Ejemplos con ciegan

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Un anejo tejavana de madera y un silo ciegan parte de esta fachada.
Manuscrito de la Biblioteca Nacional: Se ciegan tanto los hombres lujuriosos, que ni con lente distinguen que la señora que obssequian, es una ramera.
Y no es por capricho por lo que llamamos El Fonógrafo a nuestra humilde hoja, esperamos que los odios que nos ciegan se disipen entre auroras de concordia y que el espíritu del progreso se extienda entre todos los zulianos para el beneficio de nuestra amada tierra.
Las polvaredas que a todos nos ciegan, no nos dejan ver la mentira ni la verdad.
Pero en mediando lo que ellos llaman o de la libertad, aunque esta sea tan desacreditada como la de la imprenta, como se trate de arma política con que puedan descabellar al contrario y arrastrarle por el redondel, se ciegan, y de noblotes y decentes se convierten en los primeros badulaques del mundo.
Obligadas por el rigor de mi madre, trabajan las manos, pero no el entendimiento, reza la boca, pero no el alma, se ciegan y abaten los ojos, pero no el espíritu.
Mire ahora ¡qué mas tienen los hombres de Salamanca que los de las otras tierras! ¿Todos no son de carne y hueso? ¿Todos no tienen alma, con tres potencias y cinco sentidos? ¿Qué importa que tengan algunos mas letras y estudios que los otros? Antes imagino yo que los tales se ciegan y caen mas presto que los otros, porque tienen mas entendimiento para conocer y estimar cuánto vale la hermosura.
Don Quijote dijo que, aunque llegase al abismo, había de ver dónde paraba, y así, compraron casi cien brazas de soga, y otro día, a las dos de la tarde, llegaron a la cueva, cuya boca es espaciosa y ancha, pero llena de cambroneras y cabrahígos, de zarzas y malezas, tan espesas y intricadas, que de todo en todo la ciegan y encubren.
Si todos los que bien se quieren se hubiesen de casar dijo don Quijote, quitaríase la eleción y juridición a los padres de casar sus hijos con quien y cuando deben, y si a la voluntad de las hijas quedase escoger los maridos, tal habría que escogiese al criado de su padre, y tal al que vio pasar por la calle, a su parecer, bizarro y entonado, aunque fuese un desbaratado espadachín, que el amor y la afición con facilidad ciegan los ojos del entendimiento, tan necesarios para escoger estado, y el del matrimonio está muy a peligro de errarse, y es menester gran tiento y particular favor del cielo para acertarle.
viga en los ojos? ¿El soberbio, el jugador, el glotón, el bebedor y cuantos hay, no se ciegan.
-Pues sabiéndolo, ¿de qué te admiras, hombre? Su dueño es de los que ciegan de buena gana porque otros no vean.
Que las pasiones nos ciegan es una verdad tan trivial que nadie la desconoce.
»María, con todo, se muestra más confiada en otras ocasiones, y hasta concibe cierta leve esperanza de poder unirse contigo en esta vida, sin temor del divorcio eterno, cuando te halles desengañado, cuando el dolor purifique tu alma, cuando las ilusiones que te ciegan y perturban se desvanezcan del todo».
Era en esta casa el logro de peor condición que todos los que se usan, porque el que más suelto vive en eso gana con cien ducados otros ciento, mas aquí con un faldellín se ganaban doce, y si todas las veces no sucedía para que esto se hiciese -porque si es verdad que Ovidio no dio arte a los ricos, como él mismo dijo, y se le dio a los pobres, y no hay necesitado que no tome lo que le dan-, y a fuerza de habilidades, buen talle y cara con algunas promesas -cosas que aun a las más interesables tal vez ciegan- llevan éstos lo que otros con muchos dineros.
Y ante aquella franca respuesta del aventurero, la dama no pudo contener uno de esos trasportes violentos que ofuscan el espíritu y le ciegan.
con un ansia tremenda, porque ya en mí se ciegan.
Después de esta desgracia, mi madre quedó tan abatida que jamás volvió a recuperar ánimo para interesarse en cosa alguna, y Juanita, mi hermana, no pudiendo gozar de las comodidades que necesitaba su débil constitución, se ponía cada vez más flaca y melancólica, yo entretanto no podía entregarme a la tristeza: los pobres tienen que manifestarse menos tiernos de corazón, las lágrimas ciegan, y yo necesitaba mis ojos para mantener con mis costuras a los dos seres queridos que dependían de mí.
La mujer ve aquella agua, pero no ve, a tal extremo la ciegan la sorpresa y el júbilo, que al par suyo, y movido por iguales impulsos que ella, se dirige al cacharro un mastín enorme, con el pelo de punta, la boca abierta, la baba colgando y los ojos relampagueantes de codicia.
—¡Qué queréis! Ellos se ciegan y lo quieren así.
hombres son los que se engañan a sí mismos, se ciegan y se quieren engañar.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba