Ejemplos con voluntariosos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Mario cambió todo esto por una fuerza compuesta de campesinos procedentes de Roma y además de cualquier ciudad italiana, sin tierras ni esposa que le hicieran pensar en abandonar la legión, y sobre todo, voluntariosos.
La ola fue pasto de los más voluntariosos, así como de los directores.
Ayudado de su esposa y de voluntariosos estudiantes que conoció desde su Cátedra pudo seguir publicando sus poemarios.
Cuanto éste, el padre, iba a realizar un largo viaje, decidió construir una torre para encerrar a su hija y protegerla de posibles pretendientes demasiado voluntariosos.
Acudieron varios de ellos, pero los de una población, la Sabinia, fueron especialmente voluntariosos y acudieron a Roma con sus mujeres e hijos y precedidos por su rey.
Voluntariosos pero faltos de organización, experiencia y armamento, el ejército nacionalista vasco convivió con el ejército republicano suscitándose fuertes tensiones entre ambos motivada, por ejemplo, por la defensa de los símbolos religiosos, como la estatua del Sagrado Corazón de Bilbao, estas disputas y desconfianzas favorecieron a los sublevados.
Y así viven sin sujeción, y los maestros, por no estar bien establecida la subordinación, reciben la ley, que estos oficiales sueltos, y voluntariosos, les quieren dar.
Tenía finísimo tacto para tratar a los niños, que aunque de buena índole, eran, antes de caer en sus manos, voluntariosos, díscolos, y estaban llenos de los más feos resabios.
Cien groseras aldeanas del valle de Pas vienen a ofrecerse para este objeto, el facultativo elige la más sana y robusta, pero la mamá no sirve a medias a la moda, y escoge la más linda y esbelta, al momento truécase su grosero zagalejo en ricos manteos de alepín y terciopelo con franja de oro, su escaso alimento, en mil refinados caprichos y voluntariosos antojos, y cargada con la dulce esperanza de una elegante familia, puede pasearla libremente por calles y paseos, retozar con sus paisanos en la Virgen del Puerto, y disputar con sus compañeras en la plazuela de Santa Cruz.
En Nicea vencieron, pues, como más adelante en el Vaticano, los idiotas -tomada esta palabra en su recto sentido primitivo y etimológico-, los ingenuos, los obispos cerriles y voluntariosos, representantes del genuino espíritu humano, del popular, del que no quiere morirse, diga lo que quiera la razón, y busca garantía, lo más material posible, a su deseo.
Los amánticos, convertidos en duros voluntariosos, no le dieron tampoco importancia, no los retendría más, porque com-prendían el antiguo truco que ella solía actuar para inmovilizar a sus poseídos y se alejaban insensibles a los ruegos acuosos de Zócvel.

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