Ejemplos con vencida

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cinta derramó dos lágrimas sobre los encajes, pero tuvo que cortar su llanto, vencida por el buen sentido de su consejero.
Además, estaba segura de su serenidad, que mantendría al enamorado en el límite que ella quisiera fijarle Y convencida de su fuerza para reaccionar a tiempo, se abandonó lo mismo que una mujer vencida.
Y al levantar la vista rabiosa y desesperada, como para lanzar en torno una mirada de orgulloso desafío, divisó al frente la imagen de Jesucristo, del Juez único que su soberbia vencida aceptaba, mostrándole su corazón herido, diciéndole en aquel letrero que tenía por debajo: Venite ad me omnes.
Entre estos desdeñosos, dignos en nuestro sentir de reprobación, porque dejan el campo libre a los explotadores, había en el distrito un hombre a quien, vencida su inercia, seguiría toda una población.
Vino la noche, y la banda de las palomas acudió al reclamo de la guitarra: con ellas vino la simple Leonora, temerosa y temblando de que no despertase su marido, que aunque ella vencida deste temor no habia querido venir, tantas cosas le dijeron sus criadas, especialmente la dueña, de la suavidad de la música y de la gallarda disposicion del músico pobre, que sin haberle visto le alababa y le subia sobre Absalon y sobre Orfeo, que la pobre señora convencida y persuadida dellas, hubo de hacer lo que no tenia ni tuviera jamas en voluntad.
Y fue que él se imaginó haber llegado a un famoso castillo que, como se ha dicho, castillos eran a su parecer todas las ventas donde alojaba, y que la hija del ventero lo era del señor del castillo, la cual, vencida de su gentileza, se había enamorado dél y prometido que aquella noche, a furto de sus padres, vendría a yacer con él una buena pieza, y, teniendo toda esta quimera, que él se había fabricado, por firme y valedera, se comenzó a acuitar y a pensar en el peligroso trance en que su honestidad se había de ver, y propuso en su corazón de no cometer alevosía a su señora Dulcinea del Toboso, aunque la mesma reina Ginebra con su dama Quintañona se le pusiesen delante.
A cuyas señas y voz volvió don Quijote la cabeza, y vio, a la luz de la luna, que entonces estaba en toda su claridad, cómo le llamaban del agujero que a él le pareció ventana, y aun con rejas doradas, como conviene que las tengan tan ricos castillos como él se imaginaba que era aquella venta, y luego en el instante se le representó en su loca imaginación que otra vez, como la pasada, la doncella fermosa, hija de la señora de aquel castillo, vencida de su amor, tornaba a solicitarle, y con este pensamiento, por no mostrarse descortés y desagradecido, volvió las riendas a Rocinante y se llegó al agujero, y, así como vio a las dos mozas, dijo:.

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