Ejemplos con profanaciones

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sin embargo, a los pocos días se desató una ola de crímenes, incendios, profanaciones de iglesias y asesinatos de sacerdotes, militares no adictos y civiles de derecha.
Tropas del mando liberal se alojaban en Haro, provocando daños en la villa y alrededores, ya que incendiaron la ermita de Toloño e hicieron profanaciones de iglesias, viéndose el párroco Ciriaco Aranzadi obligado a huir después de protestar.
Artaíctes, gobernador persa de Sestos, se apropió de los tesoros de la cueva sagrada e hizo otras profanaciones.
Posteriormente otros sucesos como asesinatos, profanaciones o vandalismo ritual serían relacionados con los juegos de rol, de forma sistemática por desconocimiento o por simple sensacionalismo.
En casi toda la España republicana acontecieron profanaciones similares.
Las profanaciones de aquellos tiempos hicieron que esta imagen se escondiera dentro de otra.
En los tiempos que corren, aquel acto habría sido la más escandalosa de las profanaciones, merecedora de los tizonazos del Infierno.
¡Doquiera que se vuelven los ojos no se ve más que tristeza, miseria, dolor, profanaciones, olvido!.
Pero a pesar de estas profanaciones artísticas, la iglesita estaba muy mona, como diría Manolita, apacible, misteriosa y relativamente fresca, inundada de la fragancia de las flores naturales.
A Jacinta le causaban miedo aquellas profanaciones, pero las consentía y toleraba, poniendo su pensamiento en Dios y confiando en que Este, al verlas, volvería la cabeza con aquella indulgencia propia del que es fuente de todo amor.
Sea de todo ello lo que quiera, y ciñéndome yo a mi papel de cronista y de fotógrafo, diré que la , en medio de lo mucho que la han deteriorado el abandono en que estuvo largo tiempo y el bajo empleo a que se la destinó después, y no obstante las recientes profanaciones de que ha sido objeto al tratar de convertirla en casa moderna, cerrando nobilísimos arcos y poniendo en su lugar puertas, balcones, ventanas y todo un entresuelo, conserva aún, por dentro y por fuera, columnas, medallones, arcos, bustos, estatuas, mensulones, cornisamentos, escudos y centenares de figuras de animales fantásticos y caprichosos, que son otras tantas maravillas.
Todas las profanaciones que legó a este grandioso edificio el malhadado Churriguera desaparecen y quedan enterradas bajo la noble gentileza de aquella fachada dórica, tan pura y colosal, y de aquellas naves corintias cuyas pilastras equivalen a otros tantos monumentos.
Poner la mano -decía- en un héroe como Riego, es la mayor de las profanaciones.
Allí, sobre el altar mayor y en el sagrado cáliz, cometieron sacrílegas profanaciones.
Pero con el nuevo aspecto de las cosas, ignorado por los bandidos, con la casa llena de mujeres, y la muerte, con su cortejo de lágrimas y de ceremonias y accesorios patéticos, enseñoreada de ella, ¡qué perturbaciones y qué escándalos y qué profanaciones y sacrilegios no produciría una batalla en el estragal, a tiro seco, con sus correspondientes blasfemias y alaridos, y cadáveres ensangrentados y palpitantes! En fin, que si no arreglaba el conflicto la nevada, había para volverme tarumba y tener por cuerda y resignada a la mujer gris en sus recientes apuros.
-No exageres, Gedeón, y no lleves tus profanaciones hasta el extremo de hacer comparable, ni aun en esa pequeñez, nuestra noble independencia con la ignominiosa servidumbre de los casados.
Lo único que yo sepa, es haber expulsado a los jesuitas y degollado cuatro sacerdotes respetables en SANTOS LUGARES , después de haberles desollado vivos la corona y las manos, ¡poner al lado del Santísimo Sacramento el retrato de Rosas y sacarlo en procesión bajo el palio! ¿Cometió jamás profanaciones tan horribles el partido ''libertino''?.
Francisco en sitio sagrado y libre de profanaciones.
Por lo demás, la capilla permanecía abierta a todas horas, ocasionando con ello una continuada serie de impías profanaciones.
¡Qué razón tenía Clara! Sólo una bestia, con horror ingénito a lo limpio y a lo hermoso, podía deleitarse en consumar tantas profanaciones a un tiempo.
- ¡Reprima usted la lengua! ¿Desde cuándo comete usted esas horribles profanaciones, desgraciado?.
El espía no quiso ver más profanaciones, escapó como pudo y fue con el chisme a la Inquisición, que pocas horas después echó la zarpa encima a más de cien judíos portugueses.
No sabemos si este trastorno de ideas puede atribuirse al escepticismo religioso y moral en que solían parar las conversiones forzadas o interesadas de los judíos, pero tales profanaciones y blasfemias se explican, aun sin eso, por la espantosa anarquía de ideas y costumbres en que vivió Castilla durante el reinado de Enrique IV, que el bachiller Rojas refleja fielmente en su obra.
Tamañas profanaciones debiéronse en gran parte, desde hace ya siglos, a la enseñanza de los jesuitas, que quisieron corregir el espíritu de clasicismo arrancándole, hasta donde fuera posible, el elemento pagano, es decir, la vida, y reduciendo el estudio de las humanidades a un mecanismo en que la memoria y la paciencia son las principales palancas.
Los cuales puede decirse que están representados en aquel ejemplar de Horacio que, a manera de símbolo de tales profanaciones, nos describe Menéndez Pelayo diciendo:.
La superstición también con sus terrores y fantasmas se apoderó de la ciudad, y los agoreros dieron parte de que las víctimas les anunciaban abominaciones y profanaciones, que era preciso expiar.
¡Y nos creeréis felices porque oís resonar por ahí nombres antes oscuros, cuando los felices sois vosotros! Cierto que no habéis visto las obras maestras de arte, pero tampoco las profanaciones de la inspiración y la servidumbre del genio, cierto que no habéis probado el licor embriagante de la gloria, pero tampoco la amargura de la calumnia, cierto que no habéis subido a las cimas vertiginosas del poder, pero tampoco rodado a los ariales donde se clavan las espinas de la envidia.
El sueño traía impíos disparates, ideas que eran profanaciones, y se desechaban para atenerse a los pecados veniales con que brindaba la realidad ambiente.
Había otra clase de profanaciones que no podía evitar la ronda.
Se tomaban confianzas que eran profanaciones, adquirían pronto una familiaridad importuna que daba ocasión a las calumnias de los necios y de los mal intencionados».

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