Ejemplos con olorón

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Dotado intelectualmente, el obispo lo dirige hacia la Sociedad de los Altos Estudios de Olorón, creada con la finalidad de formar una élite de sacerdotes a quienes confiar los puestos-clave de la diócesis.
Fueron apaleados alguno de los pastores y a cuatro se llevaron a Olorón como rehenes, donde estuvieron retenidos dos años hasta lograr su rescate.
En todos estos años los intentos de conciliación, mediados por los obispos de Bayona, Olorón, Pamplona y Jaca que concurrieron en Ansó, fueron inútiles.
Lasseube tiene una iglesia, bajo la advocación de Santa Catalina, patrona de la diócesis de Olorón, que data del siglo XIII.
Partieron los tórtolos, y a los pocos días hallábanse establecidos en Olorón, junto a los industriosos Bidaches.
Le cuentas nuestro encuentro en el tren del Norte, el pacto que hicimos en Bayona, nuestra vida en Itsatsou, en Olorón, la inspiración de venirnos a París, en fin, todo, todo.
Reiteró la comercianta de encajes la simpatía que en Olorón había mostrado a Teresa, y consecuente en su amabilidad, la llevó a su establecimiento para que se fuera enterando.
En Olorón hizo conocimiento con Teresa, y quedó maravillada de la gracia nativa de esta, de su exquisito gusto, de su genial disposición para comprender y asimilarse las sutiles artes de la elegancia.
Grande satisfacción de todos y alegría loca de Teresa, pues había corrido en Olorón la noticia de un espantoso descalabro de Moriones en tierra de Huesca.
Por fin, medio muertos, sostenidos por la fuerza espiritual que da la esperanza, dieron con sus pobres huesos en Sainte Marie de Olorón al amanecer de un sereno día.
Siguió Ibero la recta hacia Canfranc como el camino más corto para Olorón.
En aquellos días estaba Olorón lleno de emigrados, los más con nombre fingido y disfrazando como podían la condición y nacionalidad.
La marmolería de Camus, donde se instalaron los prófugos, estaba en el arrabal de Sainte Marie, separado de la villa de Olorón por la torrentera de Aspe, que baja del Pirineo metiendo ruido y levantando espumas.
Prorrumpió Chaves en exclamaciones de regocijo, diciendo: Pues nos veremos en Olorón, que de allí hemos de partir para el Pirineo, hijo.
Ni por estas se le comunicó a Santiago, al menos ostensiblemente, el entusiasmo del tentador, y se despidió para Itsatsou y Olorón, a donde trasladaría su residencia.
Avanzaba ya el verano cuando los Bidaches, que eran hijo y padre, ambos casados, determinaron trasladarse a Olorón, donde Carlos Bidache había tomado en arriendo una vieja marmolería y canteras para trabajarlas con los modernos medios industriales.
Ninguna luz obtuvo de las primeras investigaciones, mas al cabo de dos días un guipuzcoano apodado , que iba y venía casi diariamente llevando géneros a la frontera, le aseguró que el fiero coronel, con su hija y una monja francesa, se habían ido a Pau y de allí a Olorón.
Le entregaron a usted ese paquete en Olorón.
Me lo dio una señora que en Olorón visitaba mucho a los hermanos de mi padrino.
Ninguna luz obtuvo de las primeras investigaciones, mas al cabo de dos días un guipuzcoano apodado Chori, que iba y venía casi diariamente llevando géneros a la frontera, le aseguró que el fiero coronel, con su hija y una monja francesa, se habían ido a Pau y de allí a Olorón.
Le cuentas nuestro encuentro en el tren del Norte, el pacto que hicimos en Bayona, nuestra vida en Itsatsou, en Olorón, la inspiración de venirnos a París, en fin, todo, todo.
Reiteró la comercianta de encajes la simpatía que en Olorón había mostrado a Teresa, y consecuente en su amabilidad, la llevó a su establecimiento para que se fuera enterando.
En Olorón hizo conocimiento con Teresa, y quedó maravillada de la gracia nativa de esta, de su exquisito gusto, de su genial disposición para comprender y asimilarse las sutiles artes de la elegancia.
Por fin, medio muertos, sostenidos por la fuerza espiritual que da la esperanza, dieron con sus pobres huesos en Sainte Marie de Olorón al amanecer de un sereno día.
Siguió Ibero la recta hacia Canfranc como el camino más corto para Olorón.
Prorrumpió Chaves en exclamaciones de regocijo, diciendo: «Pues nos veremos en Olorón, que de allí hemos de partir para el Pirineo, hijo.
Avanzaba ya el verano cuando los Bidaches, que eran hijo y padre, ambos casados, determinaron trasladarse a Olorón, donde Carlos Bidache junior había tomado en arriendo una vieja marmolería y canteras para trabajarlas con los modernos medios industriales.

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