Ejemplos con bienandanzas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Este personaje, aparece nombrado en las Las Bienandanzas e Fortunas de Lope García de Salazar, según el cual fue hijo de Lope Martínez de Ondáçarros de Salcedo, perteneciente a la casa de los Marroquin de Montehermoso y posible fundador del linaje de los Sopelana.
Bienandanzas e Fortunas de Lope García de Salazar citado por Víctor Cano Sordo en sus investigaciones de genealogía que ha publicado en su sitio Bisabuelos,.
En su obra Bienandanzas e Fortunas, Lope García de Salazar cuenta la leyenda del inicio de las hostilidades entre Oñacinos y Gamboínos.
BIENANDANZAS E FORTUNAS DE LOPE GARCÍA DE SALAZAR Edición realizada por Ana María Marín Sánchez,.
Hecho a la soledad y a la meditación pasaba yo mis horas revolviendo el copioso archivo de mi vida pasada, rememorando mis adversidades y bienandanzas, trazando síntesis históricas para un libro que seguramente no escribiría nunca, y comunicándome por la fuerza expansiva de mi espíritu con seres que me habían divertido sin hacerme ningún daño: , , , José Ido, sin olvidar las pedantescas figuras simbólicas de y sus vetustas compañeras.
Loco salí de la tienda de los argelinos, y todos los caminos parecíanme largos para volver a mi tugurio, ansioso de contarle a tales bienandanzas.
Pero como es invariable ley humana que vengan siempre enlazadas y cogidas del brazo las bienandanzas y las desdichas, sucedió en aquel caso que tras el peligro de ahogarnos en la ola de los vencidos, vino la suerte y buena coyuntura de que mi amo y aquel pomposo sujeto, emisario del Sultán, fuesen amigos.
Con los frutos de ella, la casa labradora se perpetuaba y prometía mayores bienandanzas en edades futuras.
Ya llegábamos al valle de Asmir o del Río , planicie baja, fangosa, encharcada en parte, en parte poblada de juncos, lugar de desolación, donde la hispana Providencia se despidió de nuestras tropas diciéndoles: Caballeros, ahí os quedad ahora, y yo me voy, que todo no ha de ser bienandanzas y chiripones.
Porque fíjese usted bien, fuerte en las bienandanzas lo es cualquiera, pero fuerte en el infortunio, en las largas ausencias, eso ya es harina de otro costal, eso sí que es mérito, Sr.
Aquella mujer mimada por Dios, que la puso rodeada de ternura y bienandanzas en el lugar más sano, hermoso y tranquilo de este valle de lágrimas, solía decir en tono quejumbroso que.
Con estas bienandanzas, corrió Tarfe a ver a Teresa.
Por fin el neo-malthusianismo resplandece como el medio más práctico para alcanzar un beneficio directo y de inmediatos resultados en favor de las clases desheredadas que, hasta ahora, han ido dando tumbos de una idea a otra, ora siguiendo a este propagandista de futuras bienandanzas pero nada prácticas ni beneficiosas para el presente, ora corriendo tras de aquél que predica la gloria divina pero, también, sin dar pan ni mejoramiento alguno en el momento presente que es cuando más se necesita, o bien afanoso tras de esotro que, con una maestría admirable, parece que nos quiere salvar de las miserias presentes con tal o cual forma de régimen político, y, en realidad, quien se emancipa, quien halla un beneficio directo, es el que predica o propaga sabiéndose aprovechar de la posición que, al ser pastor de rebaño, ha alcanzado, siguiendo los calamitosos tan miserables como antes sin haber obtenido otra cosa que vanas promesas que nunca llegan a ser realidades.
Ya llegábamos al valle de Asmir o del Río Capitanes, planicie baja, fangosa, encharcada en parte, en parte poblada de juncos, lugar de desolación, donde la hispana Providencia se despidió de nuestras tropas diciéndoles: «Caballeros, ahí os quedad ahora, y yo me voy, que todo no ha de ser bienandanzas y chiripones.
Con los frutos de ella, la casa labradora se perpetuaba y prometía mayores bienandanzas en edades futuras.
¡Lástima grande que esta sociedad tan tonta no os comprenda, y siga despreciándoos y teniéndoos por unos grandísimos imbéciles! ¡Ay, qué equivocación haberte dado crianza de caballero y haber puesto sobre tu cuerpo una levita! A estos grandes hombres hay que dejarles con su trajecillo corto y su baberito, para que estén más en carácter cuando nos hablen de todas esas bienandanzas que nos van a traer.
Todo era bienandanzas en la venturosa isla que, rodeada de arrecifes de coral, ciñe su contorno de un cinturón de blanca espuma.
Pero como es invariable ley humana que vengan siempre enlazadas y cogidas del brazo las bienandanzas y las desdichas, sucedió en aquel caso que tras el peligro de ahogarnos en la ola de los vencidos, vino la suerte y buena coyuntura de que mi amo El Nasiry y aquel pomposo sujeto, emisario del Sultán, fuesen amigos.
Loco salí de la tienda de los argelinos, y todos los caminos parecíanme largos para volver a mi tugurio, ansioso de contarle a Yohar tales bienandanzas.
Sobreentendido que en las bienandanzas no olvidaba a su Estrella y a los hijitos de su sangre.
Y los eunucos, a quienes Sett Zobeida había amenazado con la horca en caso de indiscreción, contestaron al califa con acento fúnebre: ¡Ay! ¡oh señor nuestro! Alah prolongue tus días y vierta sobre tu cabeza las bienandanzas que se merecía nuestra ama Fuerza-de-los-Corazones! ¡Tu ausencia ¡oh Emir de los Creyentes! le ha causado una desesperación y un dolor tan grandes, que no ha podido soportar su emoción, y la ha asaltado una muerte repentina! ¡Y está ahora en la paz del Señor!.
Dábanse unos a otros parabienes expresivos, y personas que no se conocían se abrazaban, otros que jamás se vieron se preguntaban recíprocamente por la familia y se deseaban mil bienandanzas.
Todas estas bienandanzas se reflejan en el alma de mi esposa, y ayudan a su restablecimiento, franco, rápido y seguro.
Afortunadamente, en lo que toca á bienandanzas materiales se conformaba con tan poco que podía dejarlo en cero.
Si tú ¡oh el más querido! quieres dar un vasto meidán al vuelo de tu genio y abrirte la puerta de las bienandanzas y las riquezas no tienes más que venir a Bagdad para reunirte con tu amigo.
Les deseé una mañana dichosa y les cumplimenté, felicitándoles e invocando bienandanzas sobre ellos, luego añadí: Soy feliz por haber contribuido en algo a vuestra unión.
Ante todo, creí un deber por mi parte guardar silencio, luego dije: ¡Alah la tenga en su misericordia! ¡Y caigan, en cambio, sobre ti, todas las bienandanzas que la vida reservaba aún a esa joven y dulce favorita tuya por quien lloras! ¡Parece mentira que haya muerto! Ella dijo: ¡Pues murió la pobre!.
De la primera tertulia sacaba la impresión de que todo iba como una seda: vendrían unas Cortes elegidas con libertad, representación genuina del Progreso, que era la voluntad del país, se elegiría la Regencia, una o trina, y entraríamos en un periodo de bienandanzas y prosperidad.
Hasta la hora presente, Dios ha querido que en nuestra peregrinación no nos salgan más que bienandanzas.
Pensaba Nazarín que iban demasiado bien aquellas penitencias para ser tales penitencias, pues desde que salió de Madrid llovían sobre él las bienandanzas.

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