Ejemplos con queridísimos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Enrique, por la gracia de Dios rey de Inglaterra, duque de Normandía y de Aquitania y conde de Anjou a sus queridísimos amigos Alfonso, rey de Castilla y a Sancho, rey de Navarra, salud.
Algunas de estas obras tuvieron que ser realizadas de forma clandestina como fueron los casos de Queridísimos verdugos y Caudillo, estrenadas después de la muerte de Franco.
Ha realizado una carrera en solitario, alejado de los circuitos comerciales, durante la que ha filmado Nueve cartas a Berta, Queridísimos verdugos, Canciones para después de una Guerra, Madrid, Caudillo.
El Cardenal Medina primero se dirigió a la multitud con Queridísimos hermanos y hermanas en italiano, español, francés, alemán e inglés, antes de continuar con el tradicional Habemus Papam en latín.
Sebastián Junyent dedicó gran parte de su trayectoria al mundo de la televisión donde dirigió programas de éxito como Telecupón, Queridísimos, Hugolandia, Miss España o Cine de barrio.
Martín Patino añade con este largometraje una nueva aportación sobre el franquismo, ya abordado sociológicamente con documentales como Queridísimos verdugos o Canciones para después de una guerra.
Queridísimos verdugos es uno de los documentales más conocidos del cineasta español Basilio Martín Patino, director de cine salmantino que ha reflejado la pena capital en España.
Historia lastimosa voy a contaros, lectores queridísimos, y empiezo requiriéndoos a concederme vuestra lástima y un piadoso interés por mí, pues se trata de incumbencias particulares, sin mezcla de ningún melindre político, como aquel que dijo,.
, esa república, hermanos queridísimos, es.
Y entre tanto, Ruysillo, hazme el favor de guiarme hacia donde yo pueda ver y saludar a los queridísimos salvajes y.
La soledad de mi vivienda, días antes embellecida y alegrada por seres queridísimos, dábame la impresión de estar emparedado en anchurosa tumba.
¡Adiós mi Sor Facunda del alma, adiós alegría de mi huerta y de mis queridísimos hierbatos! ¡Oh, qué tristeza me causó Madrid! En el tiempo de mi feliz residencia en Torrelaguna, habían ocurrido muchas cosas: cambio de personal y aun de casa, porque ya la Comunidad no estaba en la Latina, sino en Jesús.
No nos va mal, y Fernando ha tenido el gusto de encontrar amigos queridísimos entre estos campeones de Isabel II: D.
Andrés, Siseta, queridísimos amigos míos, vosotros que nadáis en la abundancia, socorred a este mendigo.
Baldomero tratáronse siempre como hermanos en la vida social y como compañeros queridísimos en la comercial, salvo alguna discusión demasiado agria sobre temas arancelarios, porque Arnaiz había hecho la gracia de leer a Bastiat y concurría a los de la Bolsa, no precisamente para oír y callar, sino para echar discursos que casi siempre acababan en sofocante tos.
Y si alguna vez he vivido entre franceses, no lo hice por amistad hacia ellos, como dicen mis enemigos, sino que les seguí y me metí industriosamente entre sus filas para averiguar sus planes y espiar sus acciones e informar de todo a nuestros queridos, a nuestros queridísimos generales.
Este libro va a concluir, queridísimos lectores, a quienes adoro y reverencio, va a concluir, y los notables y jamás vistos sucesos que me acontecieron en virtud del proyectado matrimonio de Inés y del encuentro de aquellas dos familias en el tortuoso y difícil camino de mis amores, serán escritos, por no caber en este volumen, en otro que pondré a vuestra disposición lo más pronto posible.
Historia lastimosa voy a contaros, lectores queridísimos, y empiezo requiriéndoos a concederme vuestra lástima y un piadoso interés por mí, pues se trata de incumbencias particulares, sin mezcla de ningún melindre político, como aquel que dijo, sin trampa ni Cantón.
Y entre tanto, Ruysillo, hazme el favor de guiarme hacia donde yo pueda ver y saludar a los queridísimos salvajes Mita y Ley».
¡Adiós mi Sor Facunda del alma, adiós alegría de mi huerta y de mis queridísimos hierbatos! ¡Oh, qué tristeza me causó Madrid! En el tiempo de mi feliz residencia en Torrelaguna, habían ocurrido muchas cosas: cambio de personal y aun de casa, porque ya la Comunidad no estaba en la Latina, sino en Jesús.
«Mis queridísimos hermanos -empezó-: os pongo cuatro letras porque es la hora de cenar y me esperan en casa de los duques para ir con ellos al teatro.

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