Ejemplos con serenó

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cuentan que la nave en que viajaba estuvo a punto de naufragar debido a la presencia de una gran tormenta que puso en peligro las vidas de los tripulantes, entonces Pedro Urraca ofreció su vida a la Virgen si lograba salvarse, de pronto mar se serenó, y el barco continuó viaje a Quito con toda tranquilidad.
El rostro del amo se serenó, dilatándose con una sonrisa de complacencia.
Nuestro caballero se serenó por completo.
Alicia lo miró con extravío, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato de estupefacta confrontación, se serenó.
La negra calma de la noche serenó y puso en orden sus atropellados pensamientos.
Luego de comer, la tranquilidad del mar serenó los ánimos y las digestiones, restableciéndose cierta alegría en el jardín de invierno.
Don Roque, observando que le habían comprendido, se serenó, despojóse del enorme gabán en que yacía prisionero, de la levita, del chaleco.
Su azoramiento era tal que casi le pega a la hucha vacía en vez de hacerlo a la llena, pero se serenó, diciendo: ¡Qué tonto soy! Si esto es mío, ¿por qué no he de disponer de ello cuando me dé la gana?.
Cuando salió a la calle, el aire fresco le serenó algo, pero el bochorno sufrido oyendo a Millán le pesaba en la memoria como el rubor de una falta propia: unos instantes le agradecía el aviso, otros, casi le guardaba rencor.
Sólo me acuerdo de que vi a la Pura y Limpia, y después quise entrar en la iglesia y coger al Santísimo Sacramento soñé que me comía la hostia Nunca me ha dado un toque tan fuerte, chica ¡Qué cosas se le ocurren a una cuando se sube el mengue a la cabeza! Créemelo porque yo te lo digo: cuando se me serenó el sentido, estaba abochornada El único a quien guardaba rencor era al tío capellán.
Al subir las escaleras de la casa se serenó, pensando que su tía no sabía nada, y si lo sabía, que lo supiera, ¡ea! ¡Qué carácter estoy echando! se dijo al meterse en su cuarto.
Susana se había sentado y parecía abrumada de nuevo por sus meditaciones, pero al oír las últimas palabras de Martín, se serenó su rostro, brillando en él aquella sonrisa apacible y melancólica que produce toda idea de felicidad al pasar con rapidez por la mente cargada de malos recuerdos y de crueles dudas.
En poco tiempo se serenó, y pudiendo adquirir la certidumbre de que no soñaba, examinó el sitio, se movió, y un ruido seco de hojas de maíz le hizo comprender que se hallaba en un jergón.
Al día siguiente se serenó, y después se reía de haber temido que Elías podría matarla.
Doña Leoncia empezó a reír con mucha gana, y el buen Carrascosa, que no estaba dispuesto aquel día a ponerse serio, se serenó y concluyó por reírse también.
Turbose mucho la joven con aquellas palabras, pero la esperanza de que pronto llegarían a la decantada calle del Humilladero, la serenó, haciéndole más llevaderas las amabilidades del buen hombre.
Yo nada la pregunté, nada la dije, Amparo, con la fuerza de voluntad que Dios la ha dado, se serenó, y nada me dijo del retrato, ni de mi sorpresa involuntaria, dejé pasar algunos días, y a la primera confesión la dije:.
Cesó la lluvia, se serenó el cielo, brillaron las estrellas, la luna asomó su rostro bello y el eco del que gritaba se oyó perceptiblemente.
llamada Sirio serenó la noche, y asimismo el dia siguiente.
Luego, como observó que aquello parecía el paseo de los bichos cual si se buscasen para la noche parajes cómodos a los que les conducían sus instintos, se serenó.
De tal modo serenó esta esperanza el ceño de Villefort, que cuando volvió a ocuparse de Dantés, el joven, que había observado atentamente las mudanzas de su rostro, le sonreía también como su pensamiento.
-Caballero -dijo Alberto, cuya voz conmovida al principio se serenó poco a poco-.
Rosario se serenó al punto, y dirigiéndose hacia la ventana, díjole a su novio con acento afable:.
Surtió este consejo el efecto deseado, pues doña Blanca con esta idea se serenó muy pronto, tal era el miedo que tenía a verse separada de su hija.
se serenó, de su terror, el ánimo del pueblo,.
Al contacto del agua lloró más, pero luego se serenó pronto, como ocurre a los seres que no tienen costumbre de ser consolados.
La fisonomía de la priora, hasta entonces turbada y sombría, se serenó.
Un poco se serenó en el breve descanso que hizo a mitad de la cuesta, pero apartar no podía de su pensamiento el bárbaro mandato de aquel hombre, ni su imagen imborrable, el cuerpo muy derecho, la ropa ceñida, a estilo de torero, la cara muy hermosa, cetrina y bien afeitada, los ojos que despedían lumbre, junto a la boca un lunar de pelo muy rizado, que parecía un borlón.
Jean Valjean después del síncope, se serenó, y recobró casi una completa lucidez.
Su rostro se serenó de repente, quedaron en él las señales de la vigilia, pero no las de la pena.

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