Ejemplos con voluptuoso

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

de una obra de Praxíteles, procedente de Asia Menor, que modifica la tradición praxiteliana mediante un tratamiento carnal y voluptuoso del sujeto y del gesto de pudor de la diosa con ambas manos, en lugar de solo una sobre el pubis, como en el original de Praxíteles.
Nosotros mismos supimos de un joven turista alemán preso de una loca pasión por este voluptuoso mármol, y la conmiseración que inspiraba su estado mental alejaba toda idea de ridículo.
Las ropas flotantes y la postura contorsionada abandonan la restricción y el reposo clásicos para representar un trance más apasionado, casi voluptuoso.
Serpieri ha diseñado a Druuna para ser sorprendentemente hermosa, de ascendencia mediterránea, con un largo pelo negro, piel bronceada y un cuerpo que se ha tornado más voluptuoso en el transcurso de las historias.
Por otra parte, una variante menos ingenua de mazamorrear se define como el cortejo voluptuoso y con oculta lascivia, entre dos personas, lo cual supone la expresion mazamorrearse a alguien, así mismo, la expresión mazamorreable indica el grado de atracción que un individuo muestra por su objeto de deseo.
¿ Cómo el vigoroso Kamar saldrá de este voluptuoso dilema por la noche?.
En los noventa empieza a actuar menos, debido a que no había mucha demanda por vedettes, aunque ella seguía conservando su diminuta cintura y el cuerpo voluptuoso que la hicieron famosa.
En la primera noche el capitán paladeó el voluptuoso egoísmo del descanso a solas.
El otro, apasionado, voluptuoso, novelesco, que da a la vida el rudo interés de los conflictos y los contrastes, le había dejado sin deseos de recomenzar.
El recuerdo del hijo se incrustaba entre los dos, dejando apenas en el pensamiento un breve espacio para el deseo voluptuoso ¡Y así sería siempre!.
Y como si temiese un renacimiento de los escrúpulos de Ulises, extremó sus seducciones en las tardes de voluptuoso encierro.
El cañonazo del mediodía los sacó de su arrobamiento voluptuoso, que había durado unos segundos, largos como años.
Los duros varones, insensibles al voluptuoso aniquilamiento tropical, dirigíanse hacia la popa en busca de las tertulias del fumadero para reanimar su actividad.
Los estómagos, encogidos hasta entonces por la ruda novedad de la navegación, se dilataban con voluptuoso desperezo, admirando en el comedor las prodigalidades del servicio.
Por fin se abría paso la desesperación, adormecida toda la tarde, engañada por los momentos de olvido voluptuoso.
Defendió Fernando los suyos entre ambas manos, y al restablecerse la calma, se arrellanó en el sillón con un regodeo voluptuoso.
E inclinándose de nuevo, chupaba con afán voluptuoso la gotita de sangre que saltaba en el brazo.
Un estremecimiento voluptuoso agitaba todo su ser, pensando que aquella obra exquisita de la Naturaleza era suya, enteramente suya.
La imagen gentil y graciosa de Venturita, presente al recuerdo, el fuego de sus ojos que aun le relampagueaba por el alma, el dulce contacto voluptuoso de sus cabellos de oro, , en fin, le retenía.
Salieron de la casa emparejados y bajaron lentamente por la calle disfrutando del bienestar voluptuoso que sienten las naturalezas poderosas después de una comida abundante.
El antiguo fondo moral de la raza helvética, la seriedad y la tristeza acumuladas en el corazón de la raza por efecto de la contemplación de los gigantescos Alpes, la rigidez casi ingrata de aquel protestantismo que excluyera de Ginebra durante un tiempo la música por ser un arte demasiado voluptuoso, se despertaron en él después de los primeros ardores, y a la ligereza algo intencional del joven poeta, sucedió la rectitud inflexible del hombre maduro.
Tenían las formas más pronunciadas que las hembras vizcaínas, con algo de voluptuoso y mórbido que hacía recordar el título de Andalucía vasca , que muchos daban a Guipúzcoa, pero en su mirada había una expresión varonil y enérgica que hacía pensar en las fanáticas heroínas de la Vendée.
Los alemanes bailan el vals voluptuoso y alegre, o con el en la mano entonan el , el himno estudiantil a la gloria de la vida material, libre de cuidados.
Allí estaba el narghilé, regalo de Sidi-Mohammed-Vargas, el embajador de Marruecos, y sobre primorosas mesitas de Fez, que no levantaban dos palmos del suelo, otras varias pipas en que Jacobo enseñaba a Currita a saborear el sueño voluptuoso del , y había inspirado a Diógenes, para designar a la hurí de aquel paraíso el gráfico nombre de la mona Jenny.
Además, la vista de su familia parecía traerle algo de los esplendores de la fiesta, el perfume de las mujeres, los ecos de la orquesta, el voluptuoso desmayo de las amarteladas parejas, el ambiente del salón, caldeado por mil luces, y el apasionamiento de los diálogos.
El mágico atractivo de aquella noche poética le produjo una sacudida de gozo: cruzó por su ser un soplo blando y voluptuoso, que le embargó algunos instantes, y en su corazón palpitaron ansias inefables, indefinibles.
Como en la orquesta salta el pasaje fundamental de atril en atril para ser repetido por todos los instrumentos en los más diversos tonos, aquel verde eterno jugueteaba en la sinfonía del paisaje, subía o bajaba con diversa intensidad, se hundía en las aguas tembloroso y vago como los gemidos de los instrumentos de cuerda, tendíase sobre los campos voluptuoso y dulzón como los arrullos de los instrumentos de madera, se extendía azulándose sobre el mar con la prolongación indefinida de un acorde arrastrado del metal, y así como el vibrante ronquido de los timbales matiza los pasajes más interesantes de una obra, el sol, arrojando a puñados su luz, matizaba el panorama, haciendo resaltar unas partes con la brillantez del oro y envolviendo otras en dulce penumbra.
Sin embargo, en medio de tan enloquecedoras orgías sentía punzadas de amargura, porque junto a los rasgados ojos de Carola descubría la terrible pata de gallo, y el exceso de celo con que le procuraba placeres nuevos y sensaciones desconocidas le hacía pensar en que aquella mujer debía de haber aprendido tan impuro arte en brazos de otros amantes: sobre todo, le molestaba que se desesperase y quedara rendida cuando él tardaba en responder, o no respondía, al llamamiento voluptuoso a que ella le incitaba con todo linaje de rebuscados artificios.
Pues bien: en esos días tentadores, persuadidos por esas músicas, embriagados con esos aromas, desvanecidos en ese aire voluptuoso, los adolescentes que no han amado todavía sentirán escaparse de su corazón la primera bocanada de fuego, notarán que serpea por sus venas una sangre más activa, verán en el aire luces de colores, y llorarán sin saber por qué.
Ardían en el tocador de la estancia dos velas puestas en candeleros no menos empinados y majestuosos que los candelabros del refresco, y como no la iluminaba otra luz, ni se había soñado siquiera en el clásico globo de porcelana que es de rigor en todo voluptuoso camarín de novela, impregnaba la alcoba más misterio religioso que nupcial, completando su analogía con una capilla u oratorio la forma del tálamo, cuyas cortinas de damasco rojo franjeadas de oro se parecían exactamente a colgaduras de iglesia, y cuyas sábanas blanquísimas, tersas y almidonadas, con randas y encajes, tenían la casta lisura de los manteles de altar.

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