Ejemplos con ofreció

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Con su llorosa alegría me ofreció dos escogidas naranjas, finas, pesadas, redondas.
Pero hoy me siento en humor de salvar del olvido un drama semipatético, semiburlesco, de cuyos interesantes elementos una parte me la ofreció el acaso, otra la fuí acopiando en años de investigación y perseverante rebusca.
Y saltando el primero, ofreció el brazo a Lucía, que se apoyó sin ceremonias, y a impulsos de la sed, echó a correr hacia la cantina, donde algunas botellas empezadas, naranjas a medio exprimir, tarros de horchata y jarabe, frasquitos de azahar, se disputaban un mostrador cubierto de zinc y unos estantes pintados de amarillo.
Artegui, risueño y solícito, le ofreció el brazo, pero ella no quiso cogerse.
Perico ofreció el suyo a Lucía, cuya robustez se había sobrepuesto ya el desfallecimiento momentáneo.
Aproveché una salida del pueblo para una confesión, corrí a la montaña, ví a Pablo, le insté por que viniera, y me lo ofreció extraño mucho que no haya cumplido.
La bufonada provocó grandes risotadas, y , para asombrar más a sus admiradores, ofreció el manjar infernal al que aún se sostenía firme, mientras él, por su parte, lo iba devorando con la misma indiferencia que si fuese pan.
El insufrible tacaño, el voraz usurero, al conocer su desgracia le ofreció ayuda con una bondad paternal y conmovedora.
Un objeto digno se ofreció al fin a sus ojos, y doña Luz le consagró al punto todo su amor.
Entonces negoció con el Gobierno, y luego que el Gobierno le ofreció su apoyo, a fin de derrotar al diputado de D.
Enrique se instaló muy cómoda y holgadamente en casa de los Marqueses de Villafría, donde Tomás se ofreció para cuidarle, pero el P.
Me ofreció venir a verla cada tres días.
El señor López ofreció su faetón a las magistradas.
Diez días estuvo en esta villa, donde ninguna dificultad de importancia le ofreció la toma de posesión del caudal heredado.
Mataré, gozaré después de aquel amor inefable, infinito, que no he catado nunca y que ella me ofreció en cambio del sacrificio que le hice de mi razón, y luego nos consagraremos ella y yo a hacer penitencia y a pedir a Dios perdón de nuestra culpa.
Te aseguro, que me dan ganas, , de clavarle un puñal Cierto que me ofreció lo que yo quisiera para establecerme pero no quise tomar nada de aquellas manos.
¡Qué golosa era! Ofreció una a Fortunata, que la tomó, y doña Casta se dispuso a obsequiar a sus amigos con vasos de agua.
Y sin embargo, al ver a la insigne dama aristocrática humillarse de aquel modo, avergonzose de no tener valor para imitarla, y sacando fuerzas de flaqueza, ofreció su ayuda.
Como tenía tanta confianza, iba a echar un cigarro, ofreció a Maximiliano, y doña Lupe respondió bruscamente por él diciendo con desdén: Este no fuma.
Viéndome tan mal, me ofreció el oro y el moro, y que iba a hacer y a acontecer.
Maximiliano tuvo tal acceso de coraje, que hasta se ofreció a su mente con caracteres odiosos la imagen de doña Lupe, de su segunda madre.
Por la mañana encargó Barbarita a Jacinta ciertos menesteres domésticos que la contrariaron, pero la misma retención en la casa ofreció coyuntura a la joven para dar un paso que siempre le había inspirado inquietud.
Severiana estimó en lo que valían las bondades de la dama para con la pequeña, hízola entrar en su casa, y le ofreció una silla de las que llaman de Viena, mueble que en aquellos tugurios pareciole a Jacinta el colmo de la opulencia.
De repente el muy pillo la miró, y sacándose el caramelo de la boca, se lo ofreció para que chupase ella.
Izquierdo les ofreció las dos sillas que en la estancia había, y él se sentó sobre un baúl, poniendo al sobre sus rodillas.
Daba además a su hijo dos mil duros cada semestre para sus gastos particulares, y en diferentes ocasiones le ofreció un pequeño capital para que emprendiera negocios por sí, pero al chico le iba bien con su dorada indolencia y no quería quebraderos de cabeza.
Confiaron su pensamiento a la doncella, quien ofreció protegerlo mediante una cantidad que se le entregara en el acto.
Y, queriendo leer otro papel de los que había reservado del fuego, lo estorbó una maravillosa visión que tal parecía ella que improvisamente se les ofreció a los ojos, y fue que, por cima de la peña donde se cavaba la sepultura, pareció la pastora Marcela, tan hermosa que pasaba a su fama su hermosura.
Agradeció nuestro ofrecimiento, pidió perdón de los asaltos pasados, y ofreció de pedillo de allí adelante por amor de Dios, sin dar molestia alguna a nadie.
Sobornó toda la gente de mi casa, dio y ofreció dádivas y mercedes a mis parientes.

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