Ejemplos con darán

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Aunque no hay consenso sobre si tales avances se darán en el espacio de unas pocas décadas.
Tras la batalla de Cholet, sin embargo, cometen el error de dar la guerra por terminada, error del que pronto se darán cuenta.
San Julián va a enviar modificaciones de estos escritos al Papa Benedicto II y después al Emperador de Oriente que las darán como buenas.
Posteriormente se darán nuevos intentos por conjugar las dos posiciones especialmente desde la década de los sesenta.
¿Por qué no abandonas la navegación? Eres rico, además, te darán por tu buque lo que pidas.
Estos viajes son muy remuneradores Me darán lo que yo pida.
¡Vamos, vamos, Beatriz! Parece que no conoces a la señora: las doce nos darán sin salir de la cámara.
Mi pensamiento y mi voluntad, durante largos meses, le han prestado y le prestarán forma, y le han dado y le darán alma semejante a la de aquel que me la dio toda.
Ellos lo inventaron y todos lo darán por cierto, y lo creerán, y dirán, como yo lo he oído de labios de las Castro Pérez, que la cosa es hecha, y que nos casaremos Gabriela y yo dentro de pocos meses.
¡Buena compañía! Esta noche nos darán Fe, Esperanza, y Caridad.
Entre tanto, sólo una forma artística extravagante o la conveniencia de los más darán triunfo pasajero a todo aquello que en artes, ciencias o gobierno se elabore.
Pero de los labios para fuera, nada ¡Qué cobarde soy! Con una palabra la haré caer redonda, y me tendrá un miedo tan grande que no le darán ganas de volverme a hacer preguntitas.
—Subid, niñas, que aquí os darán limosna.
—Muchas veces te he dicho, Esperanza mia, que no se te pasen de la memoria los consejos, documentos y advertencias que te he dado siempre, los cuales, si los guardas, como debes y me has prometido, te servirán de tanta utilidad y provecho cuanto la mesma esperiencia y tiempo, que es maestro de todas las cosas, te lo darán a entender.
Eso no haré yo por cierto hasta su tiempo, ten paciencia, y escucha por su órden mis sucesos que así te darán mas gusto, si ya no te fatiga querer saber los medios ántes de los principios.
—En ellas viva yo siempre, replicó Teodoro, si no llegue el gusto de saberlas a la pena que me darán el ser vuestras, que ya las voy sintiendo como propias mias.
—Predicador te has vuelto, dijo el de Sevilla, y segun llevas la retahila, no acabarás tan presto, y yo no te puedo aguardar, y esta noche no vayas a posar donde sueles, sino en la posada del Sevillano, porque verás en ella la mas hermosa fregona que se sabe: Marinilla la de la venta Tejada es asco en su comparacion, no te digo mas sino que hay fama que el hijo del corregidor bebe los vientos por ella: uno desos mis amos que allá van, jura que al volver que vuelva al Andalucía, se ha de estar dos meses en Toledo y en la misma posada solo por hartarse de mirarla: ya le dejo yo en señal un pellizco, y me llevo en contracambio un gran torniscon, es dura como un mármol y zahareña como villana de Sayago, y áspera como una ortiga, pero tiene una cara de pascua y un rostro de buen año: en una mejilla tiene el sol y en la otra la luna, la una es hecha de rosas y la otra de claveles, y en entrambas hay tambien azucenas y jazmines, no te digo mas sino que la veas, y verás que no te he dicho nada, segun lo que te pudiera decir acerca de su hermosura: en las dos mulas rucias que sabes que tengo mias, la dotara de buena gana, si me la quisieran dar por mujer, pero yo sé que no me la darán, que es joya para un arcipreste o para un conde, y otra vez torno a decir que allá lo verás, y adios, que me mudo.
No te muestres, aunque por ventura lo seas lo cual yo no creo, codicioso, mujeriego ni glotón, porque, en sabiendo el pueblo y los que te tratan tu inclinación determinada, por allí te darán batería, hasta derribarte en el profundo de la perdición.
Ya vees, Sancho hermano, el largo viaje que nos espera, y que sabe Dios cuándo volveremos dél, ni la comodidad y espacio que nos darán los negocios, así, querría que ahora te retirases en tu aposento, como que vas a buscar alguna cosa necesaria para el camino, y, en un daca las pajas, te dieses, a buena cuenta de los tres mil y trecientos azotes a que estás obligado, siquiera quinientos, que dados te los tendrás, que el comenzar las cosas es tenerlas medio acabadas.
¡Ay, desdichada, y cuán más agradable compañía harán estos riscos y malezas a mi intención, pues me darán lugar para que con quejas comunique mi desgracia al cielo, que no la de ningún hombre humano, pues no hay ninguno en la tierra de quien se pueda esperar consejo en las dudas, alivio en las quejas, ni remedio en los males!.
Y no sería maravilla que así fuese, porque a mí se me trasluce que la fuerza de la imaginación de mis desgracias es tan intensa y puede tanto en mi perdición que, sin que yo pueda ser parte a estobarlo, vengo a quedar como piedra, falto de todo buen sentido y conocimiento, y vengo a caer en la cuenta desta verdad, cuando algunos me dicen y muestran señales de las cosas que he hecho en tanto que aquel terrible accidente me señorea, y no sé más que dolerme en vano y maldecir sin provecho mi ventura, y dar por disculpa de mis locuras el decir la causa dellas a cuantos oírla quieren, porque, viendo los cuerdos cuál es la causa, no se maravillarán de los efetos, y si no me dieren remedio, a lo menos no me darán culpa, convirtiéndoseles el enojo de mi desenvoltura en lástima de mis desgracias.

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