Ejemplos con mortíferas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Esta combinación de armas se usaba de a menudo contra las formaciones de piqueros y alabarderos, ya que los espadachines podían esquivar las mortíferas picas e infiltrarse en las formaciones para diezmarles desde adentro.
De no ser así, esta sería arrojada a los perros y como es de suponer, acabaría destrozada por las mortíferas dentelladas de los canes.
Tras la muerte del cazarrecompensas Calo Nord, Bandon fue enviado por su Maestro Malak para acabar con Revan, el cual estuvo tras la pista de una de las armas más mortíferas del Imperio Sith, la Fragua Estelar.
Realizaron muchas acciones mortíferas y lograron alcanzar a personajes muy protegidos, creando la leyenda de que nadie podía escapárseles.
No puede crecer mucho en un medio ambiente tan severo, donde las heladas mortíferas pueden darse en cualquier momento del año e incluso el mismo suelo es raro.
Fue una de las temporadas más activas, causó cientos de muertes y daños cuantificados en billones de dólares, esta temporada fue la más costosa y una de las más mortíferas.
Al inicio de su formación, se pronosticó que Debby pasaría a través de las islas del sur de Cabo Verde como una tormenta tropical, pontencialmente causando inundaciones mortíferas.
Aunque el dragón no era muy grande para los de su raza medía siete metros de largo y tres de alto, exhibía unas garras mortíferas y unos dientes como dagas, echaba fuego por la boca y era malévolo y muy inteligente.
En este juego tienes la posibilidad de controlar a Kain y Raziel y sus mortíferas armas: las Segadoras de Almas.
Mirbeau narra con emoción este asesinato de un alma de niño por un jesuita violador, el diabólico Padre de Kern, y analiza las consecuencias mortíferas de la violación sobre el joven, que tenía potencialidades artísticas, definitivamente destruidas.
Y esta misma diversidad de armas mortíferas contribuía poderosamente a mantener en todos los pechos el espíritu bélico tan necesario en aquella ocasión.
En mi escrito, que no tiene principio ni fin, ensalcé el radicalismo puro, única receta para sacar a esta Nación de su atonía y somnolencia mortíferas.
Se trataba de no sé qué diablo de fuerza recientemente descubierta que, mediante conductores de no se sabe ahora qué género, convertía el globo en una gran red que encerraba en sus mallas mortíferas a todos los hombres, velis nolis.
Ellos son que por medio de seres impalpables, cuya existencia durante mucho tiempo no pudo sospechar el Hombre, en su ignorancia, desparramaron la muerte en los rebaños, hasta que el semi-dios Pasteur, mandado a la Tierra por los dioses protectores, hizo conocer los efectos y las causas, revelando a sus discípulos, antes de volver a las regiones etéreas, los medios de combatir las plagas mortíferas.
Habiéndose puesto Pompeyo en marcha después de la batalla para la Hircania y el Mar Caspio, tuvo que retroceder, por la muchedumbre de ciertas serpientes venenosas y mortíferas, cuando no le faltaban más que tres días de camino.
¿Qué extraño es, pues, que como resultado y como síntoma de ese conjunto de circunstancias adversas, los reveses se multiplicasen para los verdaderos mexicanos, en todo el ámbito de la República? ¿Qué extraño puede ser que por algún tiempo la causa de la libertad pareciese perdida y que mexicanos, tal vez de recto corazón, pero débiles e ilusos, se dejasen sobrecoger por el desaliento y creyesen que ya no quedaba otro recurso sino plegarse al hado que parecía contrario? ¿Qué mucho que el benemérito e inmaculado Juárez, que se había abrazado al pabellón nacional levantándolo siempre en alto para que, como la columna de fuego de los israelitas, sirviese de guía y de prenda segura de buen éxito a los dignos mexicanos que sostenían aquella lucha, tan desigual como heroica y tenaz, qué mucho, repito, que Juárez y sus dignos compañeros se viesen obligados a recorrer centenares de leguas, sin hallar un punto en que la bandera de la independencia pudiese descansar segura, ni flotar con libertad? ¿Qué mucho que nuestros más valientes adalides, se viesen por un momento obligados a buscar en la aspereza de nuestros montes, en la inmensidad de nuestros desiertos y en las mortíferas influencias climatéricas de la tierra caliente, los fieles aliados que no podían encontrar en otra parte?.
A esa fatalidad se juntan en la obra saludable los banqueros con ventaja, los tramposos de ingenio que dejan al cartón señales imperceptibles y mortíferas, o que guían bajo el tacto finísimo una gota de goma transparente, los prestidigitadores que resbalan paquetes de naipes preparados y escamotean la catástrofe que asoma, los audaces que asaltan los tapetes y violan los bolsillos, aquellos, en fin, que se mantienen erguidos en la lucha.
Lo instructivo es que los obreros se van agrupando y organizando por el trabajo mismo, sus herramientas se convierten imperceptiblemente en armas, los aparatos con que la humanidad circula y trasmite el pensamiento están en sus manos, el alambre que lleva la orden de un Rockefeller no se niega a llevar la del siervo rebelde, y nuestra cultura, que día por día necesita instalaciones fabriles y de tráfico más y más enormes, pone en contacto y en pie de guerra mayor cantidad de proletarios, las huelgas -esas mortíferas declaraciones de «paz»- aumentan en extensión y en rapidez, y a medida que la propiedad se acumula en moles crecientes, su estabilidad se hace siempre menor.
Ya se iba el hombre, huyendo de las arias mortíferas de Cavallieri, cuando le cogió por su cuenta el Sr.
No había criatura que exhibir pudiera mayor conjunto de seducciones mortíferas, ni que impusiese más terror a los que la sitiaban con solicitudes amorosas.
El tabaco era virginio, de la clase fuerte, capaz de tumbar la cabeza más firme y de volcar los estómagos más equilibrados, pero por sus cualidades mortíferas lo estimaban y preferían los marineros de blindadas fauces.
Se muere también de un empacho de parientes, y cuando el hombre que persigue con todas las fuerzas de su alma la familia ideal y sus puros y honrados goces no encuentra más que un potro donde diversos sayones le dan martirio, es fácil que reviente y se acabe, que si hay yerbas venenosas, también hay familias mortíferas.
Ya sabían los indios que los españoles no daban cuartel, y el desaliento volvió a cundir con mayor intensidad entre ellos, tanto más cuanto que todo su heroico esfuerzo parecía resultar inútil: «tanta flecha -dice un historiador-habían arrojado, que en el campamento se hizo fuego con ellas para cebar mate», y sin embargo el número de los españoles y sus mortíferas descargas no parecían disminuir.
gula a las mortíferas saetas del cazador.
Dejan acercar al enemigo, teniendo una a su espalda, la guerrilla de botellas mortíferas y el otro, su barricada de bolsas.
»Y corrían, corrían, deslizándose con un vuelo oblicuo, silbando en torbellino, arremolinándose, cerniéndose como bandadas de mortíferas aves de rapiña sobre los cementerios, en los cuales solían estallar fuegos fatuos, errantes, parabólicos, de un brillo azulado y fatídico.
Refiere el autor que una mina, llamada la Hedionda, producía cerca de dos mil marcos por cajón, pero que no puede explotarse por ser mortíferas sus emanaciones.
En uno de los pasadizos o galerías que hoy se visitan, sin temor a las mortíferas exhalaciones, vese el pabellón del príncipe Huacari y la figura de éste en actitud que los naturales interpretan de decir a sus amigos: «Antes la muerte que el oprobio de la servidumbre».
El tiroteo tiene sus alternativas, pero no se extingue, y ya se ve que las balas son mortíferas porque la línea se ralea y quedan muchos bravos con la barriga al sol.
Las armas mortíferas cayeron de mi mano y mi cuerpo desmayado dio con ellas sobre la tierra.

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