Ejemplos con pitagóricas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Escribió unas Lecciones pitagóricas en griego, distribuidas en once libros, que se ha perdido, si bien Estobeo en su Florilegium ha conservado tres fragmentos que versan sobre la teoría de los números.
Sincretismo filosófico, que admitía junto a doctrinas estrictamente pitagóricas teorías de corte platónico, aristotélico y estoico,.
Tal vez por ello las doctrinas pitagóricas degeneraron con frecuencia en astrología, charlatanismo, superstición, magia y hechicería, y acabaron por atribuirse a las figuras de Pitágoras y Apolonio de Tiana todo tipo de historias fabulosas y leyendas que pretendían hacer de ambas figuras personajes santos, milagreros, prodigiosos y casi fantásticos, como se deja ver en las Vidas que de estos personajes se conservan, por ejemplo la Vida de Apolonio de Filóstrato, escrita con el afán de rivalizar con los Evangelios.
Apolonio de Tiana, un legendario sabio y profeta de la Antigüedad Tardía, visitó una vez el altar y halló que, en lo referente a la filosofía, Trofonio era un defensor de las sensatas doctrinas pitagóricas.
En esa calle, cualquier curioso, aunque no tenga sus oídos abiertos a la , podrá ver una tienda de sastre, y si penetra en ella para que el supremo arquitecto de las levitas le tome medida de una, si durante esta fastidiosa operación alza los ojos a la , vulgo cielo raso, verá sin duda que por aquellos descoloridos y descascarados yesos se pasean soles, lunas, rayos que fueron de oro, cordones, triángulos, estrellas pitagóricas y otros signos.
LXXXI. Pero en lo que a ninguno de los griegos se parecen aquellos pueblos, es que en vez de saludarse con corteses palabras, se inclinan profundamente al hallarse en la calle, bajando su mano hasta la rodilla. Visten túnicas de lino largas hasta las piernas, alrededor de las cuales corren algunas franjas, y a las que llaman Calasiris. Encima de ellas llevan su manto de lana, con cuyos tejidos se guardan sin embargo de presentarse en el templo o de enterrarse, amortajados en ellos, lo que fuera a sus ojos una profanación. Relación tiene esta costumbre egipcia con las ceremonias órficas y pitagóricas, como se llaman, no siendo lícito tampoco a ninguno de los iniciados en sus orgías y misterios ir a la sepultura con mortaja de lana, a cuyos usos no falta su razón arcana y religiosa.

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