Ejemplos con maternalmente

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La ceguera del significado conductual en estas mujeres conlleva un gran perjuicio tanto en quien es desplegado el eros como en ellas mismas, a diferencia, por ejemplo, del complejo paterno femenino, donde el padre es protegido y cuidado maternalmente.
El enfermo sentía el roce amoroso de unas manos dulces que arreglaban las ropas desordenadas, subían el embozo y lo apretaban en torno de sus hombros maternalmente, con el mismo cuidado acariciador que si fuese un niño.
La virtud es también un género de arte, un arte divino, ella sonríe maternalmente a las Gracias.
Necesitaban vivir junto a la costa, en agradecido contacto con el monstruo obscuro y pesado que les había mecido maternalmente, cuando con tanta facilidad podía haberlos hecho pedazos.
Tío, tráenos un loro Tío, una mona Cuando vuelvas, acuérdate, tío, de traer un negrito Y su hermana, que había tomado un aire protector con la emoción de la partida, le sermoneaba maternalmente.
La señora de López Moreno, gorda y majestuosa como las talegas de su marido, contraía sus gruesos labios para chupar un cigarrito de papel, y reíase maternalmente al ver a su hija Lucy, recién salida del colegio, dar pequeñas chupadas en el cigarro mismo de Angelito Castropardo.
Todos fijaron en mí la atención, y doña Gregoria, acercándose maternalmente a mi cama, me habló así:.
Se había inclinado, se había arremangado un brazo, el derecho, hasta el codo, manteníalo introducido entre las sábanas, como quien reza letanías, prodigaba palabras de consuelo a la paciente, maternalmente la exhortaba: ¡Coraque Duña María, ya viene lanquelito, é lúrtimo.
Y como yo balbuciese no sé qué, añadió maternalmente:.
Entenderemos que la muerte es la gran renovadora, que no es ella quien nos destruye, sino quien nos engendra, y acogiendo maternalmente los trabajos de las venideras centurias, no sólo diremos, como el poeta a su poesía: «Ya puedo yo morir, puesto que tú vives», diremos también: «¡Muramos contentos para que vivas tú, oh poesía universal!».
Y la mujer se complace maternalmente -¡Oh Dolorosa!- en los carrillos redondos del cura, en su jovialidad y ríe con él, risa cándida, leve, pronto retenida, de niña seria.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba