Ejemplos con nombradía

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

No obstante, al iniciarse la conquista española, las tierras de río Claro quedan como áreas marginales sobre las cuales se hacen pedimentos tardíos dado su relieve dificultoso y accidentado, marcado por el flujo del río y sus afluentes, lo que planteó en definitiva un lento avance en la explotación de productos propios de la época: viñas y alcoholes, que en definitiva son los que con el tiempo le darían la nombradía a Paihuano y alrededores.
Generalmente, se verificaba entre un antiguo soldado y un joven recluta y entre dos caballeros esforzados y de nombradía, cuando en ambos concurría un valor conocido, la ciencia de los combates y una opinión y costumbres sin tacha.
Juan Pablo Clarós, nacido en Barcelona en el siglo XVIII, fue un guerrillero de gran nombradía del principado catalán.
Apolonio no paraba atención en los descalabros económicos mientras su actividad pública, como gallero, le sirviera para ensanchar la nombradía, prefería la ruina y la inopia a la oscuridad.
Como predicador, gozaba el padre de extraordinaria nombradía por toda aquella comarca.
Recibiéronlos los Galos con mucha humanidad por la nombradía de Roma, y suspendiendo el batir los muros, les dieron audiencia.
Interrogándolos minuciosamente, supo éste que Mariano, que se llamaba a la sazón como su padre, era hijo de un cacique principal de mucha nombradía.
Es un santo de poca nombradía -respondió la zorra.
De resultas caía derribado de la silla uno de los dos caballeros, y en el instante, toda la gloria de sus proezas, toda la nombradía que sus aventuras y hazañas le habían granjeado, se transferían al caballero vencedor como aditamento o apéndice.
Ansioso, pues, de adquirir nombradía, y per- suadido de que Fébidas se había hecho célebre y afamado por la empresa de Tebas, se figuró que sería todavía hazaña más ilustre y gloriosa si conseguía, sin inspiración de nadie, tomar el Pireo y excluir del mar a los Atenienses, acometiéndolos por tierra cuando menos lo esperaban.
Craso fue de grande y elevado ánimo, no en contraposición con los Cleones o los Hipérbolos, no a fe mía, sino con la gran nombradía de César y con los triunfos de Pompeyo, no cediendo, sin embargo, sino compitiendo con uno y otro en poder, y aun excediendo a Pompeyo en la dignidad de la magistratura censoria, porque en las grandes cosas no se ha de atender a que dan asidero a la envidia, sino a la gloria que acarrean, anublando la envidia.
No fue esta batalla en sí misma de grande entidad, pero la fortuna le dio nombradía por causa de Alcibíades, Lisandro, de su parte, hizo concurrir a Éfeso, de las otras ciudades, a aquellos sujetos que observó sobresalían en valor y prudencia, con lo que echó disimuladamente las primeras semillas del decenvirato y demás mudanzas de gobierno que introdujo más adelante.
Platón, teniendo por grandes y dignos de nombradía a muchos Atenienses, dice que sólo éste es digno de memoria, porque Temístocles, Cimón y Pericles llenaron la ciudad de pórticos, de riquezas y de muchas superfluidades, y sólo Aristides la inclinó con su gobierno a la virtud.
Noticiosos los Tebanos de que los Lacedemonios y los Atenienses habían enviado embajadores al gran Rey para negociar una alianza, mandaron también por su parte a Pelópidas, con muy buen consejo, a causa de su gran nombradía.
Reunidos de común acuerdo en la Mesenia, dieron muerte a cuatrocientos de los estipendiarios de Timoleón que habían sido enviados en su auxilio, y en la provincia de los Cartagineses, habiéndose armado asechanzas cerca del pueblo llamado Ietas a los estipendiarios mandados por Éutimo Leucadio, todos perecieron: con lo que la dicha de Timoleón adquirió aún mayor nombradía: porque habían sido de los que con Filomelo de Focea y con Onomarco habían tomado a Delfos, haciéndose participantes de su sacrilegio.
Timoleón, de resultas de lo sucedido con el hermano, bien fuese de pesar por su muerte, o bien de rubor a causa de la madre, quedó tan quebrantado y decaído de ánimo, que en unos veinte años no tomó parte en negocio ninguno público o de alguna consecuencia, mas llegado el caso de ser propuesto y de recibirlo bien el pueblo e interponer su autoridad, Teleclides, que entonces sobresalía en la ciudad, en poder y nombradía, se levantó en la junta y exhortó a Timoleón a mostrarse varón recto y generoso en sus acciones, “porque si te conduces bien- dijo-, juzgaremos que fue a un tirano a quien concurriste a dar la muerte, pero si te conduces mal, a tu hermano”.
En la nación de los Volscos, que era contra la que tenían la guerra, la ciudad de Coriolos gozaba de la mayor nombradía, dirigiéndose, pues, contra ella el cónsul Cominio, se alarmaron los demás Volscos y corrieron de todos lados en su auxilio, con la mira de pelear en defensa de la ciudad y de atacar por dos partes a los enemigos.
La nombradía y los honores dispensados a los jóvenes, en los que son de índole ligeramente ambiciosa, vienen a ser, a lo que parece, una cosa temprana que apaga su espíritu y llena pronto su sed, dejándola fácilmente satisfecha, pero a los de ánimo altivo y resuelto los honores los elevan y encienden, impeliéndolos, a manera del viento, a lo que les parece honesto: porque no los reciben como salario, sino que más bien son una nueva prenda que dan de que se avergonzarán de frustrar la esperanza que de ellos se tiene y de no hacerla correr con iguales hechos a los anteriores.
Nuestros dos jóvenes no eran tan desgraciados como se ve, pues que iban a asistir a la representación de una de las mejores óperas del autor de ''Lucia di Lammermoor'', ejecutada por tres artistas de los de más nombradía en Italia.
En aquella tan reñida función murió el general Ariabignes, hijo de Darío y hermano de Jerjes: murieron igualmente otros muchos oficiales de nombradía, así de los persas como de los medos y demás aliados, pero en ella perecieron muy pocos de los griegos, porque como estos sabían nadar, si alguna nave se les iba a fondo, los que no habían perecido en la misma acción aportaban a Salamina nadando, al paso que muchos bárbaros por no saber nadar morían anegados.
Para conquistar un alto puesto es preciso mucha actividad, constancia, esfuerzos, para granjearse brillante nombradía es necesario presentar títulos que la merezcan, y éstos no se adquieren sin largas y penosas fatigas, para acumular riquezas es indispensable atinada combinación y perseverante trabajo, hasta los placeres más muelles no se disfrutan si no se anda en busca de ellos y no se emplean los medios conducentes.
Si entre vuestros alumnos se encuentra alguno que haya de adquirir con el tiempo esclarecida nombradía dirigidle la misma pregunta, a ver si acierta a decir algo que la desentrañe y la ilustre.
Acuden por fin a un tercero, de aventajada nombradía: «A ver si usted nos saca de apuros».
Si Llorente hubiera sabido curvarse y disimular su independencia de carácter, y si alardeando del patriotismo que demostró, como ningún otro diplomático español, en las importantes misiones que le fueron confiadas, hubiera acudido a la prensa en solicitud de tal cual bombito al uso, tendría envidiable nombradía.
El Portel es, por consiguiente, la posición más estratégica que se pudiera desear para una emboscada, y harto lo han comprendido en todos tiempos desde los guerreros de mayor nombradía hasta los simples malhechores, desde el MARQUÉS DE MONDÉJAR hasta los Monfíes, desde ABEN-HUMEYA y ABEN-ABOO hasta las partidas de ladrones de la época presente, o, mejor dicho, de la época de nuestros padres, -pues hoy no se oye hablar de robos en la Alpujarra.
Encontróse, pues, solo don Álvaro en medio de la hueste de Castilla, o por mejor decir, acompañado de la natural ojeriza y recelo que inspiraba su alianza estrecha y sincera con el Temple, su valor, su destreza en las armas, y la nombradía que había sabido alcanzarse de antemano.
E esto que Ércules fizo fue escripto por singular maravilla e benefiçio a loor e nombradía suya.
Tal fuego como éste aquel virtuoso pasado de quien toman enxemplo ençiende con la nombradía que dexó de la grant penitençia que fizo e aspereza de vida, arredrando de sí toda ocçiosidat, que es lugar palludoso o encharcado por tal como ésta criar sierpe.
E cuando pierde el juizio e vista en la razón, las arpías dichas le envilesçen la su mesa, quitándole el cresçimiento o fruto que deviera o pudiera aver del ábito virtuoso, e tolléndole la buena nombradía, que son así como viandas preçiosas.
Estos çentauros van armados en la parte delantera defendiendo sus maliçias e colorándolas, mas la su fin es desnuda e cognosçida, dexando cola de mala nombradía, non teniendo alguna firmeza, fuyendo así como el viento, mostrando que poco dura la vida de los viçiosos e en viento se convierte, vanesçiendo por olvidança.

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