Ejemplos con petardo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Un petardo o cuete es un tipo de fuego pirotécnico, usualmente un tubo de un material poco resistente, generalmente papel o cartón, el cual se rellena con pólvora u otro explosivo y que se cierra dejando libre una mecha.
Eso significa que al quitar la anilla,o en caso de que sea por relogeria,que iria con un contador de cuenta atrás el cordon detonante actuaria como si fuera la mecha de un petardo.
Luego, para alejar a los transeúntes del edificio, lanzarían un pequeño petardo inofensivo y ruidoso.
Esta traída de un italiano es como petardo puesto en el corazón del pueblo, que no conoce de Italia más que a los infelices saboyanos que vienen acá con arpas y organillos.
Como si estallara dentro de su cuerpo un petardo, se levantó el confesor.
gomeros aplauden la humillación del Petardo Lesmes, pero en todos veo.
identificarme de acuerdo con instrucciones del Petardo.
Por entre ellos zanganeaba el Petardo Lesmes, apresurando a los capataces,.
¿Por qué les avisaba el Petardo Lesmes que exhibiría testimonios de que no.
Ella había instigado a Petardo Lesmes a montar resguardo en el rápido de.
¿Es que me calumnia el Petardo.
Entonces Zoraida le confesó a Estévanez que el Petardo Lesmes llegaría con.
Barrera, qué del Petardo Lesmes y del Cayeno?.
El Petardo Lesmes.
Petardo Lesmes partió esta mañana en exploración y quería llevarse como.
¿Y quién es ese capitán intrépido y gallardo, de palabra asoleada, tostada, humeante, cual un petardo explosionado, o fresca, profética, arrulladora como una sinfonía, que arrostra toda las contingencias, que desplaza todos los convencionalismos, desafía todos los peligros, derrumba todas las escuelas, logias, sectas, aulas, cenáculos, religiones y sepulta bajo sus ruinas a los vergonzantes tiranuelos que les dirigen?, ¿Y quién, ese reformador de ideas, credos, sistemas, dogmatismos, etc.
El Petardo salió corriendo, entre el ruido del impermeable, gritando que le.
El Petardo Lesmes, sin inmutarse, me argumentó:.
Especie de petardo que queman los indios en las fiestas.
-Me río porque soy feliz -replicó el petardo.
-Una persona que porque tiene callos pisa siempre los pies a los demás -respondió la candela en un débil murmullo, y el petardo casi estalló de risa.
-¿Qué es una persona sensible? -preguntó el petardo a la candela romana.
-¡Orden! ¡Orden! -gritó un petardo.
Los indefinidos vivían de la mermadísima paga, con que de tarde en tarde, los atendía el fisco, y sobre todo, vivían de petardo, ninguno se avenía a trabajar en oficio o en labores campestres.
La embarcación saltó como un petardo y, precipitadamente, recayó en el agua, y luego en el abismo.
Cuando escondía las gafas de la abuela, prendía un petardo a la cola del gato o hacía alguna otra picardihuela, solía la buena anciana aplicarla un par de azoticos, exclamando:.
Yo pondría, si pudiera, un petardo tan grande, que levantara hasta el cielo todos los palacios de esa gente egoísta que nos quita lo nuestro.
Fauchelevent que estaba sentado, se levantó como si hubiese estallado un petardo debajo de la silla.
-De afectos ni de afeites -dijo el Gúésped- no quiero entender, sino de mi negocio: lo que importa es que mañana hagamos cuenta de lo que me debe de posada, y se vaya con Dios, que no quiero tener en ella quien me la alborote cada día con estas locuras: basten las pasadas, pues comenzando a escribir, recién llegado aquí, la comedia de ''El marqués de Mantua'', que zozobró y fue una de las silbadas, fueron tantas las prevenciones de la caza y las voces que dio, llamando a los perros Melampo, Oliveros, Saltamontes, Tragavientos, etcétera, y el «¡Ataja, ataja!» y el «¡Guarda el oso cerdoso, y el jabalí colmilludo!», que malparió una señora preñada que pasaba de Andalucía a Madrid, del sobresalto, y en esa otra de ''El saco de Roma'', que entrambas parecieron cual tenga la salud, fue el estruendo de las cajas y trompetas, haciendo pedazos las puertas y ventanas de este aposento a tan desusadas horas como estas, y el «¡Cierra, España!», «¡Santiago, y a ellos!», y el jugar la artillería con la boca, como si hubiera ido a la escuela con un petardo, o criádose con el basilisco de Malta, que engañó el rebato a una compañía de infantería que alojaron aquella noche en mi casa, de suerte que, tocando al arma, se hubieron de hacer a oscuras unos soldados pedazos con otros, acudiendo al ruido medio Toledo con la justicia, echándome las puertas abajo, y amenazó a hacer una de todos los diablos, que es poeta grulla, que siempre está en vela, y halla consonantes a cualquier hora de la noche y de la madrugada.

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