Ejemplos con levantad

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Derribad los árboles, excavad fosos antitanque, levantad barricadas.
En otra salida de la morisma, el choque era tan furioso, que cejaban los italianos, seguían su ejemplo los alemanes, y el Emperador, rojo de cólera al ver en fuga a sus soldados favoritos, desenvainaba la tizona, pedía su estandarte, metía espuelas al trotón y gritaba al brillante séquito de caballeros que le seguía: ¡Arriba, señores! Si me veis caer con el estandarte, levantad a éste antes que a mí.
Levantad, compañeros, y otorgadme generoso perdón.
Si sentís deseos de inclinaros ante un déspota, hacedlo, pero levantad una piedra para terminar dignamente el saludo.
EL CABALLERO ¡Levantad, por vida mía!.
Si queréis imitarme, levantad vuestro espíritu y desterrad de él toda intranquilidad, Ascylto os persigue aquí, huid de él, y seguidme en mi peregrinación a regiones extrañas, En el navío en que yo voy a partir esta noche podéis venir.
¡Cuán diferente el arte de nuestros días, arte de coleccionistas y de baratilleros! ¿Veis ese palacio que dicen es un prodigio de arte? Sacad de él los tapices, los bronces y los cuadros, levantad cuatro tabiques, y tenéis una casa de huéspedes.
tampoco andéis tan despacio, y levantad la voz de cuando en cuando por si anda la hija de mi señor errante por esos bosques.
Levantad.
- Levantad.
Levantad los velos, exponed el santuario a la curiosidad imbécil, y las generaciones futuras lo expiarán.
- Pero, ¿quitaréis el pie? ¡Vamos, levantad ese pie!.
En «Rosa Esotérica» dice el Maestro refiriéndose al semen: Levantad bien vuestras copas, y cuidad de verter ni siquiera una sola gota de vuestro precioso líquido.
Tomad, por ejemplo, los treinta mil habitantes de la Provincia de Jujuy, poned encima los que están debajo o viceversa, levantad los buenos y abatid los malos.
Sólo tiene un remedio y os lo voy a decir: corred a mi calabozo, levantad el pie de mi cama, que está hueco, y allí encontraréis un frasquito de cristal medio lleno de un líquido rojo, traédmelo.
Cuando el barbero hubo oído las historias y supo la causa de la muerte del jorobado, empezó a menear gravemente la cabeza, y exclamó: ¡Por Alah! ¡Cosa extraordinaria es ésa y me sorprende grandemente! A ver, levantad el velo que cubre el cadáver, que yo lo vea.
Levantad falange de oro, azul y bermellón,.

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