Ejemplos con levantado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Y el voluminoso fraile se levantó de un asiento que antes se creyera que era un butacón, ya que el Padre lo llenaba de brazo a brazo, pero, así que se hubo levantado, resultó ser un sofá, y no de los pequeños.
De vez en vez, transitaba una mujeruca, con el refajo de bayeta amarillo limón levantado, a modo de mantellina, sobre la cabeza, calzada con almadreñas, que levantaba en las losas un eco funerario, como si caminase sobre tumbas vacías.
Aun sin eso, ya no morirá, gracias a Pereda, el tipo hoy casi perdido del viejo marinero de la costa cantábrica, levantado por él a proporciones casi épicas, y digno de hombrearse con muchos héroes de Fenimore Cooper.
La había levantado con los rendimientos abundosísimos de la confitería, pastelería y chocolatería, y de una fábrica de achicoria que poseía en las afueras de la ciudad.
? Los trigos que comienzan a cultivarse en nuestro pequeño valle necesitan un mercado próximo para progresar, pues hasta ahora la cosecha que se ha levantado, sólo ha servido para el alimento de los vecinos.
En otro tiempo no digo que no la hubiésemos levantado.
Este claustro en que estamosdecía, ¿creen ustedes que lo edificaron para que sirviera de refugio a la gente seglar y humilde que hoy lo habita? No señor, la iglesia, aunque generosa, no hubiera levantado estas habitaciones, con sus patios interiores y sus columnitas, para los , el pertiguero, etc.
¡Cerrada! ¡cerrada para siempre! Aquellas paredes las había levantado su abuelo y las renovaba él todos los años.
El corral, el establo, las pocilgas, eran obra de su padre, y aquella montera de paja, tan alta, tan esbelta, con las dos crucecitas en sus extremos, la había levantado él de nuevo, en sustitución de la antigua, que hacía agua por todas partes.
Y la madre tenía que curar a alguno de los mayores aplicándole una pieza de dos cuartos bien apretada sobre el chichón levantado por una piedra traidora.
Sobre sus brazos, como una paloma blanca yerta de frío, trasladó al pobre Pascualet a la caja, a aquel altar levantado en medio de la barraca, ante el cual iba a pasar toda la huerta atraída por la curiosidad.
Y pugnaba con la madre por apartarla del ataúd, por obligarla a que entrase en el y no presenciase el terrible momento de la salida, cuando el , levantado en hombros, alzase el vuelo con las blancas alas de su mortaja para no volver más.
Acisclo, con artes maquiavélicas, no hubiera atizado la discordia, dándole pábulo con ingeniosos chismes, diestramente divulgados, y no hubiera en sazón oportuna levantado bandera de enganche, a cuya sombra se fueron acogiendo y alistando los que se creían desairados o mal pagados de sus afanes.
Tía Pepilla se había levantado, y no tardó en llamarme.
El señor Cuadros seguía acosando a doña Manuela Ésta se había levantado, huyendo de las audaces intimidades por debajo de la mesa, pero el bolsista la seguía para continuar su conversación.
En los puntos más céntricos de la ciudad habíanse levantado los altares , enormes fábricas de madera y cartompiedra que llegaban a los tejados, con decoración gótica o corintia, erizados de mecheros de gas, y en su parte media la repisa, en la que se ostentaba el diplomático de Caspe con su hábito de dominico y un dedo en alto entre cirios y flores.
delira, ó, por mejor decir, que efectivamente hoy se ha levantado V.
Tocaya, buenos días ¿cómo están por aquí? ¿Y el monstruo, se ha levantado ya?.
Ido se había levantado y daba paseos por la sala.
El pobre chico no se habrá levantado todavía.
Pero a poco de estar allí, entró Ballester diciendo que se había levantado un airote muy fuerte y amenazaba tormenta, por lo que unánimemente se acordó no salir, se encendió luz en la sala, y doña Casta dijo a Olimpia que tocara la pieza para que la oyeran Maximiliano y Ballester.
Acercose tímidamente este desgraciado a Villalonga, que ya estaba levantado para marcharse, y en actitud cohibida, echando los ojos fuera del casco, le habló de algo que debía ser los maldecidos dos meses.
Al otro día la señorita estaba un poco mejor, se había levantado y apetecido un sopicaldo.
Aquel altarito levantado a fuerza de meditaciones y de gimnasias de la razón, se resquebrajaba como si le temblara el suelo.
Los muebles se los alquiló una vecina que había levantado casa, y Rubín atendió a todo con tal tino, que Fortunata se pasmaba de sus admirables dotes administrativas, pues no tenía ni idea remota de aquel ingenioso modo de defender una peseta, ni sabía cómo se recorta un gasto para reducirlo de seis a cinco, con otras artes financieras que el excelente chico había aprendido de doña Lupe.
Este se había levantado, y poniéndose a dar paseos por la habitación con las manos en los bolsillos, expresó sus magnánimos pensamientos de esta manera:.
Cuando llegaron a don Quijote, ya él estaba levantado de la cama, y proseguía en sus voces y en sus desatinos, dando cuchilladas y reveses a todas partes, estando tan despierto como si nunca hubiera dormido.
Ya en este tiempo se había levantado Sancho Panza, algo maltratado de los mozos de los frailes, y había estado atento a la batalla de su señor don Quijote, y rogaba a Dios en su corazón fuese servido de darle vitoria y que en ella ganase alguna ínsula de donde le hiciese gobernador, como se lo había prometido.
Verdad es que al segundo toque dieron con Sancho en el suelo, y lo mesmo le avino a don Quijote, sin que le valiese su destreza y buen ánimo, y quiso su ventura que viniese a caer a los pies de Rocinante, que aún no se había levantado, donde se echa de ver la furia con que machacan estacas puestas en manos rústicas y enojadas.
En estotro escuadrón vienen los que beben las corrientes cristalinas del olivífero Betis, los que tersan y pulen sus rostros con el licor del siempre rico y dorado Tajo, los que gozan las provechosas aguas del divino Genil, los que pisan los tartesios campos, de pastos abundantes, los que se alegran en los elíseos jerezanos prados, los manchegos, ricos y coronados de rubias espigas, los de hierro vestidos, reliquias antiguas de la sangre goda, los que en Pisuerga se bañan, famoso por la mansedumbre de su corriente, los que su ganado apacientan en las estendidas dehesas del tortuoso Guadiana, celebrado por su escondido curso, los que tiemblan con el frío del silvoso Pirineo y con los blancos copos del levantado Apenino, finalmente, cuantos toda la Europa en sí contiene y encierra.

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