Ejemplos con rambla

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Decimos en la Rambla, y no junto a, ya que las paradas de flores y de pájaros que hay en medio del paseo también son parte del mercado.
La primera sede social fue el bar Imperial de la Rambla de Sabadell.
Actualmente cuenta con un polideportivo, un campo de fútbol de césped artificial, una Área Básica de Salud, centro social para jóvenes, para ancianos y zonas de esparcimiento con bares y terrazas en una rambla y una plaza ganadas a la especulación urbanísitca.
En Banda sonora d'un temps, d'un país firma los arreglos de los temas Les floristes de la Rambla, Si jo fos pescador y Anirem tots cap al cel, tema en el que participa también en los coros.
Por ello, las aguas corrientes que se encauzan en la cabecera de la rambla están produciendo el desmoronamiento y retroceso del escarpe donde se localizan el primer grupo de icnitas.
Inicialmente ocupó el edificio de la Canonja, y sucesivamente se trasladó a la Gran Via, la Rambla, la plaza Cataluña y, finalmente, al palacio de los Pignatelli, en la calle Arcs.
Beatriz Ferrer Salat, Juan Antonio Jiménez, Ignacio Rambla, y Rafael Soto Equitación, Doma por equipos,.
Durante los primeros años del siglo XXI se desarrollaron nuevas infraestructuras, como la rambla del Garraf, la zona peatonal o el nuevo edificio institucional, y están en marcha diversos planes urbanísticos en zonas del ensanche.
Al norte se encuentra una amplia zona en proceso de urbanización: es la nueva zona comercial llamada la Rambla del Garraf.
Constituye un hito notable en la Rambla de Montevideo.
El poblado contó con un extraordinario sistema defensivo, compuesto de líneas amuralladas y un conjunto de fortines situados en pequeñas colinas al borde de la sierra de Gádor y a ambos lados de la rambla de Huéchar.
Formada por el poblado y la necrópolis de Los Millares ubicada sobre la meseta de este mismo nombre, que en forma de espolón queda enmarcada en sus flancos norte y este-sureste por el río Andarax y la rambla de Huéchar.
Si lo haces por la Rambla pasarás por uno de los puntos más fotografiados del mundo, con perdón de la Sagrada Família y la Pedrera, una entrada flanqueada por paradas y tiendecitas donde se exponen con mucho cuidado las mejores frutas y verduras, caseras o exóticas, que hoy pueden comprarse.
Sólo por el hecho de estar situado en la Rambla, la calle que tanta gente ha calificado como la más bonita del mundo, ya tiene motivos para serlo.
De aquí parten importantes vías de la ciudad como la Rambla, el paseo de Gracia, la rambla de Cataluña o las rondas de Universidad y de Sant Pere, y la calle Pelai, así como la avenida del Portal del Ángel, la gran arteria comercial de la ciudad, y antigua puerta de las murallas.
El complejo deportivo se encuentra en la Rambla del Carmen de Cabezo de Torres y consta de un campo de fútbol de césped natural, un campo de fútbol de tierra, dos campos de fútbol siete de tierra, un pabellón de fútbol sala, cuatro vestuarios, una sala de trofeos, oficinas y una cantina.
Para el edificio de la Real Academia de Ciencias, en la Rambla de la ciudad condal, hizo los bustos del P.
En Barcelona conoció a su tío el rico, el talento financiero de la familia Blanes, un hermano de su madre, propietario de una gran tienda de ferretería situada en una de las calles húmedas, estrechas y repletas de gentío que desembocan en la Rambla.
Quedó indeciso Ferragut entre ir a comer a su casa o en un restorán de la Rambla.
Temía tu cólera, estaba segura que en el primer momento te dejarías arrastrar por tu carácter, y me daba miedo la entrevista Te he espiado desde que supe que estabas en Barcelona, he aguardado cerca de tu casa, muchas veces te he visto a la puerta de un café y he tomado la pluma para escribirte, pero temí que no acudieras al conocer mi letra, o que despreciaras una carta de otra mano Esta mañana, en la Rambla, no pude contenerme por más tiempo, y te envié a esa mujer, y he pasado unas horas crueles sospechando que no vendrías Al fin te veo, y nada me importan tus violencias ¡Gracias, muchas gracias por haber venido!.
Pero al llegar a la torre cuyo número guardaba en su memoria y detenerse unos segundos ante su arquitectura de castillete feudal, que hacía presentir un interior semejante a los salones de las cervecerías, vió que se abría la puerta, apareciendo en ella la misma mujer que le había hablado en la Rambla de las Flores.
Su única distracción era visitar a sus primos en sus escritorios o pasear por la Rambla.
Tal vez una de ellas le había visto en la Rambla, enviándole a esta intermediaria para reanudar viejas relaciones.
Era una hembra cuarentona, de pecho prominente y sueltas ancas, una cocinera con la cesta en el brazo, igual a muchas otras que pasaban por la Rambla de las Flores para unir un ramo a la diaria compra de víveres.
Los árboles añosos de la Rambla se cubrían de hojas, y en sus frondas nacientes chillaban miles de pájaros con la tenacidad ensordecedora de las cigarras, persiguiéndose de tronco en tronco, dejando caer sobre la muchedumbre que circulaba por abajo el olvido casi líquido de sus flojos intestinos.
Gustaba en las mañanas de circular por la Rambla ante los puestos de las floristas.
Ferragut los reconocía inmediatamente al encontrarlos en la Rambla.

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