Ejemplos con morcilla
Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.
Cabe destacar la morcilla y el queso de Burgos como platos típicos de la ciudad al igual que en la provincia.
Entre sus productos gastronómicos más codiciados destacan el famoso vino de Huétor, las habas verdes con jamón y la morcilla, que pueden degustarse en los numerosos restaurantes existentes en todo el municipio.
El vino de la zona se suele acompañar de los exquisitos productos de la zona entre los que destacan la morcilla, el chorizo y el salchichón y las sardinas en conservas con cebolleta.
Consta de un pan francés o marraqueta que en su interior contiene una morcilla asada.
El jamón y la morcilla soriana.
Con la sangre y las tripas gruesas se prepara la morcilla o moronga.
Los ingredientes utilizados son la morcilla de cebolla y arroz, longanizas y otros embutidos en general, costillas y lomo de cerdo.
Los productos típicos de la zona, son txistorras, queso, morcilla, carne de ternera, carne de caballo entre otros.
Celebrándose a continuación y aprovechando las brasas de la leña quemada, una cena popular con productos como carne, chorizo, longaniza, morcilla etc.
Pero sin duda el plato más famoso de la ciudad es el llamado olla podrida, que es un cocido de alubias, morcilla, chorizo, costilla, panceta y otro productos cárnicos procedentes del cerdo.
Iba a enfilar la puerta como una exhalación, pero viéndola ocupada por , saltó sobre el mostrador, sin duda para que le sirviera de trampolín, y derribando y haciendo añicos media docena de vasos y una botella, cruzó el espacio como un cohete, pasó, sin tocar, sobre la cabeza de Simón, cayó en la calle, sin soltar la morcilla, por supuesto, y desapareció en la calleja inmediata.
Disponíase a responder Simón a Juana desde la puerta, contra la cual estaba recostado, mirando a la calle, cuando salió botando, de hacia la cocina, un perrazo de áspero y sucio pelaje, con una morcilla chorreando caldo entre los dientes.
Sobre la honda ligadura del pañuelo, la carne desbordaba como una monstruosa morcilla.
En la una, las patatas amarillentas, los reventones garbanzos sacando fuera del estuche de piel su carne rojiza, la col, que se deshacía como manteca vegetal, los nabos blancos y tiernos, con su olorcillo amargo, y en la otra fuente las grandes tajadas de ternera, con su complicada filamenta y su brillante jugo, el tocino temblón como gelatina nacarada, la negra morcilla reventando, para asomar sus entrañas al través de la envoltura de tripa, y el escandaloso chorizo, demagogo del cocido, que todo lo pinta de rojo, comunicando al caldo el ardor de un discurso de club.
¡Qué risa con usted! ¡Pobre Ponce! Ya le decía yo que era un buen chico, y usted empeñado en darle la morcilla.
Apenas lo había dicho, cuando apareció sobre las brasas la morcilla más hermosa que hubo, hay y habrá en el mundo.
