Ejemplos con dominaban
Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.
Durante la primera mitad del siglo XIX, los zulúes dominaban buena parte del sur de África.
En este continente, dominaban también los pueblos de Libia, hasta Egipto, y Europa hasta Tirrenia.
Por ese entonces los judíos dominaban las siguientes poblaciones de los sirios, idumeos y fenicios: en la costa, la Torre de Estratón, Apolonia, Jope, Jamnia, Azoto, Gaza, Antedón, Rafia y Rinocorura.
En el siglo XIII, sus jefes dominaban todos los centros comerciales de la costa africana, desde la isla Pemba, al norte, hasta Sofala, en el sur.
Por eso, una teoría muy aceptada es que los Alien Grunts son modificaciones geneticas de los Vortigaunt echas por los Combine, que en ese momento dominaban el planeta Xen.
Cabe recordar que estos pueblos dominaban lo que actualmente constituye el territorio mexicano.
Y los que dominaban Nísiros, Crápatos, Casos y Cos, ciudad de Eurípilo, y las islas Calidnas.
Los romanos dominaban por fin el territorio vacceo, los cántabros y astures aprovechan para refugiarse en sus montañas.
Otras mujeres le dominaban entonces con la seducción de sus artificios y refinamientos.
Todos le dominaban, todos estaban sobre él: la esposa, la hija, hasta aquel niño inaguantable de Urquiola, que le decía con la mayor insolencia: Tío, no haga usted eso , tío haga usted lo otro.
¡Inocente! ¿Qué mal podía haber en aquel encuentro de novios, en plena tarde, en un jardín y bajo la mirada de ella, que era como su madre? Pero Pepita no lograba tranquilizarse: el respeto y el miedo a su mamá la dominaban.
Pero Gabriel no era un temperamento amoroso, la curiosidad, el ansia de saber, le dominaban, y después de estas escapadas, de las que volvía más fresco, con el cerebro más despierto, como si saliera de un baño que calmaba su juventud, entregábase con mayores ánimos al estudio.
La antigua fe intentaba renacer en Luna, pugnando por arrojar lejos las nuevas convicciones que le dominaban, pero las lecturas del día siguiente bastaban para borrar estas reminiscencias que agitaban durante la noche su pensamiento.
Le dominaban dos pasiones: la de controvertir y disputar, y otra, muy dulce y pacífica, el tresillo nocturno en casa de Sarmiento, con el P.
