Buscar Poemas con Maldición


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Se han encontrado 9 poemas con la palabra maldición

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Pablo Neruda

puentes

-- de Pablo Neruda --

Puentes: arcos de acero azul adonde vienen
a dar su despedida los que pasan
por arriba los trenes,
por abajo las aguas,
enfermos de seguir un largo viaje
que principia, que sigue y nunca acaba.
Cielos arriba, cielos,
y pájaros que pasan
sin detenerse, caminando como
los trenes y las aguas.
Qué maldición cayó sobre vosotros?
qué esperáis en la noche densa y larga
con los brazos abiertos como un niño
que muere a la llegada de su hermana?
qué voz de maldición pasiva y negra
sobre vosotros extendió sus alas,
para hacer que siguieran
el viaje que no acaba
los paisajes, la vida, el sol, la tierra,
los trenes y las aguas,
mientras la angustia inmóvil del acero
se hunde más en la tierra y más la clava?

Poema puentes de Pablo Neruda con fondo de libro

Alfonsina Storni

El sueño

-- de Alfonsina Storni --

Yo vi dos soles rojos dominando el espacio
Perlaban en sus rayos las luces de topacio
y tendí mis dos manos hambrientas de infinito
para estrujar en ellas un inefable mito.

Las dos pupilas rojas como rosas del cielo
cegaron mis pupilas, soberbias en su anhelo
de mirar cara a cara los toques de diamantes.

Después, como un crujido de nudos que se quiebran...
Tempestades soberbias que en los mares se enhebran;
parto de los dioses... Un quejido de dios...
¡Y bocas que se muerden en un supremo adiós!

Más tarde una sonata más dulce que la miel;
agonía de lirios en el jardín aquel.
Palacio de oro y oro donde habita una maga
que ha dormido cien años por maldición aciaga.

Y después manos blancas desparramando rosas
sobre el alma escondida y serena de las cosas...
Y un silencio de muerte cansado y sepulcral
donde se prende el lotus venenoso del mal.

Y después la mañana que llega a los cristales
del cuarto miserable donde muerdo mis males...
Y después otro día que se esboza en el lloro
de mis días sin sol, de mis soles sin oro!...

Poema El sueño de Alfonsina Storni con fondo de libro

Alfonsina Storni

El sueño (Storni)

-- de Alfonsina Storni --

Yo vi dos soles rojos dominando el espacio
Perlaban en sus rayos las luces de topacio
y tendí mis dos manos hambrientas de infinito
para estrujar en ellas un inefable mito.

Las dos pupilas rojas como rosas del cielo
cegaron mis pupilas, soberbias en su anhelo
de mirar cara a cara los toques de diamantes.

Después, como un crujido de nudos que se quiebran...
Tempestades soberbias que en los mares se enhebran;
parto de los dioses... Un quejido de dios...
¡Y bocas que se muerden en un supremo adiós!

Más tarde una sonata más dulce que la miel;
agonía de lirios en el jardín aquel.
Palacio de oro y oro donde habita una maga
que ha dormido cien años por maldición aciaga.

Y después manos blancas desparramando rosas
sobre el alma escondida y serena de las cosas...
Y un silencio de muerte cansado y sepulcral
donde se prende el lotus venenoso del mal.

Y después la mañana que llega a los cristales
del cuarto miserable donde muerdo mis males...
Y después otro día que se esboza en el lloro
de mis días sin sol, de mis soles sin oro!...

Poema El sueño (Storni) de Alfonsina Storni con fondo de libro

Lope de Vega

Tu ribera apacible, ingrato río

-- de Lope de Vega --

Tu ribera apacible, ingrato río,
y las orillas que en tus ondas bañas,
se vuelven peñas cóncavas y extrañas,
y fuego tu licor sabroso y frío.

Abrase un rayo tu frescor sombrío,
los rojos lirios y las verdes cañas,
niéguente el agua sierras y montañas,
y sólo te acompañe el llanto mío.

Hasta la arena, que al correr levantas
se vuelvan fieros áspides airados;
mas, ¡ay!, ¡cuán vana maldición espera!,

que cuando en ti mi sol baño sus plantas,
con ofenderla tú, dejó sagrados
lirios, orilla, arena, agua y riberas.



Pedro Bonifacio Palacios

intima

-- de Pedro Bonifacio Palacios --

Ayer te vi... No estabas bajo el techo
de tu tranquilo hogar,
ni doblando la frente arrodillada
delante del altar,
ni reclinando la gentil cabeza
sobre el augusto pecho maternal.
Te vi... Si ayer no te siguió mi sombra
en el aire, en el sol,
es que la maldición de los amantes
no la recibe dios,
o acaso, el que roba tus caricias,
tiene en el cielo mas poder que yo!

otros te digan palma del desierto,
otros te llamen flor de la montaña,
otros quemen incienso a tu hermosura:
yo te diré mi amada!
ellos buscan un pago a sus vigilias,
ellos compran tu amor con sus palabras,
ellos son elocuentes porque esperan;
¡y yo no espero nada!

¡yo sé que la mujer es vanidosa,
yo sé que la lisonja la desarma,
y yo se que un esclavo de rodillas
más que todos alcanza!...

Otros te digan palma del desierto,
otros compren tu amor con sus palabras;
yo seré más audaz, pero más noble:
¡yo te diré mi amada!



Pedro Bonifacio Palacios

Íntima

-- de Pedro Bonifacio Palacios --

Ayer te vi... No estabas bajo el techo
de tu tranquilo hogar
ni doblando la frente arrodillada
delante del altar,
ni reclinando la gentil cabeza
sobre el augusto pecho maternal.
Te vi...Si ayer no te siguió mi sombra
en el aire, en el sol,
es que la maldición de los amantes
no la recibe Dios,
o acaso el que me roba tus caricias
tiene en el cielo más poder que yo!

Otros te digan palma del desierto,
otros te llamen flor de la montaña,
otros quemen incienso a tu hermosura,
yo te diré mi amada.

Ellos buscan un pago a sus vigilias,
ellos compran tu amor con sus palabras;
ellos son elocuentes porque esperan,
¡y yo no espero nada!
Yo sé que la mujer es vanidosa,
yo sé que la lisonja la desarma,
y sé que un hombre esclavo de rodillas
más que todos alcanza...

Otros te digan palma del desierto,
otros compren tu amor con sus palabras,
yo seré más audaz pero más noble:
¡yo te diré mi amada!



Antonio-Plaza-Llamas

desencanto

-- de Antonio-Plaza-Llamas --

Nuestra senda regada está de llanto,
el placer del placer es el suicidio,
detrás de la ilusión está el fastidio
y detrás del fastidio el desencanto.

Lleno yo de fastidio y de quebranto,
sin fuerza ya contra la suerte lidio,
y muerto para el mundo, sólo envidio
a los muertos que guarda el camposanto.

El infierno sus furias desenfrena,
viento de maldición en torno zumba,
que a penar el destino me condena,

y he de pensar hasta que al fin sucumba;
con el peso brutal de la cadena,
que arrastra el hombre hasta la negra tumba..



Francisco de Aldana

Mil veces callo que romper deseo

-- de Francisco de Aldana --

Mil veces callo que romper deseo
el cielo a gritos, y otras tantas tiento
dar a mi lengua voz y movimiento,
que en silencio mortal yacer la veo.

Anda cual velocísimo correo
por dentro el alma el suelto pensamiento
con alto y de dolor lloroso acento,
casi en sombra de muerte un nuevo Orfeo.

No halla la memoria o la esperanza
rastro de imagen dulce y deleitable
con que la voluntad viva segura:

cuanto en mí hallo es maldición que alcanza,
muerte que tarda, llanto inconsolable,
desdén del cielo, error de la ventura.



Roque Dalton García

el príncipe de bruces

-- de Roque Dalton García --

Era la hora de la injuria la fugaz época de la maldición
cuando mi padre recomenzó en mí otra prueba.
Yo era el único súbdito que le quedaba a su locura
y aunque hasta entonces solía abofetearme de cuando en cuando
me hizo el honor de confiarme la marca negra de la ceniza de la frente.
Era noche para el gentío sin antorchas
por el clima propicio y el olor de la selva
pero a la sazón estábamos solos y como con temor de avergonzarnos
de tal manera que mi padre fue rápido en la consagración.
Me abandonó antes de que me lavase el rostro en su presencia
con agua despaciosa del cenote sagrado.
Decidí no destruir antes del amanecer la marca mágica
decidí descubrirla a mis ojos mirándome en el agua
sabía que con ello pisaba en un terreno mortal
pero más fascinábame la ascensión a la sabiduría.
A los tres días me encontraron muerto
rodeado de aves de rapiña muertas
mi padre fue por agua al pálido cenote
y me lavó la cara sin llorar.



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