Ejemplos con esplendorosa

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sus primeros trabajos como director dieron como fruto películas culturales, normalmente documentales de corta duración sobre diversos temas de la esplendorosa España del pasado.
Chiminigagua: Luz Esplendorosa de la Pulpa Dorada, el creador y formador del mundo,.
, Cayo Mario, a quien fuera injusto negar cualidades distinguidas entre los romanos de merecido renombre, introduce trascendentales reformas en el organismo militar romano, variando, no la esencia de la legión romana que es inmutable, sino la forma y los accidentes del arte de la guerra, acomodándo las cosas para que se destaque después la ingente figura de Cayo Julio César , que con la de Alejandro Magno y Aníbal, constituye la trinidad esplendorosa, sobre el que descansa el edificio militar de la Antigüedad.
En esta remodelación se colocaron nuevos asientos y a la estatua de Duarte se le hicieron nuevos arreglos, y en todos los pasillos del parque se colocaron ladrillos, también se hizo la nueva glorieta y se colocó lámparas por todas partes, dándole una nueva vista mas esplendorosa al parque.
Los fieles santifican el nombre de Dios y lo alaban de forma esplendorosa, reconociendo el poder del mismo en la tierra como en el cielo.
Con el fin del régimen franquista, el Marqués de Leguineche pone fin a su exilio voluntario y regresa a su palacio de Madrid para intentar reanudar la esplendorosa vida cortesana de antaño.
Los movimientos ejecutados por ellos, serán ritmos cambiantes que emitirá el bombero en su barril llamado primo o subidor, creando así una esplendorosa interpretación por ambas partes.
El jurásico en el Caribe y en especial Cuba fue una esplendorosa época de grandes reptiles, ammonites e islas volcánicas.
El gran aporte de los Amati al desarrollo del violín, fue su adelanto sobre el superficial y plano ejemplar, el cual era capaz de producir una esplendorosa entonación de soprano, después mejorado por Stradivari.
Su arquitectura, como todas las obras de Yusuf I, era esplendorosa, con portada de mármol blanco cuyos restos se conservan en el Museo Arqueológico de Granada.
No sabía la joven de cierto si pisaba en el tillo crujiente o en una nube esplendorosa y flotante, o ya en el barco milagroso de Fernando.
En las paredes, grandes escarpias delataban la ausencia de las vasijas de cobre que habían sido en otros tiempos gloria esplendorosa de esta cocina conventual.
Los vecinos de los otros cuartos al subir la escalera y cruzar por delante de su puerta advertían por el montante una viva, esplendorosa iluminación y sentían en la nariz un penetrante aroma de violeta.
Antes de que saliese Tòni, surgió de la obscuridad la cara esplendorosa del cocinero.
La bruma matinal de Misiones acababa de disiparse del todo, y bajo el cielo súbitamente puro, el paisaje brillaba de esplendorosa claridad.
Sus gracias decadentes y artificiales parecían avivarse al contacto de esta juventud inconsciente y esplendorosa.
¡Bajar al camarote! ¡Tan pronto! Empezaba a inspirarle miedo esta lozanía esplendorosa y audaz de insaciables deseos.
Bastaba ver sus ojos fijos en él con un ardor de pasión, dilatándose cual si quisieran absorber su imagen, su boca de frescura insolente y esplendorosa escarlata estremeciéndose con un bostezo amoroso, sintiendo repentinos abrasamientos que hacían salir la lengua de su encierro para pasearse por los labios, sus dientes de devoradora que parecían temblar con el fulgor de un acero pronto a hundirse en la carne No podía explicarse esta buena fortuna, pero era indiscutible que Nélida, abandonando a su tropa de adoradores, se aproximaba a él, que no había hecho esfuerzo alguno por atraerla.
¡Cuántas veces he leído yo la descripción de una misa en alta mar! Usted mismo, poeta, si se propusiese hacer unos versos sobre esto, ¡qué de cosas bonitas diría! El augusto silencio, el Océano recogiéndose para presenciar mejor la divina ceremonia, la mañana esplendorosa, las gentes llorando, un hálito celeste descendiendo sobre el buque cual música angélica Y fíjese en la realidad: no hay más música que la de los ventiladores y abanicos, los hombres chorrean sudor y miran a las puertas deseando huir, abajo suenan los platos y los tenedores de los herejes, que toman su primer almuerzo, en la proa y en la popa gritan, juran y cantan los emigrantes, los camareros suben y bajan las escaleras con sus útiles de limpieza No, decididamente, no hay poesía religiosa en estos buques modernos.
Dos candelabros con cirios crepitaban en la mañana esplendorosa sus luces incoloras y sin fuego, un crucifijo de porcelana ocupaba el centro.
Por esto las ilusiones de su vida de miseria esplendorosa giraban siempre en torno del matrimonio, ambicionando todos una novia rica para hacer buena figura en la carrera.
Entonces, la belleza esplendorosa del cielo, tachonado de estrellas, el limpio cristal de las aguas, donde cabrilleaba la luz de la luna, la blanda brisa juguetona, le hablaron un lenguaje de muerte, sí, pero dulce, recogido, íntimo.
Clareaba el alba en la cima de los montes, y sobre la esplendorosa claridad del sol naciente se dibujaban los perfiles boscosos de los cerros de Villaverde, las grandes moles de la cordillera meridional, y las montañas de Pluviosilla envueltas en los vapores matinales que parecían gasas hechas girones en los picachos.
Era la poesía genuina, esplendorosa y diáfana, sin estrofas ni consonantes, ni mucho menos ripios, que nace de la comunicación de un alma sensible con la naturaleza.
No: no quiso el Redentor, después de muerto, aparecerse a ninguna virgen ignorante, a ninguna casada cumplidora de sus deberes, a ninguna viuda sorbida por la devoción, sino que radiante de esplendorosa gloria, circundado de luz, se apareció a una pobre pecadora.
Por el ancho hueco de la ventana se veían torres, veletas, campanarios, las masas rojizas y las líneas quebradas de los tejados vecinos, y dominándolo todo, el cielo azul radiante de esplendorosa claridad.
La Naturaleza continuaba entre tanto esplendorosa, risueña, palpitante bajo las caricias del sol, como una mujer enamorada.
Cuatro son los grandes arcos que ponen el mirador en relación directa con el rico ambiente y esplendorosa vegetación de aquel amenísimo barranco.
La de su rápido crecimiento, esplendorosa magnificencia y lamentable ruina nos detendrá también muy poco, pues ni ofrece tanto interés dramático como la porfiada lucha que acabamos de reseñar, ni creemos oportuno diferir demasiado la narración de nuestra visita a los venerables restos de aquella santa casa.

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