Ejemplos con indecisa

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Generalmente tiene una personalidad moderada e indecisa.
Al día siguiente, tras otra batalla indecisa en los batalla de los Corrales Viejos, el gobierno provincial iniciaría negociaciones de paz.
La canción habla acerca de una decepción amorosa que tiene una mujer, y le dice a su pareja que esta indecisa sobre si va a dejarlo o no.
La batalla fue indecisa, y Nerón marchó al norte, donde derrotó y acabó con el hermano de Aníbal, Asdrúbal, en el río Metauro.
A pesar de las palabras de Marge, Lisa está aún indecisa.
La joven manifiesta su rechazo por la figura de Valkovski, pues conoce que sus acciones están guiadas por el interés, y manifiesta sus dudas respecto de la medida a tomar ante la postura indecisa de Alexei Petrovitch, que ha prometido casarse con Natasha pero la ama más a ella.
Fuerzas de caballería artiguista envolvieron el ala derecha portuguesa y se mantuvo indecisa la acción por algún tiempo.
Especies de Spiraea son el alimento de las larvas de algunas especies de Lepidopteras, incluyendo , Pavonia pavonia y Hypercompe indecisa.
El buen hombre adivinó este olvido en su mirada indecisa.
Deteníase de vez en cuando como indecisa, repitiendo los mismos versos tenazmente, hasta que lograba pasar a otros nuevos, lanzando al final de cada estrofa, según costumbre del país, un cloqueo extraño semejante al graznido del pavo real, un gorgorito rudo y estridente como el que acompaña a los cantos de los árabes.
Sumido en esta inmovilidad forzosa, cuando le faltaba la distracción de los ejercicios físicos acordábase de la vida anterior, cada vez más lejana e indecisa en su memoria.
Brilla un sol tenue y amarillo que deshace las formas y las trueca en una insinuación huidera e inmaterial, no se sabe si de aurora o de atardecer, y es mediodía, un vapor áureo que empaña los límites y funde las cosas en unidad fluyente e indecisa, que no se sabe si es de recuerdo o de esperanza.
Y como Lucía se quedase dudosa, indecisa, sin acertar ni a darle los buenos días, ni a arrojarse en sus brazos, Gonzalvo, censor eterno y sempiterno del matrimonio, desenlazó la extraña situación disparando la risa, y adelantándose a dar un abrazo jocoserio a aquella lamentable caricatura del esposo que llega.
Luego fué reconociendo la rada, vasta extensión acuática con un marco de arenales y lagunas que reflejaban la luz indecisa del amanecer.
Iba a amanecer, y la indecisa luz de la madrugada alumbraba aquel cuadro de muerte, cuando de súbito se apareció en lo alto de una pequeña colina cercana un sacerdote, vestido de negro, que hacía señas y que se acercaba al grupo apresuradamente.
Su cuerpo era una mancha indecisa y borrosa por el continuo movimiento, sus acompañantes no podían seguirle.
Pepita bajó los ojos indecisa y pensativa.
Habían vivido hasta entonces resignados con la vida que les rodeaba, moviéndose como sonámbulos en la frontera indecisa que separa el alma del instinto, y la inesperada presencia de aquel fugitivo de las batallas sociales era el empellón que, los lanzaba en pleno pensamiento, caminando a tientas, sin más luz que la del maestro.
Después, más esfumada, más indecisa, la cara de la dulce compañera, de Sagrario, contemplándole con ojos llorosos de inmensa pena, besándolo con la mirada, sin que la intimidasen los hombres negros y las armas que la rodeaban.
Ésta fue la última visión, indecisa y borrosa, como vista a la luz de una chispa fugaz.
Las torcidas líneas de su plan comenzaron al punto a enderezarse, y una idea germinó al fin en su mente, vaga todavía e indecisa, pero visible ya, como el capullo del gusano de seda a través de su sedosa borra.
Sereno, podría estarlo, pero tenía los ojos enrojecidos, brillaba en sus pupilas una chispa azulada é indecisa, semejante a la llama del alcohol, y su cara iba adquiriendo por momentos una palidez mate.
Y sin embargo, la pobre hilandera, al llegar cerca de allí, deteníase indecisa, temblorosa, como las heroínas de los cuentos ante la cueva del ogro, dispuesta a meterse a campo traviesa para dar vuelta por detrás del edificio, a hundirse en la acequia que bordeaba el camino y deslizarse agazapada por entre los ribazos, a cualquier cosa, menos a pasar frente a la rojiza boca que despedía el estrépito de la borrachera y la brutalidad.
Trabajaba de noche a noche, cuando toda la huerta dormía aún, ya estaba él, a la indecisa claridad del amanecer, arañando sus tierras, cada vez más convencido de que no podría con ellas.
¡Pepeta!dijo con voz indecisa, como si no tuviese la certeza de que era ella misma.
En la indecisa neblina del amanecer iban fijando sus contornos húmedos y brillantes las filas de moreras y frutales, las ondulantes líneas de cañas, los grandes cuadros de hortalizas, semejantes a enormes pañuelos verdes, y la tierra roja cuidadosamente labrada.
Había llegado frente a San Juan, y su mirada, cada vez más indecisa y obscura, se fijó en la célebre veleta, en el pajarraco que doraba el sol, dándole el brillo de un ave del Paraíso.
Estaba, pues, la señora, indecisa, sin resolverse a entusiasmarse, y las razones que Guillermina le dio para convencerla no la sacaron de aquella actitud reservada y suspicaz.
Era tan admirable su tino aritmético, que ni una sola vez pasó más allá de la indecisa raya que tan fácilmente traspasan los ricos, llegaba el fin de mes y siempre había un con el cual ayudaba a ciertas empresas caritativas de que se hablará más adelante.
Nucha permanecía indecisa, recogiendo el vestido con la diestra, sin soltar de la otra el saquillo de viaje.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba