Ejemplos con mediocridad

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los artistas contemporáneos no estaban escribiendo material que mereciese la pena, en su opinión, y estaban cayendo en la mediocridad del mainstream.
Por ello se plantea el problema: ¿Cómo libramos a los intelectuales de la mediocridad? No es simple.
Su actitud hacia el presidente seguía siendo amarga a pesar de tentativas por Carranza de suprimir las publicaciones anti-Alemanas, que él describió como mediocridad pujante.
La película narra la vida de Martín Santomé, cincuentañero, empleado de oficina y próximo a retirarse que se encuentra atorado en la mediocridad y rutina de su vida.
Sus éxitos en el campo del drama, tan abrumado en este país por la improvisa­ción y la mediocridad, están plenamente justificados.
En ella, se acredita de buen metrificador, y utilizando un tono coloquial, crítica a profesores, maridos tolerantes, las vistosas cabelleras que cubren cabezas faltas de juicio, la general mediocridad y mezquindad de la época, ajeno a la grandilocuencia de la poesía neoclásica.
Su obra utiliza especialmente la adolescencia para dar un nuevo punto de vista, a veces feroz, sobre los dos mundos que esta edad delimita: la infancia y la edad adulta, con sus defectos, la mediocridad, la fealdad, la pobreza, la renuncia, la relación entre padres e hijos, etc.
Su talento le llevó sin embargo a reaccionar contra la mediocridad general, y no logró elevarse a gran altura de manera sostenida, sus sonetos compiten con los de Camoens.
Allí compuso una durísima silva donde juzga a todos los reyes españoles, desde los Católicos hasta Fernando VII, denunciando su mediocridad, crueldad y poco valer y demostrando en esa tarea no escaso conocimiento de la historia de España.
La Poesía es uno de los géneros que no admite mediocridad.
La mediocridad de la moral occidental, vigente desde el triunfo del cristianismo, entrará en su definitivo ocaso.
Es justo destacar que a pesar de la mediocridad de los actores, la obra de teatro en la que se centra este episodio goza de una fantástica realización técnica.
El situacionismo hablo en los sesenta contra la mediocridad del trabajo en fábrica y de oficina y la restricción del tiempo y del espacio de los individuos supuestamente causada por la acción del capitalismo de consumo.
También dijo que los autores malinterpretar seriamente el origen del problema y producir un artículo que se redimió de la completa apatía y la mediocridad sólo por su ligero pero inconfundible mal olor.
La mediocridad en el ejercicio del cargo estaba causada en uno por falta de fuerza y en otro por falta de carácter.
Sus obras expresan la amargura de las clases bajas respecto al sistema sociopolítico imperante de su tiempo y la mediocridad e hipocresía de las clases media y alta.
Mientras razonemos en los límites de esta civilización no-igualitaria, el crecimiento aparecerá a la gente como la promesa -sin embargo completamente ilusoria- que un día dejarán de ser sub-priviligiados , y el no-crecimiento como su condena a la mediocridad sin esperanza.
El crítico James Berardinelli le otorgó al filme una estrella y media de cuatro, describiéndolo como una artrítica comedia cuyo humor está por debajo de la mediocridad y cuyo drama desanima.
Intenta aprender de sus errores, inculcando a sus hijos el espíritu de superación que cree que los sacará de la mediocridad, pero la falta de visión realista acaba por demostrar la falacia del sueño, acelerando la caida.
Pero lo que más se recuerda es, sin embargo, las diatribas de Jimmy contra la mediocridad de la vida inglesa de clase media, personificada por su odiada madre Nelli Beatrice.
Siguiendo su análisis, las atrocidades cometidas durante la guerra de Vandea se explican, por parte republicana, por la mediocridad en el reclutamiento, que deja a los soldados abandonados a su propio miedo.
El gobierno de la mediocridad vuelve vana la emulación que realza los caracteres y las inteligencias y que los entona con la perspectiva de la efectividad de su dominio.
Sus gloriosos empeños por difundir los beneficios de la educación popular, están inspirados en el noble propósito de comunicar los elementos fundamentales del saber al mayor número, pero no nos revelan que, al mismo tiempo que de ese acrecentamiento extensivo de la educación, se preocupe de seleccionarla y elevarla, para auxiliar el esfuerzo de las superioridades que ambicionen erguirse sobre la general mediocridad.
Entre las inspiraciones constantes de Flaubertde quien se acostumbra a derivar directamente la más democratizada de las escuelas literarias, ninguna más intensa que el odio de la mediocridad envalentonada por la nivelación y de la tiranía irresponsable del número.
Para afrontar el problema, es necesario empezar por reconocer que cuando la democracia no enaltece su espíritu por la influencia de una fuerte preocupación ideal que comparta su imperio con la preocupación de los intereses materiales, ella conduce fatalmente a la privanza de la mediocridad, y carece, más que ningún otro régimen, de eficaces barreras con las cuales asegurar, dentro de un ambiente adecuado, la inviolabilidad de la alta cultura.
Esta gozaban los expedicionarios de a pie, en su mayor parte familias felices, que ostentaban satisfechas la librea de la áurea mediocridad, y aun de la sencilla pobreza: el padre, obeso, cano, rubicundo, redingote gris o marrón, al hombro larguísima caña de pescar, la hija, vestido de lana obscura, sombrerillo de negra paja con una sola flor, en la izquierda el cestito de los anzuelos y demás enseres piscatorios, y llevando de la diestra al hermanito, a quien pantalones y chaqueta quedaron ya muy cortos, y que luce la caña de las botinas, y levanta orgulloso el cubo donde flotan los simples peces víctimas del mortífero pasatiempo de su padre.
¿Qué nombres puede colocar enfrente de ellos la Alemania de Guillermo II? Su país fué la patria de la música, pero los músicos rusos del presente son más originales que los continuadores del wagnerismo, que se refugían en las exasperaciones de la orquesta para ocultar su mediocridad El pueblo alemán tuvo genios en su época de dolor, cuando aún no había nacido el orgullo pangermanista, cuando no existía el Imperio.
Aquel hombre, que había huido de su tierra acosado por la pobreza treinta años antes, hablaba de millones con asombrosa familiaridad y se burlaba de la mediocridad de los negocios peninsulares.
Procedente de una familia de militares pobres y gloriosos, veíase convertida de pronto, por el entusiasmo casi senil de su marido, en una gran señora diplomática, rodeada de todas las comodidades de la riqueza, sin tener ya que sufrir el tormento de una mediocridad con la que habían pugnado desde la niñez sus gustos de mujer elegante.
Y junto con todo esto, una corrección hidalga, que le acompañaba hasta en los menores actos de su vida, una rectitud señoril y bondadosa que parecía ennoblecer su rimbombante mediocridad intelectual.

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