Ejemplos con dominaciones

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Las dominaciones llevan corona y cetro.
Debido a las dominaciones musulmanas se construyó una mezquita y posteriormente los normandos la volvieron a convertir en iglesia cristiana.
Rosierh o Rosier: poderoso demonio, príncipe de las dominaciones, es el diablo del amor.
En la historia de las distintas dominaciones, de los pueblos que se fueron sucediendo, Sicilia ha creado una identidad propia y única que se expresa en las múltiples identidades de sus habitantes.
Solamente en ocasiones extremas los dominaciones se han manifestado físicamente ante los mortales, ya que normalmente se preocupan más por los detalles de la existencia.
Dominaciones, según la teología católica, un tipo de Ángel.
La control otomano sobre Armenia supuso un progreso relativamente sensible con respecto a las dominaciones anteriores.
Senado de Milán fue uno de los más potentes tribunales de máxima instancia a nivel europeo, tan temido y prestigioso como para tener voz y voto en las distintas dominaciones que gobernaron Milán en el curso de tres siglos, del siglo XVI al XVIII.
No se conformaban, claro está, con que todos, el prójimo y ellos, salvasen el alma de la misma suerte, pues también en el cielo, como en este valle de lágrimas, hay capas sociales, hay coros, dominaciones, tronos, etc.
¡Ya sé yo que si estuviéramos bajo el yugo oprobioso de las dominaciones Borbónicas, no tendríamos tantos héroes de barricada!.
La jerarquía industrial no era como las dominaciones sacerdotales o guerreras del pasado, en las que se figuraba sin otro derecho que el nacimiento.
Por fin llegaron al Empíreo, donde según Alfonso el Sabio, habitan los santos, los ángeles, los tronos y las dominaciones, todos ocupados en la perdurable alabanza del Señor.
¡Cuán tristes las que, comerciando con el amor, han de ofrecer la mercancía! ¡Cuán despreciables las que lo dan a cambio de joyas y de galas! Mas las apasionadas que se rinden, ¡cuán dignas de indulgencia! San Pedro no dejará paso a las que ostenten en torno de los ojos el livor que deja el cansancio sensual soportado para comprar brillantes, pero dará entrada en la gloria a las que vea con el rostro demacrado, mitad por el hambre y mitad por el placer, será cariñoso con las que hayan desfallecido de amor, y los Arcángeles, las Dominaciones y los Tronos que gozan perdurablemente la presencia de Dios, cantarán diciendo: ¡Bienaventuradas las que supieron amar, porque de ellas es el reino de los cielos!.
Por entonces concibió el proyecto de escribir la Historia de su patria, tan célebre en las épocas de las dominaciones de los Árabes y Romanos, y que no se había hecho aun por completo.
Entra por la confusión de fueros y pragmáticas donde se entrelazan, disputando, los vestigios de sucesivas dominaciones y costumbres, y de este informe caos trae a luz el más portentoso organismo de leyes que conociera el mundo desde los días de Justiniano.
El portal estaba lleno de ángeles y querubines, tronos y dominaciones, santos y santas, beatas y beatos y bienaventurados rasos.
Después de arcángeles y serafines, tronos y dominaciones, ángeles, santos patriarcas, doctores, etc.
Ni doña Berta ni Isabel saben de romanos y moros cosa mayor, fuera de aquella noticia negativa de que nunca pasaron por allí, tal vez no tienen seguridad completa de la total ruina del Imperio de Occidente ni de la toma de Granada, que doña Berta, al fin más versada en ciencias humanas, confunde un poco con la gloriosa guerra de África, y especialmente con la toma de Tetuán: de todas suertes, no creen ni una ni otra tan remotas, como lo son, en efecto, las respectivas dominaciones de agarenos y romanos, y en definitiva, romanos y moros vienen a representar para ambas, como en símbolo, todo lo extraño, todo lo lejano, todo lo enemigo, y así, cuando algún raro interlocutor osó decirles que los franceses tampoco llegaron jamás, ni había para qué, a Susacasa, ellas se encogieron de hombros, como diciendo: «Bueno, todo eso quiere decir lo de moros y romanos».
¡Ya sé yo que si estuviéramos bajo el yugo oprobioso de las dominaciones Borbónicas, no tendríamos tantos héroes de barricada!».
” A los Aqueos, con ocasión de referirles los embajadores de Antíoco la muchedumbre de las tropas de éste, y de contarles sus diversas dominaciones, les dijo que, cenando él mismo una vez en casa de un huésped, se quejó a éste del gran número de platos, mostrando maravillarse de que hubiese habido mercado tan abundante para proveerse de aquel modo, y que el huésped le había respondido que todos se reducían a carne de puerco, diferenciándose sólo en el género de guiso y en las salsas: “pues del mismo modoañadió- no os maravilléis vosotros ¡oh Aqueos! de las grandes fuerzas de Antíoco al oír lanceros, azconeros, pezetairos: porque todos éstos no son más que Sirios, y sólo en las armadurillas se distinguen.
Al año décimo, reuniendo Dionisio algunos extranjeros y lanzando al tirano Niseo, que estaba entonces apoderado de Siracusa, volvió a ponerse al frente de los negocios, y si extraño había sido que con muy pocas fuerzas se le hubiese hecho perder la mayor de las dominaciones que entonces existían, más extraño fue todavía que de desterrado y abatido hubiese vuelto a hacerse dueño de los que le desecharon.
Sí, os repito, si sois realmente fuerte, realmente superior, realmente santo e impenetrable, lo cual viene a ser lo mismo, según decís, sed soberbio, caballero, ésa es la ley de las dominaciones.

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