo.
A la excelente viuda la hicieron princesa de la sangre, con título de alteza serenísima.
Don Fernando VII con la serenísima Señora doña María Cristina de Borbón.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba