Ejemplos con olorosos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Recomendamos probar los tintos jóvenes de Monastrell, los crianzas también de Monastrell y los coupages de Monastrell con variedades francesas, así como los blancos secos de Moscatel, o los olorosos de Moscatel.
Es la crianza típica de los Olorosos, Pedro Ximénez o Condado Viejo.
El jardín de inspiración andaluza y arabo-persa cuenta con especies tales como Ficus macrophylla, Araucaria heterophylla, palmeras, bananos o rosales olorosos y es un homenaje a los escritores favoritos de Blasco Ibáñez : Cervantes, Dickens, Shakespeare u Honoré de Balzac, cuyos bustos aparecen en la puerta de la propiedad y a quienes se dedican varias fuentes y rotondas.
Terminó todo con el agua, que en vasos de cristal y en búcaros olorosos repartieron asimismo las criadas.
Delante venia su sobrina, moza al parecer de diez y ocho años, de rostro mesurado y grave, mas aguileño que redondo, los ojos negros, rasgados y al descuido adormecidos, cejas tiradas y bien compuestas, pestañas largas, y encarnada la color del rostro: los cabellos rubios y crespos por artificio, segun se descubrian por las sienes, saya de burriel fino, ropa justa de contray o frisado, los chapines de terciopelo negro, con sus clavetes y rapacejos de plata bruñida, guantes olorosos, y no de polvillo, sino de ámbar.
Fue, y ¿qué hizo? Cogió unos tomillos olorosos, y con cuidado los puso en aquella parte del bulto que al pecho correspondía.
Y comprendió que la causante de la aparición del efrit era aquella lámpara, y se apresuró a quitársela de las manos a su madre, que seguía desmayada, y la cogió con firmeza entre los diez dedos, y dijo al efrit: ¡Oh servidor de la lámpara! ¡tengo mucha hambre, y deseo que me traigas cosas excelentes en extremo para que me las coma! Y el genni desapareció al punto, pero para volver un instante después, llevando en la cabeza una gran bandeja de plata maciza, en la cual había doce platos de oro llenos de manjares olorosos y exquisitos al paladar y a la vista, con seis panes muy calientes y blancos como la nieve y dorados por en medio, dos frascos grandes de vino añejo, claro y excelente, y en las manos un taburete de ébano incrustado de nácar y de plata, y dos tazas de plata.
La preparación de los aromas, y la variedad del cultivo de las rosas y géneros olorosos, o el arte de la jardinería, la destilación de espíritus, la fábrica de tabacos, se han destinado a recrear el olfato.
Grande número de canoas atracadas a la ribera y adornadas de ramos olorosos, flores y plumas que competían en la riqueza y variedad de los matices, estaban listas a obedecer al remo y romper los cristales del Chimano que las retrataba.
Dice el autor de Los dos cuchillos, hablando de la celebración de esta fiesta: «Aderezose el púlpito con gran aparato, salió el predicador y usó, como si fuera ya obispo consagrado, del privilegio de predicar en silla y con almohada y se desnudó las manos de unos guantes muy olorosos».

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