Ejemplos con relinchar

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El patio empedrado, sombrío bajo el inmenso y ardiente cielo azul de la tardecita, vibraba sonoro del relinchar de los caballos pujantes, del reír fresco de las mujeres, de los afilados ladridos inquietos de los perros.
Rara vez sonaba en aquellos barrios el importuno voceo de papeles públicos por ciegos roncos o chillonas mujeres, las patadas y el relinchar de caballerías alegraban los espacios, todo era distinto del Madrid céntrico, donde el clásico rostro de España se desconoce a sí mismo por obra de los afeites que se pone, y de las muecas que hace para imitar la fisonomía de poblaciones extranjeras.
Los gritos de los jinetes, el brillo de sus cascos, el relinchar de los corceles que regocijaban en aquella fiesta sangrienta sus brutales e imperfectas almas, ofrecían espectáculo aterrador.
¿No oyes el relinchar de los caballos, el tocar de los clarines, el ruido de los atambores?.
Y aparecerá la aurora, y llegará la hora del anochecer, sin que se escuchen en el palacio ni el canto del gallo, ni el ladrido del perro, ni el relinchar de los caballos.
El patio empedrado, ombrío bajo el inmenso y ardiente cielo azul de la tardecita, vibraba sonoro del relinchar de los alegres caballos pujantes, del reír fresco de las mujeres, de los afilados ladridos inquietos de los perros.
En esto la mancha obscura se había agrandado en extremo, y empezamos a oír distintamente el son de los instrumentos músicos, el relinchar de los caballos y el resonar de las armas.
Pero oyó un día a un caballo relinchar admirablemente, y lo quiso imitar.
Lo que todos esperaban, y había de dar el tono a la velada y bríos a los menos animosos, llegó cuando el mocetón del campanario se cansó, y se hubo trancado la puerta de la iglesia, y no quedaron otros ruidos en sus inmediaciones que la algarabía incesante de los muchachos, el hablar recio y el obstinado relinchar de los talludos.
Y de pronto oyó detrás de él relinchar dé caballos, y recordando su última desventura, escapó lo más a prisa que pudo, buscando un rincón en que esconderse, pero no lo encontró.

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