Ejemplos con tunante

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Se le atribuye la letra de dicho vals a Abelardo Gamarra El Tunante y la música a Justo Arredondo aunque ninguno de los dos lo firmaron cuando empezó aparecer en los cancioneros de esa época, posiblemente por ser una composición rebelde, deduciéndose que querían evitarse problemas.
La figura de Luis Pardo ha sido tratada por escritores, compositores y poetas como: José Diez Canseco, Enrique Cornejo Villanueva, Alberto Carrillo Ramírez, Abelardo Manuel Gamarra Rondo El Tunante , Manuel Justo Arredondo, Raúl Zárate Aquino, Oscar Colchado Lucio, Julio Rosas Olivera Ore, Alfredo Grados, Darío Mejía, Pedro Arana Quiróz, Filomeno Zubieta Núñez, Vidal Alvarado Cruz, Mario Reyes Barba, Alejandro Aldave Montoro, Alex Milla Curi, Héctor Gamarra Espinoza, Mauro Aquino Albornoz, Guillermo Pardo Novoa, Sonia Pardo Loarte, Luis A.
De esto han tratado en largas epístolas el celtíbero y el renegado, y en el pliego que tú traes vendrá seguramente el plan de Gonzalo para llevarle con astucias o promesas al delicioso país berberisco, donde por los duros medios mahometanos será domado ese tunante.
: '¡Ah, tunante, si no te marchas de esta tierra donde te conocen y puedes ser descubierto, yo te haré salir a puñetazos!'.
¡Ah, la cruel! ¡Con qué sencillez le había arrebatado la última ilusión, diciéndole que no era hijo suyo, comparando su belleza delicada con la de aquel tunante que llenaba su pensamiento! ¡Qué tirón tan doloroso en su alma! Esta vez, Judith, a pesar de su insolencia, había sentido miedo ante el gesto desesperado de.
De haberla buscado su padre cuando la abandonó aquel tunante, menos vergüenza y miserias habría sufrido.
El tunante de Brabo quería cazarte con reclamo, y una vez cogiéndote allí, ¿qué le faltaba más que mandar salir a los guindillas que tenía escondidos, y sujetarte con sogas y llevarte a los sótanos?.
¿Y aún vivía ese tunante? ¿Es que en la huerta no quedaban hombres?.
Pues qué, ¿un hombre de mis millones, y con un sobrino tan notable, ha de estar toda su pícara vida humillado por ese tunante de D.
¿Habrá tunante? Si estoy por seguirle y avisar a una pareja de Orden Público para que me le trinquen Pero a la noche nos veremos las caras.
Divertirse ¡ea! Por de pronto habrá un arreglito, y ese tunante le dará alguna protección, tendrá usted casa en que vivir Y ahora que me acuerdo, ¿ese hombre es casado?.
Lo que más la irritaba era que el tunante, después de lo que había dicho, tuviera todavía humor de bromas y pusiera aquella cara de pillín, como si se tratara de una cosa de juego.
Evaristo, a mí no me la da usted Usted es muy tunante y las mata callando.
Hubiera sido mucho mejorpensó deteniendo el paso y tardando un minuto de escalón a escalón, decirle aquello de , con calma, reparando bien qué cara ponía ella al oírlo, y luego quedarme tan fresca, esperando a ver por qué registro salía, o echarle tres o cuatro chinitas, diciéndole que yo también soy honrada, claro, y que su marido es un tunante a ver por dónde la tomaba.
¡Si mamá lo supiera! En fin, que el muy tunante se divirtió todo lo que quiso, y después la del humo.
¡Ah!, ese es el más tunante de todos ¡Sabe más!, ¡y tiene más picardías! Conque a ver, chulita, ¿qué hay?.
Si caes enfermo, no vengas a que te cuide tu tía, que para eso sí sirvo yo, ¿eh?, para eso sí sirvo, ingrato, tunante ¿Y te parece bien que cuando me miro en ti, cuando te saco adelante con tanto trabajo y soy para ti más que una madre, te parece bien que me des este pago, infame, y que te me cases con una mujer de mala vida?.
Mira que te estrello Verás la azotaina que te vas a llevar ¡Y qué gordo está el tunante!, parece mentira.
Después el muy tunante empezó a razonar sus explicaciones, revistiéndolas de formas seductoras.
Cuenta el tunante de Villalonga que hace años usaba Aparisi el de Galileo, pero el pobrecito no le daba la interpretación verdadera, y creía que aquel célebre dicho significaba.
¡Te voy a desollar vivo, gran tunante! ¡Ya sabemos quién es el zorro que se come los huevos! Hoy te pongo el trasero en remojo, donde no lo veas.
¡Quién lo había de decir viéndola tan mortecina, tan suavecita, tan humildota que su voz parece música de los ángeles del cielo! Pero la miseria todo lo corrompe, y Solita no ha podido menos de entrar en el camino de la perdición para encontrar un pedazo de pan que ponerle en la boca al tunante de Cuadra.
-¡Oh, ya lo sé! Ese tunante de Sarmiento ha espiado mi casa durante un mes.
Enorme estante de roble contiene una rica y escogida biblioteca, y allí está Horacio el epicúreo y sibarita junto con el tierno Virgilio, en cuyos versos se ve palpitar y derretirse el corazón de la inflamada Dido, Ovidio el narigudo, tan sublime como obsceno y adulador, junto con Marcial el tunante lenguaraz y conceptista, Tibulo el apasionado, con Cicerón el grande, el severo Tito Livio, con el terrible Tácito, verdugo de los Césares, Lucrecio el panteísta, Juvenal, que con la pluma desollaba, Plauto, el que imaginó las mejores comedias de la antigüedad dando vueltas a la rueda de un molino, Séneca el filósofo, de quien se dijo que el mejor acto de su vida fue su muerte, Quintiliano el retórico, Salustio el pícaro, que tan bien habla de la virtud, ambos Plinios, Suetonio y Varrón, en una palabra, todas las letras latinas, desde que balbucieron su primera palabra con Livio Andrónico, hasta que exhalaron su postrer suspiro con Ruttilio.
No hay en todo el país tunante que más merezca un tiro.
-Tunante, bribón, ¿por qué no hablas? Poco valdrías si no fueras charlatán.
Dice usted que soy un solemne tunante.
Ese chisgarabís, ese tunante, el poetastro que vivía en este cuarto, se la ha llevado.
-Este tunante fue el que delató al cojo de Málaga -dijo el caballero particular.

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