Ejemplos con muelles

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El pobre jabeque parecía un insecto al lado del gran navío, tripulado por la gente más brava y aventurera recogida en los muelles de Gibraltar: malteses, ingleses, romanos, venecianos, liorneses, sardos y raguseos.
Al pasar junto a los burgueses de Valencia sentados en los muelles caña en mano, lanzaba una mirada de conmiseración al fondo de sus cestas vacías.
El fondeó ante los muelles, repletos de cajas y fardos.
Ya no vagaba por el puerto, admirando de lejos los grandes trasatlánticos anclados frente al monumento de Colón o los vapores de carga que se alineaban en los muelles comerciales.
El abandonó el lugar de su reparación, yendo a fondear frente a los muelles de comercio, brillante y rejuvenecido, sin ningún desperfecto que recordase sus recientes averías.
Y este triple y discordante enganche se repetía en todos los carros inmóviles ante los buques a lo largo de los muelles o volteando sus pesadas ruedas por la pendiente que conduce a la ciudad alta.
Los muelles de la Marinela atraían al capitán por su color de puerto mediterráneo.
En el río de Londres o ante los muelles de Hamburgo, el capitán Ferragut se burlaba de su subordinado.
En los muelles sólo se apilaban cargamentos, monótonos y uniformes, de víveres o de material de guerra.
El movimiento de los muelles tenía para él cierta música evocadora de su juventud, cuando navegaba como médico de trasatlántico, chirridos de grúas, rodar de carros, melopeas sordas de los cargadores.
Alineados junto a los muelles, dormitaban, esperando entrar en funciones, los navíos-hospitales, trasatlánticos más dichosos, que retenían aún cierta parte de su antiguo bienestar, blancos, limpios, con una cruz roja pintada en los flancos y otra en las chimeneas.
A la una de la madrugada, cuando volvía al buque por los muelles solitarios, habían intentado asesinarle.
¡Un espía! El grito hizo surgir hombres como si los vomitase la tierra, saltó de boca en boca, repitiéndose hasta lo infinito, conmoviendo los muelles y los buques, vibrando hasta más allá de lo que podía alcanzar la mirada, penetrando en todas partes con la difusión y la rapidez de las ondas sonoras.
Entre sus cascos y la superficie vertical de los muelles se formaban montones de basura inquieta, mordida abajo por los peces y picoteada arriba por las gaviotas.
Estos soberanos, muelles, lujosos, refinados, comenzaron a temblar ante los hombres cuyo auxilio habían solicitado imprudentemente.
Al principio no oyó más que el crujir de los hierros de la cama del clérigo, que era muy mala y endeble, y en cuanto se movía el desgraciado ocupador de ella volvíase toda una pura música, la que unida al ruido de los muelles del colchón veterano, hubiera quitado el sueño a todo hombre que no fuese Nicolás Rubín.
Después de revolcarse como las fieras heridas, se puso boca abajo, oprimiendo el vientre contra los muelles del sofá, y clavando los dedos en un cojín.

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