Ejemplos con pidió

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Al recobrar el sentido, aunque casi sin fuerzas para sostenerse, pidió el abrigo, la mantilla, las botas.
Por segunda vez iba a darse por terminado el asunto, cuando pidió la palabra un hombre joven, rechoncho, de escasa frente, pero de mucha cara, abultado de pecho, ancho de espaldas, muy atusado de pelo y crespo de bigote, grueso de manos y amanerado en el vestir.
Al contrario, hízose el pequeño y el indigno, y hasta pidió toda aquella noche para reflexionar.
Pidió por señas un vaso de agua, y mientras se le traían, se limpió la boca con el pañuelo, tosió e hizo cuanto es de rigor en casos de angustia semejante.
¡Así salió ello! En su vértigo desatentado, trocó todos los frenos, y viendo las cosas del revés, pidió que se abriera un canal en cada habitante de su provincia, y que se eximiera del pago de la contribución a todas las carreteras de aquel país, como era justo y , según pensaba demostrarlo.
Sorbió el agua, pidió los papeles, los restauró al cobijo del seno, no sin antes besarlos, y dijo a Apolonio:
Pero habiendo recibido muchas heridas en sus campañas, heridas de las que todavía sufre, pidió su licencia para retirarse a descansar de los trabajos de la guerra, y sus jefes se la concedieron con muchas recomendaciones.
Don Acisclo oyó estas y otras razones que le parecieron enrevesados y absurdos tiquis-miquis, no hizo de ellos el menor caso, y escribió y pidió informes a varios sujetos muy conocedores de todo en Madrid.
Tenía colgado de la pared un Cristo de marfil, clavado en una cruz de ébano, y de rodillas ante él, rezó y pidió perdón de sus pecados y de las blasfemias y maldades que acababa de escribir a fin de libertarse de ellas y de no volver a pensar en ellas, si era posible.
Entonces doña Luz, que tenía buen fondo, a pesar de su soberbia, sintió que había estado dura y áspera en demasía, y pidió perdón a doña Manolita, besándola y poco menos que llorando también.
El galán, a quien abonaban no sólo particulares prendas sino también nobilísimo abolengo, habló a su jefe, y con toda solemnidad pidió la mano de la señorita.
Es fama que al oirlas saltó Porras en el asiento, como lanzado por un resorte, y pidió la palabra para decirle a Voltaire cuanto era del caso.
Ciertas mañanas, llegaba muy contento a la hora de comer, sus hermanas le oían cantar paseando por las habitaciones, y ¡caso raro! él, tan despreocupado en materias de adorno, enfadóse dos veces porque le planchaban mal las camisas, y pidió seriamente a la mamá que le comprase una corbata, pues la que llevaba era un asco, de deshilachada y mugrienta.
No bien pidió el almuerzo, siguió diciendo:.
El mismo enfermo lo pidió, dejando oír una voz quejumbrosa que salía de entre las sábanas, y que por su tenuidad no parecía corresponder a la magnitud del lecho.
El hijito pidió y tomó el pecho, pero no debía de encontrar muy abundante el repuesto, cuando a cada instante apartaba su boca, chillando desesperadamente.
A Fortunata la invitaron también, pero ella no quiso tampoco tomarlo, y pidió leche.
Al entrar en su casa, pidió más té, y mientras Tom se lo servía, le dijo en español:.
Hace un rato, verás ¡qué cosa tan extraña! Me acordé de un pobre que me pidió limosna esta mañana Era un infeliz que tiene una pierna deforme y repugnante, llena de úlceras Me pidió limosna y le arrojé una moneda de cobre, diciéndole con horror: Quítese usted de delante de mí, so pillete.
Por la tarde pidió Moreno su coche y estuvo haciendo visitas hasta las siete.
En aquel tiempo conocí a Fenelón, fue mi novio y me pidió.
Doña Lupe fue de la misma opinión, y Maximiliano pidió permiso para retirarse, siéndole concedido con otro coro de lamentaciones.
Peor lo pasó Jesús, que pidió agua y le dieron hiel.
Serían las nueve de la mañana siguiente, cuando Nicolás pidió a Papitos su chocolate.
Una noche entró en casa muy enfurruñado, trincó una maleta pequeña, llenola de ropa, pidió a Fortunata todo el dinero que tenía y dijo que iba al Escorial.
Halló caras conocidas y amigas, caras desconocidas y repugnantes, y a todas pidió noticias, buscando remedio al tifus de curiosidad que le consumía.
Hizo el otro un gesto tranquilizador y cuando el puso el servicio, si servicio puede llamarse un par de cuchillos con mango de cuerno, servilleta sucia y salero, y pidió órdenes acerca del vino, le dijo, dice: ¿Pardillo yo? pa chasco Tráete de la tierra.
Nicanora pidió permiso a las señoras para seguir trabajando.
El gobernador de la provincia de X ha telegrafiado al Gobierno diciendo que Francisco Acero entró en las Roquetas, donde cobró un semestre y pidió raciones.

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