Ejemplos con descendimos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Corriendo, más bien rodando, descendimos por las calles de guijas puntiagudas.
Muy agradecidos a las amabilidades de Sotero y su esposa, abandonamos nuestra torre-atalaya, descendimos, y en la calle Imperial nos echamos a la cara un montón de muertos que había arrimado a la pared, en la rinconada del Fiel Contraste.
Descendimos hacia el lado argentino menos gozosos que antes, y apenas, y aun antes de llegar a la casucha, la palabra derrota hizo de dolor zumbar largo rato mis oídos.
Galopamos un rato hasta que los animales sudaron, subiendo siempre por un terreno arenoso, salpicado de arbustos, descendimos después entrando en una zona más accidentada, y, al rato, descubrimos hacia el Oriente los primeros toldos de la tribu de Baigorrita y algún ganado vacuno y yeguarizo.
Bajo los retoños de unos helechos nuevos me escurrí, sobre unas piedras deslavadas por la corriente espumosa y parlante, y a ella, a la hermosa, a la mujer, la agarré de la cintura, con este brazo antes tan musculoso, gritó, golpeé el suelo, descendimos.
Partímoslo, y encendidas aquellas antorchas improvisadas, descendimos al subterráneo.
Descendimos todos los comerciantes, llevando con nosotros cuantos víveres y utensilios de cocina nos eran necesarios.
Muy agradecidos a las amabilidades de Sotero y su esposa, abandonamos nuestra torre-atalaya, descendimos, y en la calle Imperial nos echamos a la cara un montón de muertos que había arrimado a la pared, en la rinconada del Fiel Contraste.
Entrados en el gran patio de la Posta, lleno de las gentes que esperaban amigos o parientes por nuestra diligencia, descendimos con la íntima confianza de que ni allí ni en todo Turín habría quién supiese siquiera nuestros nombres.
Abrimos la portezuela y, mientras se cambiaban los tiros, descendimos a desentumir las piernas.
Al día siguiente ya cruzamos un bosque de ébano, luego descendimos a un valle, y al cruzar un río cenagoso un cocodrilo, que tenía la misma cabeza conformada que una corneta, atrapó por una pantorilla.

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