Ejemplos con insulsa

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Incluso llegó a intentar sustitulor los Lusíadas de Camoens con una obra épica insulsa, Oriente.
Es una mujer cándida y bonachona que a menudo es tomada por insulsa.
El equipo formado por Richard Rogers Partnership y Vidal y Asociados arquitectos ha trabajado en este proyecto con el fin de crear un espacio que cambie la imagen de una actividad mecánica e insulsa convirtiéndola en una experiencia de uso agradable, vibrante y llena de color.
Dewing escogía preferentemente la figura femenina como vehículo de expresión artística, leyendo, tocando música, escribiendo, sus figuras muestran una vida interior insulsa, etérea, distante hacia el espectador.
Superada esta primera e insulsa impresión de santito alfeñicado, de la fisonomía del sacerdote emanaba un no sé qué de personal y sugestivo.
El librero Brycontinuó Ojedafue el autor de ese cuento soso e imbécil sobre el huevo de Colón ¡La suerte de ciertas tonterías! Muy pocos conocen lo que fue el descubrimiento ni tienen una idea aproximada de Colón, pero todos saben la perogrullada del huevo, fábula insulsa digna de un ingenio flamenco.
Para que tus ensueños sean reales, quiera Dios que te visiten espectros, que te rodeen telarañas, que tengas por ropita un sudario y un capuz, que oigas responsos y , que a las rejas de tu cárcel se asomen los simpáticos murciélagos, y por las grietas del suelo penetren los diligentes ratones para cantarte lay el , únicas trovas que cuadran a la insulsa canturria de tu romanticismo.
Educado en Salamanca, fue uno de los más afamados poetas de aquella insulsa escuela, donde se le conocía con el pastoril nombre de Liseno.
Más general, expresa la ocupación, en cierto modo insulsa, de los que aman por pasatiempo y por una especial necesidad de espíritu en que la pasión tiene muy poca parte.
Pensó en su libro, en el que estaba esparcido sobre el velador, parecíale obra de otro, insulsa invención, sofistería fría y descarnada sin vida real.
Cuando menos lo esperaba, me encontré en el Puerto, que me pareció menos interesante que la primera vez, porque le veía a la inversa de entonces, con la línea insulsa de la sierra baja por gran parte de su fondo, en lugar de las grandiosas montañas que en esta segunda visita iban quedando a mi espalda.
Al mismo tiempo se repartía y vendía por los pasillos del teatro un periodiquín tirado en una imprenta microscópica y enriquecido con una larga e insulsa biografía de la Duchesini, versos a la Duchesini, agudezas y anécdotas, en, con, por, sobre la Duchesini, pronósticos de que la Duchesini eclipsaría a las más refulgentes estrellas del arte musical.
¡Qué días los ocho que siguieron a éste! ¡Cuánta ansiedad! ¡Qué insomnios! ¡Qué incesante tensión la de mi espíritu! Veinticinco años, los primeros de mi vida, corridos en el apartamiento, en el sosiego, en la obscuridad, sin deseos, sin ambiciones, al dulce calor del hogar paterno, avezado a abarcar con la mirada, desde la solana de mi casa, todo el escenario en que bahía de desenvolverse la insulsa comedia de mi vida, por larga que ella hubiera sido.
Pero falsa o verdadera, nos animó muchísimo, lo cual nos hacía buena falta, pues al notar, cuando entramos, la desmadejada actitud del uno, y tan absorta, lacia y taciturna a la otra, entendimos que más ganosos estarían de quietud y de silencio, que de la insulsa conversación de dos extraños impertinentes.
Más general, expresa la ocupación, en cierto modo insulsa, de los que aman por pasatiempo y por una especial necesidad de espíritu en que la pasión tiene muy poca parte.
Educado en Salamanca, fue uno de los más afamados poetas de aquella insulsa escuela, donde se le conocía con el pastoril nombre de Liseno.
ni a la plebe deslumbra, insulsa y vana,.
En cambio, a mí, hecho a todas las libertades del sensualismo, en los acercamientos venales o caprichosos, la austera unión que ella consideraba única posible, me parecía insulsa y timorata.
Bueno, saludable, hermoso es lo presente, pero cada vez que considero que puede tener su fin a la hora menos pensada, que los moradores de Peleches desaparecen de aquí, que el palación se cierra y vuelve a dormitar silencioso en sus alturas, ¡ay, qué triste de color lo veo todo! ¡qué negro me parece el solar de los Bermúdez, qué turbio el mar, qué largas las horas, y qué insulsa la vida! En estas lobregueces de la fantasía, acepto al mejicanito rico, docto y sin viruelas, si con él, por amo y señor de la señora y ama de Peleches, quedan las costumbres de allí en el mismo ser y estado en que ahora se hallan, con lo que le doy a usted una prueba bien evidente de que mis entusiasmos no pasan de los límites racionales que les corresponden, de que mis ambiciones se cifran en el goce de la luz, no en la absurda codicia del astro luminoso, en vivir como ahora vivo, en una palabra.
Y, sin darse cuenta de lo que hacía, cambió el rumbo de su confesión, presentaba el caso con nuevo aspecto, y los nuevos confesores llegaron a convencerse de que se trataba de una tontería sentimental, de una ociosidad pseudomística, de una cosa tan insulsa como inocente.
Alguna noche, cuando se quedaba libre de la insulsa compañía de don Enrique, se ponía Teresa mantón y nube, y echábase a la calle con su criada.
La Patagonia sin patagones era una tierra insulsa y prosaica.
Ya en los días de Atienza, cuando nos quedábamos solos, se me quejaba de la pesadez insulsa del rosario que mi madre nos hacía rezar con ella todas las noches.
De allí a pocos días, compuso el mismo muchacho una octava, insulsa si las hay, y se la llevó al oráculo, diciendo que había hallado aquella composición en un manuscrito de letra de la monja de Méjico.
En cuanto a mí, la contienda y emulación con otros acerca del estilo en general me parece insulsa y repugnante, pero si es en cosas que no pueden imitarse, téngola por la última necedad.
Los dioses sencillos de los tiempos primitivos, uno a uno, se fueron, dejando ya para siempre la Pampa insulsa, sin poesía y despojada de su serena majestad.
Va de grupo en grupo, llenando de reflejos colorados los ojos empañados por la embriaguez, los encandila, los enceguece, sugiere palabras hirientes, aviva la conversación más insulsa, alza el tono de las voces, vuelve sombrío el pensamiento, desvía la lengua, sobreexcita el ademán, y el hombre a quien eligió de sacrificador, se siente poco a poco vencido por la fuerza irresistible de su destino fatal, invadido, arrollado por el prurito de matar, matar, matar.
—Pues sabed que fue un pedazo de una insulsa calabaza, sin el picante moral y sin el.
Dicho sea en honra suya, eran, con sus no muy viriles frontispicios, desgarbados por la insulsa indumentaria que imponían las leyes de la ''crema elegante'', una ejemplar excepción entre muchos de sus ''congéneres'': esa juventud frívola que se conforma con vestir a la última moda y ''caer bien'' en los salones de tono, y tiene en poco a los que saben algo de más jugo que eso.
Juzgué la vida, insulsa más que todas.

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