Ejemplos con vacilación

Necesitamos, así, profanar, relegere, en el sentido que Giorgio Agamben le da a la palabra, esa inquieta vacilación para velar la diferencia que debe haber entre lo divino y lo humano.

En Las cortezas del alba en el poema II se lee: vigor de tinta trepa al papel/consagrado en minucioso/ donde intentaré traducir/ para sus mayores excesos/ el ensueño de sentir completo/ trastorna las superficies/ como un lugar aparte/ una vacilación larga que resiste la impureza/ localiza poderes en intersticios de letras/ viola la insólito como cuando/ entre aquellas sílabas me naciera la sorpresa.

Luna: Magnetismo, adaptación, sentimiento, receptividad, memoria, tenacidad, vacilación, fantasía, frivolidad, infantilidad, timidez, susceptibilidad, capricho, impaciencia.

Cabe agregar que, una vez que se decidía por un curso de acción, lo seguía sin vacilación.

Surgido en el ambiente modernista de fines del siglo XIX, sus cuentos juveniles revelan una natural vacilación entre esa tendencia subjetiva y evanescente que causó el modernismo en sus inicios y la utilización de los motivos concretos que ofrecía la naturaleza del país.

La vacilación de la que hizo gala ante un asesinato de los judíos en territorio samaritano desembocó en un conflicto entre estos dos pueblos y, a raíz de una investigación dirigida por el gobernador de la provincia de Siria, Cumano fue enviado a Roma para enfrentarse a cargos por negligencia ante el propio emperador Claudio.

En cualquier caso, el propio hecho de la vacilación de fechas ya es un dato fundamental para demostrar que nuestro autor es, pese al prestigio intelectual del que en su época gozó, un perfecto desconocido incluso en fechas cercanas a las de su vida.

Consigue acabar con todos ellos, incluida la vampira que sorprendió con Riley, tras un momento de vacilación.

Miraba a un lado y a otro, como si temiera encontrarse con los bigotes y los ojos severos de la Guardia civil, y luego, tras una vacilación de hombre modesto que teme revelar su importancia, llevábase una mano a los riñones y tiraba del interior de la faja, sacando un cuchillo cuyo brillo y limpieza parecían hipnotizarle.

Hay veces en que, por una aparente alteración del ritmo triunfal, cruzan la historia humana generaciones destinadas a personificar, desde la cuna, la vacilación y el desaliento.

Los grupos de campesinos, las familias de la ciudad precedidas de su prole, las parejas de soldados, se consultaban y dudaban al avanzar una mano sobre la pileta con cierta vacilación.

El ruso es bárbaro, pega y se arrepiente, el alemán civilizado fusila sin vacilación.

¿Por qué había de ser precisamente suyo? La vacilación no era, sin embargo, muy larga.

Pero Julio insistió, adivinando en su firme negativa el agrietamiento de una primera vacilación.

Y pegó como si su enemigo fuese un hombre, sin vacilación, sin misericordia, concentrando en el puño toda su alma.

Tendré que irmedecía Ulises con vacilación.

Se detuvo en su confidencia, sintiendo una última vacilación, y al fin añadió bajando la voz:.

Estaba escrito en castellano y lo leía en valenciano, sin vacilación alguna, para mejor inteligencia de los oyentes.

No por ahora no hay nadarespondió el joven con alguna vacilación.

Yo pensaba que esperarías a que el médico lo hiciesedijo avanzando con vacilación por la estancia.

Es un favor que te pide Cristinadijo con alguna vacilación.

Hombre, yo te dirérepuso el capitán con cierta vacilación.

Al concentrar la atención en su primo, volvía a admirar sus manos, aquellas manos únicas, que parecían dotadas de vida y pensamiento aparte, que iban instintivamente, entre el montón de papeles, en línea recta y sin vacilación hacia aquello que deseaba la voluntad.

Al notar la vacilación de sus ovejas, gritó para que pasasen adelante.

Figuraba en todas las almonedas como comprador de fuerza, y si algún corredor le proponía la adquisición de alhajas antiguas o muebles rarossiempre, se entiende, con considerable ventaja, aceptaba sin vacilación, pues no era dinero lo que faltaba en el enorme del siglo pasado, que ocupaba todo un paño de su alcoba, mostrando el menudo mosaico de sus tres filas de cajoncitos.

Y tan pronto se ponía una pieza de ropa como se la quitaba, con vacilación horrible, fluctuando entre los ímpetus formidables de su deseo y el sentimiento de la imposibilidad.

Iba tan decidida, que no tuvo ni la más ligera vacilación.

La vacilación duraría como un par de segundos.

Abrió la portezuela, y miró a su antigua amiga, sonriendo, sonrisa que quería decir: ¿Vienes o no? Si estás rabiando por venir ¿a qué esa vacilación?.

El pasillo estaba oscuro, pero él conocía tan bien todos los rincones, que andaba por ellos sin vacilación ni tropiezo.