Ejemplos con ráfagas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Tras la primera huelga en la oficina San Lorenzo, el relato indica que todos escuchaban un grito que volaba en el desierto, de una u otra oficina como ráfagas hasta que deciden descender desde la pampa hasta el puerto grande, Iquique.
Es un arco que dispara ráfagas de aire.
En su brazo derecho porta el Garuru Canon, una poderosísima arma que dispara grandes ráfagas azules de energia.
Su estilo es bastante de calle, lo que le crea un estilo propio, con una fuerte pegada y mucho uso del doble pedal, tanto en ráfagas como seguido, lo que le coloca entre los grandes del metal europeo.
Sonic deberá luchar contra su molesto contrincante Robotnik, el cual ha diseñado un arma basada en el propio puercoespín: El Mecha Sonic, que ataca rodando, saltando, atacando mediante ráfagas y soltando pinchos metálicos.
Los paurópodos se mueven de manera característica, con movimientos en rápida ráfagas y bruscos cambios de dirección.
Portan mortales lanzamisiles segador, capaces de lanzar ráfagas de pequeños misiles que penetran las armaduras más duras.
Las flores son de muchos colores, desde el blanco a verde con ráfagas de rojo y rosa, o conjunto de varios colores.
Las fuerzas demócratas anunciaron que tras varias ráfagas de fuego real nueve civiles murieron.
La joven, igual que Ricardo Silva, fue baleada primero dentro del segundo dormitorio y, posteriormente, rematada a menos de un metro de distancia, con varias ráfagas, contra un muro de una habitación deshabitada.
Sin embargo, fue rematado por ráfagas de disparos en el mismo lugar.
Aunque hay en este puerto algunas ráfagas de viento fuerte, que se cuela por medio de los cerros, no incomoda las naves, ni levanta marejada.
Debilitado por su larga permanencia en el lecho y por la sangre perdida, aspiraba el tibio ambiente de la mañana luminosa, cortado por las ráfagas que venían de la costa.
Había nuevas poblaciones hechas de lona, calles rectangulares de tiendas, ciudades de barracas de madera, construcciones enormes como iglesias, cuyas paredes de lienzo temblaban bajo las ráfagas.
Avanzaban a saltos, por compañías, tendiéndose después al abrigo de los repliegues del terreno para dejar pasar las ráfagas de muerte.
Llegaron hasta él, como lejanas melodías voluptuosas y medio olvidadas, las ráfagas de una carne bien oliente, despertando su memoria sexual.
Una luz fantástica atravesaba con ráfagas multicolores este mundo de absoluta lobreguez.
Los músicos seguían cantando, pero con suspiros melancólicos, al abrigo de una esquina, para librarse de las ráfagas furiosas del mar.
Ráfagas sofocantes cruzaban, muy bajas, casi a flor de tierra, doblegando los tallos de los juncos y estremeciendo el agudo follaje de los mimbrales a su hálito de fuego.
El sol iba ascendiendo a su cenit, y el calor se anunciaba por ráfagas tibias y pesadas, alientos de fuego que encendían la atmósfera.
Currita, sentada en primer término, frente a Leopoldina Pastor, hallábase arrobada por aquel sublime terceto de la compañía, final del primer acto, cuando retumba el trueno a lo lejos entre los sordos bramidos de los contrabajos y el suave murmullo de los violines, dulce, delicado, bellísimo, que parece revelar el hálito tibio de la tormenta que se acerca, el tenue susurrar de las hojas de los árboles que sacuden ya las primeras ráfagas, el vago perfume de la tierra que anuncia la cercana lluvia.
El sol iba ocultándose lento y majestuoso en un abismo de oro, entre montañas de brillantes nubes, a través de las cuales pasaban las últimas ráfagas que subían divergentes a perderse en los espacios, o bajaban a iluminar con misteriosa claridad purpúrea las solitarias dehesas, los gramales de las laderas, los plantíos de caña sacarina, los carrizales cenicientos del río, las arboledas que dividen las heredades, y el tupido bosque de una aldea cercana, cuyo campanil recién enjalbegado surgía de la espesura como un pilar ruinoso.
Del vago albor que clareaba en las cimas orientales, de las suaves tintas glaucas que todo lo invadían, brotaron lentamente, primero indecisos e indefinibles, luego distintos y bien perfilados, celajes y nubecillas de color de violeta, a través de las cuales vimos que desaparecían las estrellas entre ráfagas de fuego.
¡Ay! Dios, si me muero, y el pensamiento vive más allá de la muerte, estaré viendo toda la eternidad esta carita graciosa, con su expresión celestial, estos ojos serenos y risueños, esta cabellera oscura con ráfagas blancas que le hacen tanta gracia esta boca, que no habla sin que me duela el alma.
Tú me ayudarásprosiguió Maxi con ráfagas de inspiración religiosa en sus ojos encandilados, tú me ayudarás a propagar esta gran doctrina, resultado de tantas cavilaciones, y que no habría llegado a ser completamente mía sin el auxilio del Cielo.
Presunciones de gloria le pasaron con ráfagas de hoguera por la frente Entrevió un porvenir brillante ¡Él, retratado por los pintores! ¡Y eso se pagaba! Y se ganaban cuartos por vestirse, ponerse y ¡ah! se miró en el vidrio del cuadro de las trenzas, pero no se veía bien.
El cielo está nublado, ciernen la claridad del sol pardos crespones cada vez más densos, los pinos, juntando sus copas, susurran de un modo penetrante, prolongado y cariñoso, las ráfagas del aire traen el olor sano de la resina y el aroma de miel de los retamares.
Forzoso es reconocer, no obstante, que en la época de la revolución, la exaltación política, la fe en las teorías llevada al fanatismo, lograba infiltrarse doquiera, saneando con ráfagas de huracán el mefítico ambiente de las intrigas cuotidianas en las aldeas.
Proseguía el hervor de la imaginación sobrexcitada: miró por la ventana, y el paisaje le pareció tétrico y siniestro, verdad es que entoldaban la bóveda celeste nubarrones de plomo con reflejos lívidos, y que el viento, sordo unas veces y sibilante otras, doblaba los árboles con ráfagas repentinas.
Al anochecer entró el viento por SO a ráfagas muy fuerte con granizo, y mandé izar un farol al tope mayor, para que le sirviese de guia a la chalupa.

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