Ejemplos con penachos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Todos los Contopus tienen penachos.
Sus erupciones producen cúpulas de lava, penachos volcánicos, nubes ardientes, pequeñas vaciados de lava y lahars que son canalizados hacia el suroeste por los bordes de la caldera.
Sus erupciones producen cúpulas de lava, penachos volcánicos, nubes ardientes, pequeñas corrientes de lava y lahars.
Generalmente también presentan adornos de penachos y tallos con bracteas como de papel fino.
En general son perennes y perennifolios, formando penachos o macollos, y algunos son estoloníferos y pueden ser un poco invasivos.
En heráldica, los lambrequines son penachos o recortes que penden a los lados del timbre.
El grado es representado en las armas por el jefe o un franco cuartel, además de estar marcado por el número de penachos del tocado que surmonta el escudo.
Los duques del imperio portan un jefe de gules estrellado de plata, un tocado de terciopelo negro, remangado de armiño a siete penachos de plata, con burelete de oro y seis lambrequines de oro, el todo puesto sobre un manto de azur forrado de vero.
Cada uno con una hoja suave y carnosa hendida con unos penachos.
Unos majestuosos penachos de agua y fuego que bailan al ritmo de la música que penetran en el exuberante entorno, también la presencia de las luces centelleantes de colores proveen entretenimiento a los huéspedes del hotel y turistas.
El decorado del interior del templo corresponde al estilo barroco indígena o barroco novohispano, consistente de una exuberante decoración con motivos indígenas, tales como ángeles con penachos de plumas, con guirnaldas de flores, con atuendos de caballero águila y con rasgos indígenas, frutas y plantas.
Frutos en folículos con semillas provistas de penachos plumosos.
En su vestimenta se mezclan los colores patrios de Francia y de México y sus roles los asocian con fuerzas de ocupación extranjera, incluso lucen un águila imperial en sus penachos y un par de banderitas mexicanas.
Los dinteles de los vanos están decorados con penachos triangulares cubiertos de relieves de amorcillos y acantos.
Ellos crecen de pequeños rizomas de donde salen los penachos de hojas de donde emergen las flores en unos racimos sobre pequeños tallos sobre las hojas.
Tiene una cadencia muy típica y los danzantes muestran grandes penachos de plumas y lanzas con vestimenta.
Toda la portada presenta gran profusión de elementos decorativos: figuras geométricas, serpientes, soles, luna, cabezas humanas con penachos, aves, leones, etc.
Debía ocupar su dormitorio, aquella cama solemne como un catafalco, con penachos y columnas, que había tenido el honor de servir horas antes a un ilustre general del Imperio.
El millonario durmió mal esta segunda noche en su cama aparatosa de columnas y penachos que había pertenecido a Enrique IV, según declaración de los vendedores.
El vientecillo del amanecer hacía ondear los penachos de su sombrero.
La doble fila de cascos negros con penachos de humo avanzaba mansamente en las jornadas de bonanza.
Los rayos del sol, chorros oblicuos de oro que venían de lo alto iluminando espirales de polvo, moscas y polillas, le hacían pensar nostálgicamente en las manchas verdes de la huerta, las manchas blancas de los caseríos, los penachos negros del puerto, repleto de vapores, y la triple fila de convexidades azules coronadas de espuma que venían a deshacerse con cadencioso estruendo sobre la playa color de bronce.
Por las calles y encrucijadas de esta urbe flotante que descansaba sobre sus anclas pasaban y repasaban, diminutos y movedizos como insectos acuáticos, botes y lanchas de diversos colores, con penachos de humo, velas izadas, o moviéndose solos, sin un propulsor visible.
Después, un pielroja con grandes penachos y un hacha enorme, cubiertas sus desnudeces con sudoroso almazarrón, y dos negros casi en cueros, sin otras superfluidades que unos taparrabos de crin, huecos como faldellines de bailarina, y una lanza al hombro.
En un departamento las verduras y las flores, en otro las frutas: pirámides de manzanas y naranjas, racimos de plátanos, regimientos de piñas alineadas en los estantes como soldados barrigudos acorazados de cobre y con penachos verdes.
Abajo, el jardín obscuro, con sus penachos negros y ondulantes, arriba, un cielo de verano, esfumado por la bruma calurosa, que empañaba el brillo de los astros.
El grandioso templo era un gigante calzado con zapatos toscos y cubierta la cabeza de deslumbrantes penachos.
Y obra de sus manos era también el brocal del pozo, las pilastras del emparrado, las encañizadas, por encima de las cuales enseñaban sus penachos de flores los claveles y los dompedros.
Allá, a lo lejos, los ojos del joven columbraron un grupo de chimeneas altas y delgadas como los mástiles de un buque y adornadas de blancos y negros y flotantes penachos de humo.
Trotaban, arrastrando los pesados armatostes, las docenas de muías gordas y lustrosas salidas de las cuadras de los molinos, con los rabos encintados, las cabezas adornadas con vistosas borlas y entre las orejas tiesos y ondulantes penachos.

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