Ejemplos con perspicaces

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

A lo largo del viaje, Dawkins narra una serie de historias entretenidas y perspicaces que arrojan luz sobre v.
ha parecido, no ya a la masa de los lectores, sino a los críticos más agudos y perspicaces, la más novela entre las novelas de Pereda, la mejor compuesta y aderezada, la más grave y madura en el pensamiento, la más apasionada en los momentos de pasión.
Los ojos agudos y perspicaces de Pilar se clavaban, al decir esto, en la fisonomía de Lucía, descubriendo en ella una sombra leve, una especie de veladura parda desde la frente y las sienes a las ojeras, y cierto hundimiento en las comisuras de la boca.
Era Duhamel un vejezuelo chico y apergaminado, en quien la vida se refugiaba en los ojos relucientes y perspicaces.
En lenguas extrañas se han dedicado a Velázquez obras extensas notabilísimas: en español, trabajos de mérito singular, pero cortos, así, que la opinión extranjera ha circulado más que la nuestra, y como nadie consigue dominar el conocimiento de lo ajeno, y menos en arte, donde sólo se comprenden ciertas cosas habiendo nacido entre ellas, sucede que aun los más ilustres y perspicaces publicistas de otras naciones, han incurrido en ligerezas o errores.
Segundo, señorete de rebajada estatura, cara redonda con sotabarba, la nariz decorada con dos verrugas, los ojuelos muy perspicaces, edad como de sesenta años bien llevados, se llegó a la galera de Fernando, después del saludo a las señoras, y empezó a funcionar facultativamente a la primera insinuación.
Para los andaluces, hija, hay necesidad de tener quince sentidos, no que cinco, porque son agudos y perspicaces de ingenio, astutos, sagaces, y no nada miserables.
Pero ¿qué duda cabe que en la crítica de arte lo primero es enterarse, comprender? Y comprender la poesía es claro que no consiste sólo en descifrar sus elementos intelectuales, sino que hay que penetrar más adentro, en la flor del alma poética, por eso ha habido, hay y seguirá habiendo tantos críticos muy sesudos, muy instruidos, muy perspicaces, que al hablar de los poetas desbarran lastimosamente.
Apretado botín del mismo color subía hasta la mitad de la pierna, y la graciosa gorra coronada de plumas que llevaba en la cabeza, de la que se desprendía en numerosos bucles la rizada cabellera, daba marcial expresión a sus ojos ardientes y perspicaces, y animaba las facciones de aquel rostro varonil.
En memorias del gran Cuvier se hizo el elogio de los sabios trabajos de Bennati, el médico mantuano que, poseyendo una hermosísima voz y una apasionada vocación de cantante, concretó su ciencia fisiológica al objeto que le señalaba la predilección de su facultad artística, en perspicaces investigaciones sobre el mecanismo de la voz humana.
vivísimos y en extremo perspicaces, de labios pálidos y delgados, por los cuales vagaba casi de.
habría ocultado a otros ojos más perspicaces que los de la madre tornera.
¿Qué se oculta a los ojos perspicaces de quien de veras ama?.
Las líneas de su cuerpo, armoniosas, llenas de viril y nerviosa elegancia, se dibujaban bajo el negro terciopelo -¡oh suntuosos terciopelos del Tintoreto!- del traje bohemio, y resaltando en el marfil del sedeño cuello de su camisa, que se abría sobre la chaqueta, el rostro muy pálido, de líneas finas, un poco crueles, ensangrentado por el leve trazo de los labios irónicamente perversos e iluminado por la fría luz de las pupilas, que en sombrías cejas altivas, brillaban grises, aceradas, perspicaces, mostrábase, como en un claroscuro.
Empujó la puerta de salida de la sacristía, que daba a lóbrega y retirada callejuela, y con ojos perspicaces escrutó las sombras, sin que en la angostura del solitario pasadizo viese ondear ningún traje, ni recortarse silueta alguna.
Otro indicio más elocuente aún para los perspicaces indagadores fue cierta contradicción, de esas que pierden a un reo ante un tribunal.
Con este trofeo hizo su entrada en los corredores, pero las miradas irónicas, las sonrisas y las palabras de doble sentido que le dirigían al pasar, le hicieron ver que el ardid era demasiado conocido y no engañaba a los ojos perspicaces de las vecinas.
Se acercaba a los setenta años y, sin embargo, tenía el cuerpo erguido y fuerte como el tronco de la chonta, su vista y oído eran perspicaces, y firmísimo el pulso: jamás erraba el flechazo asestado al colibrí en la copa del árbol más elevado, y percibía cual ninguno el son del tunduli tocado a cuatro leguas de distancia, en su diestra la pesada maza era como un bastón de mimbre que batía con la velocidad del relámpago.
Era preciso despejar la senda por donde marchaba Felipe, y pronto, y alegremente, o al menos con tal ficción de alegría que engañase a los más perspicaces.
La princesa sobre todo parecía siempre preocupada y recelosa, aunque intentaba ocultar sus sensaciones a las perspicaces miradas de sus súbditos.
Zahoríes hay tan ciertos como perspicaces: por.
Los ojos, en otro tiempo tan claros y perspicaces,.
medio día, unos ojos más perspicaces que una águila, más penetrantes que un lince, su.
la mocedad, y todos ellos tan perspicaces y tan despiertos, que ya nada se les pasaba por.
Admitida la proposición y otorgadas las condiciones, discurrieron para la vuelta de Pisístrato el artificio más grosero que en mi opinión pudiera imaginarse, mayormente si se observa que los griegos eran tenidos ya de muy antiguo por más astutos que los bárbaros y menos expuestos a dejarse deslumbrar de tales necedades y que se trataba de engañar a los atenienses, reputados por los más sabios y perspicaces de todos los griegos.
Estela, con la curiosidad inquieta de las mujeres para registrarlo todo, había reconocido su antiguo camarote en un hueco, especie de escondite, formado por casualidad en la construcción del buque, y tan disimulado por el ajuste de dos tablas, que solo ojos tan perspicaces como los suyos podrían descubrirlo.
Y creo que florece, por el culto de la forma, en cuya virtud expresa el poeta, con mayor intensidad y brío, sus afectos e ideas, poniendo en sus versos lo mejor de su alma, la cual queda aprisionada por arte divino en la delicada red tejida por la palabra rítmica, desde donde se infunde en los espíritus aptos y perspicaces.
El resto era obra del instinto y de la fuerza de visión que tienen las mujeres tan perspicaces y tan guapas como Lita, para taladrar montañas con los ojos, ver hasta lo invisible al otro lado, y saber guardar su puesto donde quiera que habitan, por aislado y obscuro que el lugar sea.
Los comensales le miraban a hurtadillas, y los más perspicaces notaban en él un aire que Körner, hablando bajo con Sebastián, llamó en francés gené, con lo cual Sebastián se quedó a oscuras.
La larga paz que disfrutaba la Europa, el embrutecimiento y la servidumbre en que habían caído los pueblos, habían hecho menos recelosos a los tiranos, si bien los más perspicaces oían ya el rumor sordo de la próxima tempestad, no era seguramente en España donde debía de esperarse el estallido, era tan distinta nuestra predisposición, que al verificarse aquél, ningún miedo de contagio infundió en el Gobierno español.

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