Ejemplos con pierde

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

No quiso el duque que mi padre recibiese a su tiempo, hereditariamente, el cargo familiar de mi abuelo, porquedecíaesto se acaba conmigo, el nombre se pierde, gracias a Dios, y la casa se transmite al hijo de Beatriz, que es un Somavia, conque allá entonces que él haga lo que le pete.
¡Si hay cada gato en Madriddíjole el ministro, levantándose también, que se pierde de vista! Y no lo digo precisamente por el joven Arturo, de quien, en honor de la verdad, nada sé que pueda afrentarle, aparte de ese afán que muestra siempre de darse una importancia que no tiene.
No se pierde el don almibarado y pulido.
Si tenemos aún alguna guerra, es civil o colonial, guerras que podríamos llamar zompas, sin brillo y sin provecho, en las que mueren los hombres tan bien como en las Termopilas o en Austerlitz, pues sólo una vez se pierde la vida, pero sin el consuelo de la fama y de la admiración pública, sin la aureola de eso que llaman gloria.
¡Válgame Dios, y cómo se pierde una casa! ¡Tan bueno que era el pobre tío ! ¡Si levantara la cabeza y viese a sus hijas! Ya sabían en la huerta que el pobre padre había muerto en el presidio de Ceuta hacía dos años, y en cuanto a la madre, la infeliz vieja había acabado de padecer en una cama del Hospital.
La esperanza, con todo, no se pierde jamás.
No, no se pierde el alma de los místicos cristianos en la esencia suprema, como en el de los budistas, no, no cae en sueño eterno, sino que logra la plenitud de la vida.
El sol atraviesa muchas capas de agua y todo lo llena de claridad, pero, allá en lo más hondo, se pierde y ofusca la mirada, entre iris, reflejos, tornasoles y relámpagos argentinos, y nada se distingue con exactitud y fijeza.
Con tales desarreglos se pierde el estómago, y eso en la vejez es llamar a la muerte.
No hay aquí mucho trabajo, pero bueno es que sepa usted, amigo mío, ¡que aquí no se pierde el tiempo!.
Pero ¿en qué tiempos estamos? ¿Qué hombres son estos que se juegan el porvenir, la tranquilidad de la familia, que pierden la honra y huyen tan frescos? La maldita ambición de subir y el salirse de la esfera los pierde a todos.
Mueres representando la fortuna que se aleja de casa, el prestigio que se pierde, la altivez que se desvanece, y cuando salgas de ella a altas horas de la noche en sucio carro para ser conducido adonde te explotarán por última vez, convirtiendo tu piel en zapatos, tus huesos en botones y tu carne en abono fertilizante, por la puerta entreabierta entrará la pobreza, la desesperación de una miseria disimulada, y quién sabe si la deshonra, eterna compañera de los que se aferran tenazmente a las alturas de donde les arrojan.
El hablado se pierde ya en el aire, sin llegar a los oidos.
, que defiende a capa y espada la Rifa de la Inclusa, y está medio ofendida porque no le han dado a regentar en ella una tienda de juguetes, ¿verá con gusto estos horribles días en que el pobre no trabaja ni encuentra pan, en que el viajero pierde el camino y se hiela, y en que los niños que no tienen zapatos pisan una alfombra.
boba, ¿qué apuestas a que en cuanto te echen el Sacramento, pierde pie? No conoces tú el peine.
¿Ahora sales con eso? Tú podrás haber perdido parte de la fe, pero toda no se pierde nunca.
¡Matarle a él!, ¿sabe usted que me da lástima? No, no, que no le mate Pero lo que es a esa bribona, tramposa, embustera ¿Pues no tiene la poca vergüenza de creer que tendrá hijos? ¡Hijos ella! Dígame usted, ¿qué se pierde con que se vaya para el otro mundo un trasto semejante?.
Si las pierde es porque quiere.

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